Consulta la portada del periódico en papel
Uno de los trajes goyescos de Vicente Escudero. Carlos Espeso

Vicente Escudero, un flamenco que bebió de Duchamp y Berruguete

El Patio Herreriano reúne el universo del bailarín vallisoletano a través de sus películas, carteles, obra gráfica y teórica en una exposición hasta septiembre

Victoria M. Niño

Valladolid

Viernes, 24 de marzo 2023, 13:10

Manantial del flamenco moderno como bailaor, coreógrafo y teórico, Vicente Escudero llena tres salas del Museo Patio Herreriano. Más de medio millar de piezas entre carteles, películas trajes, libros, trajes, partituras, instrumentos, dibujos y pinturas recrean el mundo de quien enlazó la danza con lo ... que hoy se llaman «las artes escénicas performativas». Así lo quiere contar Pedro G. Romero, comisario de la exposición 'Coreografía. Bailes y danzas de Vicente Escudero' que podrá verse en Valladolid hasta el 10 de septiembre. La ingente reunión de material ha sido posible gracias a la coproducción del Centro Federico García Lorca de Granada, el Herreriano y el Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla, itinerando la muestra por estas tres sedes. La amplitud del espacio vallisoletano ha permitido ampliar lo visto en Granada y a Romero «seguir descubriendo».

Publicidad

El alcalde Valladolid, Óscar Puente, rememoró los orígenes humildes del bailaor, segundo en una familia de 13 hermanos nacido en la calle Tudela en 1888. Hijo de zapatero, sus primeros zapateados los dio sobre las tapas de alcantarilla y soñó con los escenarios siendo linotipista en varias imprentas de la ciudad. Este contacto con la tinta marcó su querencia por los grabados y la cartelería de sus espectáculos, como señala Romero, y como puede verse en las planchas que están en la exposición.

Revolución coreográfica

Fue autodidacta, aprendió de los gitanos y ya en París comenzó a depurar su baile hacia el «esencialismo» que le caracterizaría y que ha sido recogido por las posteriores generaciones.

«La exposición se centra en la revolución coreográfica que supuso y su condición de hombre de vanguardia, que debiera estar en los libros de la historia no solo de la danza sino del arte en general», explica Romero. Aunque a renglón seguido le despoja de los prejuicios que se han asentado como verdades. «El reconocimiento de Vicente Escudero es paradójico. Todo el mundo en el flamenco le señala pero hasta hace unos años no se sabía qué señalaban. El llamado nuevo baile flamenco –Israel Galván, Manuel Liñán, Rocío Molina– lo tienen como maestro absoluto y a la vez como maestro de vanguardia. Pero se desconoce a la vez la influencia por lo que era reconocido, ese baile flamenco tradicional de hombre que continuaron Gades, Farruco, Mario Maya y El Guito. Todo eso viene a partir de su decálogo, es un disparate que asumió una supuesta tradición que se inventa y todo el mundo da por hecho de que ese esencialismo de formas y expresiones es la base del flamenco. Es lo que se conoce como flamenco hondo verdadero aunque esos adjetivos son discutibles, los inventó él».

Romero ha hecho una primera inmersión en el legado del artista que custodia el INAEM, pero apenas ha llegado al 10%. Ha descubierto una película rodada por el propio Escudero de un concurso de baile que en el Sacromonte en Granada y que ganó una niña de seis años del Sacromonte. «El premio lo daba él, y eran mil pesetas que para 1932 era mucho dinero».

Invensión artística maravillosa

Además se acerca el texto de Escudero 'La escultura y la danza. Enigma del Berruguete', «en el que él establece una tesis loca sobre el flamenco castellano en la que dice que el 'San Sebastián' del escultor está bailando una seguiriya. Es una invención artística deliciosa, sin fundamento desde la musicología o la arqueología del baile, pero que permite ver la relación que el hace entre escultura y baile», la que después explotaría Val del Omar en su película 'Fuego de Castilla'.

Publicidad

Dibujó cuando ya no podía bailar, recordando cuando lo hacía para explicarse en sus conferencias, de esas «anotaciones coreográficas» también habla la muestra. Escribió libros, hizo películas, produjo espectáculos. Tuvo relación con Duchamp, Picasso o Miró, entre otros. Precisamente de la Fundación del mallorquín, que compró varias obras suyas cuando tuvo problemas económicos, también hay varios depósitos. Una gran panorámica de un artista de vanguardia para el que Romero reclama un sitio en la historia general del arte español.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad