La «reflexión ética» y la «implicación» de la vallisoletana Dora García ante el Premio Nacional de Artes Plásticas

Y ella se muestra «muy satisfecha, muy querida, muy contenta» por el reconocimiento de un jurado que destaca «su manera integral de concebir los espacios para crear 'performances' en las que resulta clave la interacción con los públicos, así como su versatilidad en la utilización de soportes y su capacidad para favorecer la reflexión ética relacionando conceptos y emociones».

«Me siento más cómoda con la idea de emocional que de conceptual. Lo conceptual es una coletilla que se usa para todo aquello que se escapa de lo convencional, lo que no se refiere ni a pintura ni escultura. Y eso incluye un campo amplísimo», explica García por teléfono. Ella lo cultiva con piezas en las que se une el cine con el dibujo, el teatro con la 'performance', la indagación estética y documental para explorar los «difusos límites» entre lo real y su representación. La idea como espita para la creación.

«Sus proyectos –decía el catálogo de la exposición que el museo Reina Sofía le dedicó en 2018– buscan la implicación activa y crítica de los espectadores». Pero ella prefiere hablar de públicos. En plural. «Porque hay muchos tipos de público. Es una palabra que me gusta, porque está vinculada con la idea de lo público y lo plural. La prefiero a espectador (por lo que tiene de pasividad)y a audiencia (que está más vinculada con criterios masivos)».

El jurado ha destacado además «tanto la solidez de su trayectoria como el trabajo del último año que, en el contexto de una pandemia, investiga sobre las relaciones entre política y amor y las formas de solidaridad entre minorías». Desde hace cuatro años está inmersa en su proyecto 'Amor rojo', que ahonda en las relaciones entre feminismo, socialismo y revolución. Artista, profesora e investigadora, vive entre Barcelona y Oslo (allí es profesora en la Academia Nacional de la Artes), después de pasar dos décadas en Bruselas.

Como artista, trabaja sobre todo en el campo de la 'performance', la producción de textos en múltiples formatos y el documental experimental. Su obra a menudo aborda la relación entre comunidad e individualidad en la sociedad contemporánea e investiga posiciones marginales, con homenajes a personajes excéntricos y antihéroes. Estas figuras marginales protagonizan proyectos como 'The Deviant Majority' ('La mayoría marginada', 2010], 'The Joycean Society' ['La sociedad joyceana', 2013) o 'Segunda Vez', un recorrido abierto por muchos de sus trabajos anteriores que pudo verse en el Museo Nacional Reina Sofía en el 2018. Allí, durante esa muestra que enlazaba psicoanálisis, política y palabra, la comisaria Teresa Velázquez y el director del museo, Manuel Borja-Villel, la definieron como «la artista más importante de su generación».

Dora García nació en Valladolid y junto al Pisuerga apenas ha vivido tres años de su vida, durante la Secundaria. «El trabajo de mis padres nos llevaba por muchas ciudades, pero allí vive toda mi familia.Y he trabajado mucho con el Patio Herreriano o el Museo de Escultura, que me parece el mejor museo de España. La última vez que lo visité me dejó perpleja, no solo por la calidad de sus obras. Es el museo con las mejores cartelas del mundo, tan bien explicadas que tratan al público como adulto».