Secciones
Servicios
Destacamos
Eduardo Alonso (Santander, 1972) es ante todo un observador. Alguien que despliega la mirada en varias direcciones y en el viaje entre sus varias pasiones encuentra el orden sustentante de las cosas. Puede que una pieza de arqueología aeronáutica le recuerde la simetría del cuerpo ... humano, o le haga descubrir las líneas que comparten la naturaleza y la tecnología. En 'Urania', la exposición con la que ha vuelto a la galería Javier Silva de Valladolid, expone algunas de esas confluencias.
Así, a simple vista, hay aviones, fragmentos de fuselaje, el morro de una aeronave apuntando al infinito, y, entre estas piezas, estudios del cuerpo humano, dibujos clásicos de anatomía o retratos sutiles presentados en placas de Petri. Las primeras son fotografías en blanco y negro, realizadas con el móvil durante sus trabajos de arqueología aeronáutica para diversas instituciones. Fotografías trabajadas después para acercarlas a la técnica del dibujo y también a esa fase inicial de la fotografía, el periodo pictorialista, en el que se buscaba la aproximación a la pintura mediante la manipulación estética de la imagen.
Las segundas, las imágenes 'humanas' son diminutas y a modo de camafeos salpican las paredes de la sala. Tiene que ver con su interés por los métodos de enseñanza del dibujo, con su colección de manuales antiguos. Unas y otras se relacionan. Una cabeza humana de perfil y una 'cabeza' de un avión parecen contemplarse.
El arte como forma de indagación, así trabaja este artista con licencia para volar tanto en el aire como en el estudio. Entre la pista de un aeródromo y su estudio portátil («llevo lo necesario para el trabajo en mi mochila») las conexiones no paran y le llevan a otros vuelos, como el de la poesía, porque todo nutre su pasión: arte y vida se funden.
Eduardo Alonso ha encontrado su escala. El tamaño que le piden las fotos que tienen que ver con la aeronáutica se corresponde con la necesidad de los espacios abiertos, la necesidad también de introducir al espectador en la imagen, de hacerle sentir cierta emoción. El fragmento es en este caso la estrofa, el estilo, con la que subrayar el aliento poético de las imágenes.
Como otros artistas de su generación encuentra en el proceso más que en un resultado muy definido el mayor interés de su desarrollo artístico. Por eso, le gusta ver sus piezas como las maquetas de trabajo de la arquitectura. El campo de trabajo en el que introduce a quien se interesa por su arte.
El trabajo de Eduardo Alonso –artista que, aunque nacido en Santander, está fuertemente vinculado a Valladolid, donde se formó, tiene su estudio y fue beneficiario de una de las becas CreArt— a veces supera las dos dimensiones. Sus objetos, que en esta ocasión están ausentes de la muestra, que sí se vieron en la anterior exposición en la galería vallisoletana y que suele realizar a pequeña escala, tienen el encanto de esas piezas que resultan de eliminar todo lo superfluo, algo a lo que algunos artistas tardan décadas en llegar. Cómo este discreto creador al que es fácil imaginar embutido en una bata blanca, rastreando una fórmula química con la cabeza en las nubes, ha encontrado tan pronto el camino de la esencialidad es su secreto.
En 'Urania', una de las musas de la Antigüedad, protectora de la Astronomía y auspiciadora del conocimiento ha encontrado el símbolo del placer por la experimentación, la observación, la búsqueda y el descubrimiento. De ahí el título de esta exposición que demuestra el grado de madurez al que ha llegado su trabajo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
A la venta los vuelos de Santander a Ibiza, que aumentan este verano
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.