Emilio del Río: «La mitología está en todas partes»

Con un lleno absoluto y un ambiente distendido, Del Río conversó con el director de relaciones institucionales de El Norte, Carlos Aganzo: «La mitología está en el aire, en todas partes», aseveró el autor, quien pasó revista a días de la semana, modismos (desde el eco hasta la caja de Pandora) y frases hechas y lugares comunes para demostrar la pervivencia de aquellos mitos en el habla y el día a día de cualquier persona en pleno siglo XXI: «Narciso se estaría haciendo hoy un 'selfie'», aseveró jocoso, en referencia al célebre personaje arquetipo del presumido y el arrogante.

«Los dioses no perdonan ni la soberbia ni la ingratitud», explica Del Río. «Hoy estamos en una época muy narcisista». Palabras y conceptos se trasladan con facilidad, tomemos el mito que tomemos. «Por ejemplo, en la actualidad Casandra presentaría el tiempo, pediría que cuidásemos el medio ambiente y vendría a hablarnos del medio ambiente». La referencia clásica es a la mujer con don de adivinación, hija de los troyanos Príamo y Hécuba, que jamás conseguía que creyeran sus prediciones. «Naturalmente, hoy tampoco nadie la haría caso».

Apoyado además por recursos humorísticos en una presentación, Emilio del Río se sirve de numerosos anacronismos cómicos para recontar estas historias clásicas, mil y una veces oídas antes a lo largo de los años y narradas con diferentes recursos narrativos. Simular un feed de una red social, el muro de un perfil en Internet o las conversaciones de Whatsapp entre dos deidades infieles, «y espiadas por 'Pegaso'», son solo algunos de los ardides ilustrativos con los que el autor acompañó su participación en el Aula de Cultura.

«El mito de Sísifo está de plena actualidad hoy también», aludió Aganzo, en referencia explícita a la mención del personaje por parte del presidente Pedro Sánchez en la presentación de su libro 'Tierra firme'. La tediosa e inacabable tarea de subir una roca a una montaña imposible ha sido metáfora incluso existencial, de plumas tan ilustres como Albert Camus, que condena a Sísifo a esta pena perpetua por el pecado de tratar de esquivar la muerte.

Entre la política y las historias profundamente edificantes, Del Río no quiso irse sin mencionar, entre muchos otros, el mito de Ícaro, quien se quemó las alas en desobediencia a su padre Dédalo por volar cerca del sol cuando huían del encierro al que les había sometido el rey Minos, en la quintaesencia de la enseñanza dirigida a los hijos a obedecer siempre a sus mayores.