Técnicos de Patrimonio Nacional analizan el virginal, que se expondrá temporalmente en la Galería de las Colecciones Reales antes de regresar a Tordesillas. A. Mingueza

Cultura

El realejo y el virginal del siglo XVI volverán a Tordesillas restaurados entre enigmas por resolver

Ambos instrumentos salieron del Real Monasterio de Santa Clara en 2020 en medio de una polémica del Ayuntamiento con Patrimonio Nacional

Jesús Bombín

Valladolid

Domingo, 23 de junio 2024, 08:27

De madrugada, el 19 de agosto de 2020 un camión especializado en transporte de obras de arte se llevaba de Tordesillas dos tesoros camino de Madrid. Pronto hará cuatro años de aquel viaje en el que Patrimonio Nacional sacó del Real Monasterio de Santa ... Clara de Tordesillas que gestiona dos piezas que permanecían almacenadas y deterioradas en el zaguán: el realejo y el virginal, dos instrumentos musicales del siglo XVI. El primero, de autoría anónima, y el segundo, traído desde Amberes en 1578 y firmado por Johannes Boss, «maestro de maestros, piezas singulares y excepcionales», en palabras de las restauradoras.

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El traslado del órgano de pared y el teclado portátil a los talleres del Palacio Real de Madrid para su estudio y restauración desató una gran polémica en la que el actual alcalde, Miguel Ángel Oliveira, llamó a la «movilización para frenar el expolio» ante la falta de confirmación de que retornarían una vez concluidas las labores de recuperación. Incluso el presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar, dirigió una carta a José Manuel Rodríguez Uribes, ministro de Cultura en aquellas fechas, instándole a suspender la mudanza de las piezas a Madrid.

Casi cuatro años después de aquel desencuentro, Patrimonio Nacional anuncia que tanto el realejo como el virginal retornarán al Real Monasterio de Santa Clara una vez que en este tiempo han sido sometidos a un «minucioso» proceso de documentación y recuperación.

La Capilla Dorada del cenobio albergará las obras en una gran vitrina climatizada de la que dispondrá Patrimonio Nacional en un año

El pasado martes el realejo fue desmontado para ser trasladado a los almacenes de la Galería de las Colecciones Reales. Varias plantas más arriba de este museo inaugurado el pasado verano se exhibirá al público desde el 25 de junio el virginal. Será en un espacio que agrupa varias piezas también del Real Monasterio de las Claras, fundado en 1363 por la infanta doña Beatriz, hija de Pedro I de Castilla. ¿Cuándo retornarán definitivamente ambos instrumentos a Tordesillas? «La previsión es de un año aproximado», explica Irene Domenech, subdirectora de la Galería de Colecciones Reales. «Se ha elaborado un proyecto para habilitar una vitrina modular a modo de isla con un sistema de climatización que conserve ambos instrumentos en codiciones adecuadas de atmósfera y luminosidad; ahora hay que licitarlo, adjudicarlo y construirlo».

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Detalle pictórico en la tapa del virginal de Hans Boss, de 1578. A. Mingueza

La pieza que el hijo del maestro Hans Boss trajo de Amberes para «alguien con mucho poder y dinero»

¿Cómo llegó una joya tan lujosa y excepcional al monasterio castellano?, ¿Quién lo encargó y pudo pagarlo? El aspecto espartano de caja de madera de álamo contrasta con la magnificencia de lo que protege en su interior. «Este virginal es único en España, fue un encargo para alguien con mucho poder y dinero, seguramente relacionado con la Corte o una dama noble. Además, va virmado por Johannes Boss, afamado constructor de Amberes», resume la restauradora María Suárez. «Por el testamento de Boss conocemos que fue un encargo, pero no se dice de quién. A la muerte del artista su hijo via a España a traer dos virginales encargados a su padre, y este es uno de ellos por el que debieron pagarle muchísimo dinero; en Nueva York hay un ejemplar parecido de un coleccionista privado. Este verano vendrá un investigador del Museo Metropolitano para conocer el de Tordesillas y vamos a intercambiar opiniones; seguro que va a enriquecer nuestro conocimiento y quizás salgamos de algunas dudas».

Vinculado con la música profana, la conservadora hace cábalas sobre su llegada al monasterio. «Los compositores que más han escrito en esta época para virginales son ingleses; era un instrumento para tocar música galante, para bailar, muy femenino y relacionado con las mujeres nobles. Pudo recalar en el convento como dote o un regalo de familia a una monja. Lo que está claro es que se trata de una dama noble cuya familia tenía mucho poder. Quizá en Amberes esté la solución, sería la siguiente fase que tendríamos que investigar». El instrumento ha sido sometido a trabajos de limpieza y consolidación, aunque su sonido no se ha podido recuperar.

Estas joyas musicales se instalarán en esa gran vitrina junto a un clavicordio en la Capilla Dorada del convento de Tordesillas donde conviven románico, mudéjar y gótico. Nada que ver con las «deficientes» condiciones en las que se encontraban, en un zaguán, sin poder ser contempladas por los visitantes, recuerda Ángel Balao, jefe del departamento de restauración de la Dirección de Colecciones Reales, que sigue sin comprender el conflicto suscitado en torno a estas piezas. «Me tocó traerlas desde Tordesillas y no entendíamos lo que pasaba, se corrió el rumor de que no iban a volver cuando desde el minuto uno todo el proceso estaba pensado para que fueran bien estudiadas, restauradas y documentadas. Se quería traerlas a Madrid para sacar fotografías, radiografías y analizar muestras de materiales».

Tubos del realejo. A. Mingueza

El retorno del realejo y el virginal del siglo XVI irá acompañado de un proyecto museográfico para su exhibición que permita dar a conocer su historia y las particularidades que hacen de ellos «algo excepcional», expone María José Suárez, conservadora de instrumentos musicales de Patrimonio Nacional. «Van a ser un reclamo de primer orden para visitar el monasterio y Tordesillas, la gente que se acerque para disfrutar de ellos se sorprenderá, cada vez hay más interés por la musicología, público que busca apreciar de cerca piezas como estas».

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Ángel Balao, jefe del departamento de restauración de las Colecciones Reales, explica los detalles del realejo del siglo XVI. A. Mingueza

Dudas de que el realejo perteneciera a Juana I de Castilla

Teclado del realejo con decorado.

Considerado como el órgano más antiguo de la provincia de Valladolid, este realejo del siglo XVI cuenta con 42 tubos. Es un órgano de pared fácil de mover y eminentemente femenino, pensado para música sacra, refiere la conservadora María José Suárez. Aunque históricamente se ha asociado este instrumento con Juana I de Castilla –vivió 46 años recluida en un palacio de Tordesillas–, tras los estudios realizados por Patrimonio Nacional se pone en duda su pertenencia a la reina. «Sabemos que tocaba el órgano, pero en su inventario cuando ocupa el palacio no se cita un órgano; sin embargo, sí se nombra en el inventario que deja al morir, de ahí que se la haya relacionado con este del que dudamos, entre otras razones, dada su factura tan popular. Eso no le resta singularidad, pero está hecho de manera más tosca de lo que sería un realejo de la monarquía. Hay que pensar que en el de El Escorial para una de las hijas de Felipe II aparecen escudos, los detalles están más cuidados...».

Otro aspecto que lleva a esta teoría es la ausencia de la firma de quien lo construyó en madera de pino–«seguramente en Valladolid»– y de la fecha. «Cuando el artista se reivindica como autor firma la obra y este no lo hace, eso nos lleva a pensar en un origen popular, de artesanos que trabajaban en Castilla para gente no nobiliaria» Remarca la restauradora que estas incógnitas no le merman «valía ni singularidad» a una pieza que llegó «en muy mal estado», en opinión de Ángel Balao, jefe del departamento de restauración de Patrimonio. Fue sometido a un tratamiento en una cámara de anoxia, un recinto sin oxígeno que mata los xilófagos que atacan la madera. «Algunas piezas habían perdido su resistencia mecánica; de hecho estaba calzado con un taco de madera porque le faltaba una pata, se han repuesto y consolidado piezas, la policromía presentaba varios repintados a lo largo de los siglos...». elle muy deteriorado, por lo que no emite sonido sin suministro de aire. «Tiene tal cantidad de pérdidas que habría que cambiar la piel, que tiene valor histórico; con todo, –cuenta Balao– se han hecho pruebas con una bomba de aire para ver cómo era el sonido y poder afinarlo y suena estupendamente, como comprobamos en grabaciones».

Otro aspecto que ponen de manifiesto estos instrumentos, al decir de la restauradora Leticia García de Ceca, es la relevancia de la música en la vida monástica. «Aún a día de hoy al ingresar en la orden las monjas reciben formación en canto e interpretación».

También volverán en breve al monasterio levantado a orillas del Duero los sellos de pan ahora expuestos en la Galería de las Colecciones Reales, junto a otras obras trasladadas temporalmente del cenobio propiedad de Patrimonio Nacional. «Siempre que sale arte de su espacio habitual se despiertan susceptibilidades, pero todo vuelve a casa, los museos son espacios vivos y renuevan sus fondos enriqueciéndolos con los existentes en otras sedes», añade Suárez.

Mientras el realejo con el que las monjas clarisas tocaban música sacra aguarda embalado en los almacenes el proceso de construcción de la vitrina que lo acogerá definitivamente junto al virginal, en las salas de la Galería de las Colecciones Reales –en el edificio 'empotrado' entre el Palacio Real de Madrid y los jardines del Campo del Moro– cientos de personas visitan a diario el espacio que condensa quinientos años de historia de España en un viaje en el tiempo con parada en retratos, armaduras, tapices, lienzos, orfebrería, carrozas, vestimenta y esculturas desde el reinado de Isabel la Católica hasta Alfonso XIII.

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Entre esta monumental colección hallará acomodo temporal el virginal de Hans Boss. Será la estrella en un espacio dedicado al monasterio vallisoletano junto a relicarios, imaginería, sellos del pan del siglo XVII, un álbum fotográfico de Jean Laurent y Jean Marie Lacoste... joyas de un convento que desde enero ha recibido 14.000 visitas. Retornarán los instrumentos a Tordesillas y,a la par, proseguirán las labores de investigación histórica siguiendo el rastro de enigmas aún por resolver en torno a detalles sobre su procedencia, quién los encargó o cómo recalaron entre los muros de las clarisas perdurando hasta nuestros días.

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