«El cambio climático no sólo es un problema de los países, todos somos responsables»

¿Se puede llevar a cabo un estudio de la meteorología en el tiempo a través de las grandes obras de la pintura universal? Pues al parecer, según el meteorólogo de Meteored José Miguel Viñas, sí. Y a eso dedicó la charla que, con motivo de la entrega de los premios 'La Ciencia y tú', que promueve el Museo de la Ciencia, ofreció en el Aula de Cultura. Como siempre, el patrocinio de Obra Social la Caixa y Fundación Vocento, nos permitió disfrutar de una sesión divertida, diferente y única.

–¿Interpretar el clima en la Historia es posible a través de la pintura universal?

–Sí, es un campo de estudio apasionante que me atrapó hace años y que me ha dado grandes satisfacciones. Estamos acostumbrados a ver los cielos y los elementos del paisaje de los cuadros como meros elementos estéticos, pero lo cierto es que constituyen una rica fuente de información climática, que arroja pistas sobre el comportamiento del clima del pasado y las condiciones meteorológicas dominantes en las distintas épocas de la ya larga historia de la pintura.

–¿A qué se debe el auge de la meteorología en los últimos tiempos?

–El tiempo siempre ha interesado a las personas, lo que pasa es que ahora tenemos, por un lado, la capacidad de compartir información (tanto datos como imágenes) en tiempo real de lo que está pasando –meteorológicamente hablando–, en cualquier lugar del mundo, bien sea una ola de calor extremo, o bien el paso de un devastador huracán; y por otro lado, el cambio climático ha entrado en nuestras vidas y ha venido para quedarse. Es un asunto, calificado ya como crisis o emergencia climática, que está en boca de todos, aunque ahora lo ha eclipsado, en parte, la pandemia.

–¿Es real ese cambio climático, como afirman muchos expertos?

–La existencia del cambio climático no es algo que se pueda discutir a estas alturas de la película. Tampoco es discutible el hecho de que somos los principales responsables –debido a la quema masiva y sin control de combustibles fósiles– del calentamiento global. La única incertidumbre es saber cuál será la magnitud del mismo, cómo evolucionará a lo largo del presente siglo, lo que en parte depende de nosotros, de cómo y con qué rapidez cambiemos nuestro actual modo de vida.

–Ahora hay hasta congresos de observadores de nubes.

–Sí, y he tenido la suerte de participar en dos de ellos, organizados por unos buenos amigos en Sarria (Lugo). Guardo magníficos recuerdos de ese par de congresos, ya que se abordaron las nubes de un modo trasversal y multidisciplinar; como algo que no solo es tema de estudio de la Meteorología, sino que aparece en el arte, la literatura, la poesía, la música… Pocos elementos de la naturaleza son tan inspiradores como ellas.

–El llamado Efecto Mariposa parece cumplirse en materia climática, ¿estamos tan interconectados?

–Sí, la atmósfera terrestre, en contacto a su vez con los océanos, las grandes masas de hielo, la tierra firme que forma los continentes, así como todas las formas de vida del planeta (biosfera), no tiene fronteras. Todo está interrelacionado. Por eso, el calentamiento global no solo implica una subida de la temperatura del aire, sino un número creciente de impactos, cada vez de mayor magnitud en el resto de componentes que he enumerado. Por eso no basta con que sólo unos pocos países cumplan con el compromiso de reducir drásticamente sus emisiones de CO2. Los cambios en nuestra sociedad tienen que ser globales e involucrar a cada uno de nosotros.

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