Rafa Nadal, durante la presentación de su estatua en Roland Garros. A la derecha, el autor de la obra, el vallisoletnao Jordi Díez Fernández. Xavier pladellorens

Un Rafa Nadal de acero 'made in Valladolid' en honor al campeón de Roland Garros

El escultor vallisoletano Jordi Díez presenta en París junto al tenista balear la estatua homenaje al deportista español. «Me intrigaba su reacción, pero su cara ha sido suficiente para saber que le gustaba»

Juan J. López

Valladolid

Sábado, 29 de mayo 2021, 08:25

Rafael Nadal ha sido «un reto de casi ocho meses». A destajo -sin casi horas en el día-, Jordi Díez Fernández (Valladolid, 1966) se encerró en su taller de fantasía en la localidad catalana de Centelles, en Barcelona, para recrear a uno de los ... deportistas españoles más importantes de la historia.

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Sin embargo, al escultor vallisoletano, a quien fascina la figura de Miguel Delibes -a la que podría recrear en un futuro, «quién sabe»- y quien siente especial devoción por el Museo Nacional de Escultura, no fue el palmarés del tenista balear lo que le inspiró. «Es su capacidad para sobreponerse a todo... Parece que todo está acabado, y él sigue y sigue...», describe el artista castellano afincado en Cataluña.

Fue esa capacidad de sufrimiento y esos valores los que llevaron al maestro a presentar su proyecto al director de la Federación Francesa de Tenis, Bernard Giudicelli, que recibió una carta en su despacho con el esbozo del trabajo. «Me confesó que tuvo una revelación y enseguida nos pusimos de acuerdo», recuerda en relación a aquellos días en los que iniciaba una escultura que rendiría tributo al tenista balear poco días después de que este hubiese conseguido su décimo tercer Roland Garros en la capital parisina en octubre del pasado año.

Casi ocho meses después, el pasado jueves, Jordi vivía «una gran incógnita». «Me intrigaba su reacción, pero su cara ha sido suficiente para saber que le gustaba», describe el escultor hijo de madre vallisoletana y padre catalán.

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«Ha dicho '¡joder! ¿qué es esto?' con asombro y ya me he tranquilizado. Es la primera vez que recreo a un personaje vivo... Sabía que él no iba a juzgar la obra como un artista, desde los ojos del arte, sino a una versión de si mismo», agrega el autor, quien enseguida añade ese otro «temor» al que se enfrentaba con el encargo.

«Otro asunto controvertido era que la escultura no podía parecer una despedida, y no quería que eso sucediese», afirma. «Se trata de una figura que potencia a Rafa y su trayectoria, de ahí la energía que he querido transmitir con ella», subraya Jordi Díez, quien escogió para esculpir al deportista español su golpe más emblemático, el 'drive'.

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Esculpido en acero, aparece suspendido en unos cables mientras efectúa un directo «en el que te imaginas la pelota saliendo a toda velocidad», apostilla el escultor, quien ha empleado 800 kilos de acero inoxidable para una estatua que mide 3 metros, 4,89 de ancho y 2 de profundidad. La obra se sitúa ya en el recinto de Roland Garros junto a Los Mosqueteros, que marcaron los primeros años de la historia del torneo y la del propio aviador que da nombre al mismo, inaugurada en abril del pasado año.

El reto ahora es que Rafa pueda ganar de nuevo en la tierra batida francesa para inmortizarse con la 'ensaladera' en su estatua. «Es precisamente ese el deseo, la energía que le he querido transmitir y que él me ha devuelto», indica el artista vallisoletano, quien recibió además un libro firmado del deportista mallorquín «con varias frases llenas de sentimiento y en los que los límites desaparecen cuando se trata de Rafa», confiesa.

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Presentación de la estatua de acero en Roland Garros de Rafael Nadal. En la foto de arriba, Nadal charla con el escultor vallisoletano Jordi Díez. Xavier Pladellorens

Miguel Delibes, otra inspiración

Jordi Díez trabaja desde hace diez años de manera exclusiva con acero inoxidable. Su reputada trayectoria le ha convertido en uno de los referentes de la escultura contemporánea.

Admirador del trabajo de Alonso Berruguete o de Juan de Juni, se «deleita» en el Museo de Escultura de Valladolid, «uno de los más importantes del mundo», a juicio del artista. «Me gusta ir de vez en cuando», admite en relación a sus raíces castellanas, que le unen a la ciudad por su familia materna.

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Además, Jordi se confiesa un admirador de Miguel Delibes. «Me gusta recrear a esos personajes que han traspasado su propia época. Han alcanzado un nivel tan alto que me inspiran, y Delibes es uno de ellos», concluye el escultor vallisoletano.

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