Una mujer camina por delante del camión que alberga la exposición, en la plaza de San Pablo. ALBERTO MINGUEZA

Valladolid despeja los misterios del Guernica: cuánto costó, cómo llegó a España, dónde se pintó...

Una exposición en San Pablo repasa la azarosa historia del famoso cuadro de Picasso

Víctor Vela

Valladolid

Jueves, 23 de diciembre 2021, 07:32

Las pantallas del aeropuerto de Barajas informaban de la llegada del vuelo 952 procedente de Estados Unidos. El jumbo Lope de Vega –«el aparato más moderno de la flota de Iberia»– aterrizó aquel jueves por la mañana, a las 8:27 horas del 10 de ... septiembre de 1981, con un pasajero muy especial en la bodega del avión.

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Dentro de una caja de cuatro metros de largo y 500 kilos de peso viajaba el Guernica, «el último exiliado», el famosísimo cuadro de Picasso, convertido ya en símbolo y emblema, que pisaba por primera vez suelo español. Dejaba atrás una larga estancia en el MOMA (Museum of Modern Arts de Nueva York) y un extenso periplo por una veintena de ciudades (Oslo, Estocolmo, Los Ángeles, Chicago, Sao Paulo, Ámsterdam...)desde que, por primera, en 1937, se expuso en el pabellón de la República Española de la Exposición Universal de París.

Ahora, cuarenta años después de su aterrizaje en España, el espíritu de la gran obra antibelicista llega a Valladolid de la mano de 'Picasso. El viaje del Guernica', una exposición itinerante del Museo Reina Sofía y la Fundación La Caixa que acaba de recalar en la plaza de San Pablo, en Valladolid. Allí, hasta el 27 de enero, una colección de fotografías, vídeos y documentos facsímiles permiten reconstruir su largo camino y despejar algunas de las dudas en torno al cuadro.

¿Cómo se gestó?

En enero de 1937, el Gobierno de la Segunda República encargó un trabajo a Pablo Picasso, quien, después de unos meses de incertidumbre, decidió plasmar en lienzo un episodio de la Guerra Civil española que le estremeció: el bombardeo, el 26 de abril de aquel 1937, de Guernica por las fuerzas aéreas alemanas e italianas.

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«La repercusión en la prensa republicana e internacional fue inmediata. Los periódicos se llenaron de imágenes espectrales de la ciudad en ruinas, de mujeres y niños, de titulares con gritos de socorro y referencias al drama de los refugiados. Picasso tuvo noticia del bombardeo de Gernika-Lumo a través de la prensa gráfica, en concreto los periódicos L'Humanité y Ce Soir. Las imágenes y el relato del episodio bélico actuaron como un reactivo para que el artista emprendiera de forma definitiva la obra que el Gobierno de la Segunda República le había encargado. Los temas que desde hacía tiempo le perseguían —el pintor y la modelo— se articularon en torno a una idea central: el terror y el dolor frente a una demostración de máxima violencia«, explica la exposición.

El 1 de mayo comenzó a pintar aquel encargo en un estudio alquilado en la calle Grands-Augustins de París. Cinco semanas y 45 bocetos después, el 4 de junio, lo terminó. La artista Dora Maar testimonió con sus fotos el proceso, hasta que, por fin, pudo verse en público en la exposición parisina.

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¿Dónde pudo verse por primera vez?

Imágenes de la exposición en París. ALBERTO MINGUEZA

«La Exposition Internationale des Arts et Techniques dans la Vie Moderne de París abrió sus puertas el 25 de mayo de 1937», recuerdan las cartelas de la muestra. «En un momento de máxima tensión prebélica, uno de los lemas de la exposición fue el trabajo por la paz y elentendimiento entre los pueblos. Separados por pocos metros, los pabellones de lUnión Soviética y de Alemania contradecían ese discurso pacifista: los dos grandilocuentes pabellones se imponían metafóricamente sobre el mapa del mundo. Los arquitectos Josep Lluís Sert y Luis Lacasa, fieles a los principios del movimiento arquitectónico moderno, idearon un pabellón modesto en materiales y en escala de tres plantas: un edificio antimonumental. Josep Renau, director general de Bellas Artes, ideó todo el programa, confiriendo gran protagonismo a los fotomontajes y convirtiéndolo en una eficaz máquina de propaganda. El interior se organizó sobre tres ejes, que fueron las artes plásticas, el folclore y las artes populares, y el programa de gobierno y los logros de la República. La guerra fue el tema dominante de las obras, realizadas especialmente para la ocasión por una serie de artistas invitados, como Pablo Picasso, Julio González y Joan Miró, reconocidos a nivel internacional».

El Guernica quedó instalado en la planta baja, frente a 'Fuente de mercurio' del americano Alexander Calder. El patio funcionó como ágora, donde se celebraron conferencias, proyecciones de cine, representaciones y conciertos. Se instaló al aire libre, «para acentuar la condición de mural que tenía inicialmente», asegura Manuela Padrón, asesora de la muestra. «Hoy sería impensable su exhibición a la intemperie».

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¿Cómo llegó a EE UU?

Mural que recoge todos los viajes del Guernica. ALBERTO MINGUEZA

«Tras la clausura de la exposición de París, el 25 de noviembre de 1937, el Guernica inició un periplo de alcance mundial como obra de arte y como reclamo de propaganda política», se explica en las visitas guiadas de la muestra (hay de dos tipos, las que duran media hora y las más largas, de 60 minutos).

«Su primer viaje, en la primavera de 1938, fue a Escandinavia. Se trataba de una exposición itinerante de obras de Picasso, Matisse, Braque y Laurens, organizada por el artista noruego Walter Halvorsen, con la colaboración del galerista Paul Rosenberg. De regreso, el cuadro le fue entregado a Picasso, quien aceptó darle el mayor uso artístico y político», se expone en la exhibición.

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«En septiembre de 1938, en el marco de las actividades del Comité Nacional de Ayuda al Pueblo Español (National Joint Committee for Spanish Relief), el Guernica y sus dibujos viajaron a Inglaterra. Picasso se implicó personalmente en la campaña, y el cuadro se expuso en varias ciudades. El líder del partido laborista, Clement Attlee, presentó la exposición Guernica. Pictures by Picasso en la Whitechapel de Londres (enero de 1939), como clara manifestación de lucha antifascista».

«Para la tercera gira, el cuadro cruzó el Atlántico. Promovida por la Campaña de Ayudaa los Refugiados Españoles (Spanish Refugee Relief Campaign), en mayo de 1939 se inauguró una muestra en una galería de Nueva York, y de allí viajó a Los Ángeles, San Francisco y Chicago. Para entonces, la Guerra Civil había finalizado con la victoria de Franco, por lo que no se daban las circunstancias para poder devolver el cuadro al pueblo español». En la muestra hay varios documentos que testimonian esta recogida de fondos.

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«Ello no fue obstáculo para que Alfred H. Barr, director del Museum of Modern Art de Nueva York (MoMA), presentara una gran exposición retrospectiva: 'Picasso: Forty Years of His Art', un ejercicio de estudio y sistematización que marcó el arte, la crítica y la historiografía picassiana en los años posteriores. El Guernica se presentaba como el punto culminante de una carrera iniciada cuarenta años atrás. La exposición fue un éxito, con más de 60.000 visitantes y una gran repercusión en los medios de comunicación».

«Aprovechando el contexto de guerra en Europa, Barr, que pretendía convertir el MoMA en una referencia mundial del arte con la mayor colección de Picasso del mundo, instó al artista a depositar el Guernica en el museo para que, de este modo, permaneciera en Nueva York. Pasados unos años, mientras en España se vivía la represión del franquismo, Picasso declaró que el cuadro continuaría en el MoMA hasta que el pueblo español recuperara las libertades arrebatadas», se informa en la exposición. «A partir de 1940, el Guernica viajó desde el MoMA a distintas ciudades de Estados Unidos. De este modo, Barr consolidaba el papel de autoridad pedagógica del museo y convertía el cuadro en imagen y tema para los medios de comunicación y de consumo.

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¿Qué simbología tiene la obra?

El toro, el caballo, la mano con una espada rota, la madre con el niño muerto... «Picasso nunca dio una explicación clara sobre el significado de estas imágenes. De hecho, se contradecía constantemente», recuerda Padrón, mientras apunta a varios documentos que pueden verse en la muestra. Entre ellos, cartas de especialistas (Juan Larrea, Alfred H. Barr) que, en 1947, intentaban arrojar luz («son solo teorías») sobre esta simbología.

En enero de 1947 se publicó la viñeta gráfica de 'Ad Reinhardt How to Look at a Mural: Guernica', una guía del cuadro desde la sátira gráfica que señalaba el contexto histórico, el valor de los símbolos y el significado de cada uno de ellos: el uso del blanco y negro, la tensión entre el caballo y el toro, o la fuerza expresiva de la mano, la cabeza y el brazo mutilados«. Una réplica de esta viñeta puede verse en la muestra de San Pablo.

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¿Cuando volvió a España?

Noticia publicada en El Norte sobre la llegada del cuadro a España. EL NORTE

«En España, el Guernica constituía el símbolo de las libertades perdidas. En la década de 1960 se realizó una tímida campaña, desde la universidad y desde el Gobierno, que solicitaba la entrega del cuadro, lo cual resultaba incoherente con la realidad de la dictadura», continúan las explicaciones de la visita guiada.

«No fue hasta después de la muerte de Franco cuando se iniciaron oficialmente las gestiones al respecto. El Gobierno de Adolfo Suárez lo convirtió en una cuestión prioritaria, y contó con el apoyo de la oposición. Para ello, era necesario trabajar en dos líneas: ofrecer pruebas del grado de libertad y democracia que existía en España, y aclarar la cuestión de la propiedad del cuadro y la entrega del mismo por parte de Picasso al pueblo español«.

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Llegada del lienzo a España en 1981. EFE

«La carta de Max Aub a Luis Araquistáin del 28 de mayo de 1937, en la que se constataba la cantidad pagada a Picasso (150.000 francos) y que podría constituir una prueba de la adquisición de la obra por parte del Gobierno, fue uno de los documentos decisivos para que el MoMA aceptara su traslado. El Guernica llegó a España el 10 de septiembre de 1981, rodeado de una enorme expectación. Desde el Gobierno, la llegada del Guernica a Madrid se presentó como un signo de reconciliación entre los dos bandos de la Guerra Civil y el final de la transición. Como señaló la prensa, regresaba «el último exiliado».

El primer emplazamiento en España fue el Castón del Buen Retiro (Museo del Prado), en Madrid. El cuadro se enmarcaba en la exposición 'Guernica. Legado Picasso' que, además del cuadro, presentaba las 45 obras asociadas al mismo (entendidas como un conjunto inseparable), cosechó un gran éxito. Cinco mil visitantes al día, dicen las crónicas de la época.

El 26 de julio de 1992 se trasladó hasta el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, dode puede verse en la actualidad. Los conservadores impiden que se mueva de allí debido a su delicado estado, después de tantos años de viaje.

'El viaje del Guernica'. Hasta el 27 de enero enSan Pablo. Lunes a viernes, de 12:30 a 14:00 y de 17:00 a 21:00 horas. Sábados, domingos y festivos, de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00. Gratis.

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