'Vita Christi' reúne 56 piezas iconográficas de la Pasión en la sala de las Francesas

Desde que recibimos este bonito encargo, tanto la historiadora del arte Blanca Mateo Urdiales como un servidor, desde la elaboración de ese guion indispensable y la coordinación del catálogo, entendimos que teníamos entre manos un homenaje tributado por el ámbito de la Semana Santa. Hemos contado con la infraestructura de la Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Valladolid, la colaboración de la Junta de Castilla y León y el apoyo del Arzobispado. Cincuenta y seis piezas configuran la exposición, gracias a la generosidad de parroquias y conventos, seminarios, cofradías, santuarios, amén de la Catedral con su cabildo.

El título de la nueva muestra nació sin querer, 'Vita Christi', recordando una de las obras más importantes de la historia de la espiritualidad. Son las páginas de Ludolfo de Sajonia –popularmente conocido como 'El Cartujano'–, fallecido antes de la invención de la imprenta. Era el título más adecuado para reunir el camino que Cristo ha jugado en la historia del arte pero también de las percepciones, especialmente de su pasión, muerte y resurrección. Obra muy leída, incluso por Ignacio de Loyola en su proceso de 'conversión' y comienzo de elaboración de los Ejercicios Espirituales hace quinientos años.

Las piezas se reparten en cuatro capítulos, con pinturas, esculturas, libros, relicarios, documentos de la trayectoria de las cofradías. Desde una edición de 'Vita Christi' (1580) perteneciente a Robert Persons, fundador del Colegio de Ingleses, se recorren las páginas de los clásicos de la espiritualidad en 'Letras para la devoción'. En 'Una imagen de Cristo muy devoto' se profundiza en esa dimensión próxima del Dios sufriente para los místicos, con palabras de Teresa de Jesús, sobre todo por la iconografía del Ecce Homo. Y ahí están los cofrades que padecían con Cristo en sus dolores. Desde 'La mirada de Cristo' en una imagen del 'Atado a la columna' de Gregorio Fernández del convento de las carmelitas, recorremos los principales hitos plasmados por los artistas de la vida de Jesús, sin que falten los modos de enfocar la espiritualidad como sucedía con las obras del círculo de Luis Morales. El último de los capítulos, 'Historia de la Pasión', se centra en los instantes finales de la condena y el Calvario, partiendo de otra magnífica obra de Gregorio Fernández, el Crucificado del Carmen Extramuros o el Varón de Dolores de la parroquia de La Seca. Así llegaremos a la resurrección, con el Cristo que procesionó por las calles de Valladolid durante treinta y cinco años y perteneciente a la parroquia de Santiago. Una exposición para comunicar, como le gustaba hacer a Alejandro Rebollo.