Rosana Largo junto a una de sus creaciones en la sala de Las Francesas.

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Rosana Largo junto a una de sus creaciones en la sala de Las Francesas. Iván Tomé

Rosana Largo lleva sus vestidos de cuento a la sala de Las Francesas

La pintora y diseñadora crea escenografías con indumentarias inspiradas en relatos infantiles y maestros de la pintura

Jesús Bombín

Valladolid

Viernes, 7 de marzo 2025, 19:47

En lienzos y vestidos ha estampado Rosana Largo (Valladolid, 1979) su personal estética cuajada en el mundo del cuento y el surrealismo. Un arte que ... ha mostrado en exposiciones y desfiles en galerías de Nueva York, Miami, Dubái, París , Florencia o Londres. Ahora recala en la sala de Las Francesas de su ciudad con una colección de vestimentas inspiradas en relatos infantiles y grandes maestros de la pintura enmarcadas en escenografías de época.

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'El vestidor de los cuentos' se titula la exposición que hasta el 4 de mayo recrea escenas de una decena de fábulas emblemáticas ambientadas en el estilo pictórico de artistas de referencia, tejiendo relaciones entre ambos mundos a través de la moda. «La mayoría de la gente no conoce cómo se llama Caperucita Roja pero sí que su indumentaria tiene tanta entidad que la define. Su nombre es Marilena, pero en la tradición oral se la nombra por su capa; igualmente te acuerdas para siempre del zapato de cristal de Cenicienta», enumera Rosana Largo.

Tanto en 'Las Meninas' de Diego Velázquez como en el cuento de 'Blancanieves' el espejo no solo refleja, también da pistas de quién es el personaje central. Tal es la ligazón en la que se recrea tanto el cuadro como escenas de la icónica narración. Frida Kahlo y el patito feo como ejemplo de que la diferencia en la identidad y el aspecto físico pueden erigirse en la mayor fortaleza transformando el dolor en expresión de belleza. O 'El jardín de las delicias' de El Bosco frente a 'El flautista de Hamelín' como metáfora del engaño y la dualidad entre el bien y el mal... así se van sucediendo escenografías en la muestra donde el protagonismo lo copan largos vestidos diseñados y pintados por la artista vallisoletana.

Una de las escenografías de la muestra. Iván Tomé

Trajes con sensores que muestren sentimientos

Contenta por exponer en la sala de Las Francesas –«Un espacio clásico que tantas veces he visitado desde niña»–, Rosana Largo comentó que le resulta más difícil pintar sobre un vestido que sobre un lienzo. «Hay que tener en cuenta que la vestimenta la va a portar una silueta humana o un maniquí, con lo cual hay que tener en cuenta los distintos volúmenes de cadera y pecho». Apuntó también que en la actualidad trabaja en un proyecto de diseño de trajes inteligentes «que muestren sentimientos a través de sensores de biometría, que midan latidos del corazón, pulsaciones y movimiento; serán vestimentas que cambiarán de color en función de cómo quien lo porte esté de motivado emocionalmente en ese momento. Es un proyecto que presentaremos en Dubái, donde en abril participaré en un desfile dedicado a Frida Kahlo».

Picasso y 'Pinocho', Dalí y 'El país de las maravillas', 'El mago de Oz' desde las pinturas de Goya o acercarse a 'El gato con botas' y 'La bella y la bestia' desde la inspiración de Leonardo Da Vinci son otras de las propuestas en las que el ropaje determina el rol y el ambiente de los personajes. Estéticas, modas y ambientes que tienen su réplica en artistas y temáticas como Botticelli y el mundo de las hadas, Caravaggio y el amor victoriano o un decorado dedicado a Van Gogh y 'El principito' con sendos retratos del pintor holandés y el escritor Antoine de Saint-Exupéry.

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En terciopelo, raso, tul o crinolina ha imaginado y plasmado la artista indumentarias de cuento con las que viene a componer «un relato visual» echando mano de la moda.

El desfile de escenas de cuento por los rincones de Las Francesas ofrece un despliegue de la impronta colorista y onírica que impregna la obra de la directora del Museo de los Cuentos y la Ciencia en la localidad palentina de Paredes de Nava y en la librería Pasaje de los Cuentos en la Villa del Libro de Urueña (Valladolid). «Todos estos vestidos han viajado por todo el mundo en ferias, galerías o desfiles y casi todos están cedidos», revela la artista, recordando que en la gala de los Premios Goya celebrados en Valladolid el año pasado la ministra de Igualdad, Ana Redondo, llevó uno de ellos.

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