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Somos células, materia orgánica, como los chopos, como los huevos, como la fruta, pero también historia milenaria que opera, sin darnos cuenta, en nuestras decisiones. ... Por esa comunidad, no siempre bien avenida, con el medio natural transita la propuesta plástica de María Jesús Prieto y Concha Gay en la exposición 'Naturaleza imposible' que podrá verse en la galería Espacio abierto hasta el 4 de enero.
La artista palentina siempre ha tenido una motivación didáctica en sus creaciones. «Quiero comunicar algo y normalmente es un código racional, pero esta vez es más emocional. Esta serie está basada en los vitrales de las catedrales góticas. No está ligada a una filiación religiosa, sí humanista, en el sentido del panteísmo de Spinoza. Creo que formamos parte de la naturaleza y quiero transmitir esa emoción de pertenencia. Porque si la naturaleza tiembla, temblamos nosotros», cuenta Prieto. Su obra gira en torno a fotografías digitales trabajadas con pintura. «Quiero mostrar la biodiversidad.
En estas fotos hay álamos, robledales, la laguna de La Nava en Palencia, alcornoques de Extremadura», va recorriendo la pared. Esos bosques son reconocibles en los dos tercios superiores de cada cuadro, en la parte inferior está su intervención pictórica que contrasta por color y por los motivos geométricos de las citadas vidrieras, el orden geométrico humano frente a la libertad de formas naturales de los árboles. En medio, una hornacina con piezas 'portables', broches o pequeñas piezas de mesa que sintetizan la propuesta estética de Prieto en una paleta reducida pero muy subrayada con rojos y amarillos.
Frente a las 'naturalezas imposibles' de Prieto, las de Gay. Concha salta de la pared para conquistar la tercera dimensión con sus 'huevos' de fertilidad. «Es un símbolo de protección, en países como Bulgaria se pintan y se regalan en Navidad», cuenta. Hay huevos en peanas azules, hay un huevo pintado entre huevos de cristal,
En bastidores de bordar ha creado la vallisoletana 'Viaje interior' o la «pared del murmullo», como apunta su compañera Prieta. En cada tondo hay una boca a la que acompañan distintos elementos para hablar de la alegría, del tiempo, del silencio, de la generosidad. Termina el panel en el hueco azul, donde unas naranjas azules, demasiado tersas para relacionar el color con el moho, apuntan a otra imposibilidad de la naturaleza. Aunque el azul embotellado, justo abajo, se llame 'naturaleza impasible'. Las cajas de sal vacceas, procedentes de esa Pintia que tanto entusiasma a Gay, son citadas en otra de sus obras y remite a la memoria heredada, a esa historia emocional que tenemos incorporada sin saber de su procedencia.
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