![El Museo de Escultura saca brillo a los desechos con artistas pioneros de la economía circular](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2023/07/05/esc294.jpg)
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Del trapero del siglo XIX a las bondades de la economía circular. Un canto a lo inútil, al desperdicio, a los platos desportillados, los vidrios rotos, las latas de conserva, los trapos y juguetes que ya no sirven, lo viejo que goza de otra oportunidad, ... lo inservible que adquiere valor. A ese mundo remite 'La segunda vida de las cosas', la exposición que echando mano del arte invita a desterrar el modelo económico basado en la idea de usar y tirar para dar protagonismo a verbos como compartir, alquilar, reparar, reutilizar, renovar. Una apelación al reciclaje y a la dignificación artística del desecho que se fraguó en los talleres de pintores y escultores de las vanguardias y de la que se hace eco el Museo Nacional de Escultura con un recorrido artístico comisariado por su exdirectora María Bolaños.
Una treintena de piezas –esculturas, pinturas, fotografías, vídeos y collages– realizadas por Picasso, Miró, Esteban Vicente, Ángel Ferrant, Kurt Schwitters, Eli Lotar, Walker Evans o André Papillon, entre otros artistas, se exhiben en esta «muestra de bolsillo», como la denomina su comisaria, en la que se ensalza «el valor de los desechos». Y con ella la importancia de mirar a nuestro alrededor reparando en lo inútil, lo despreciado, lo que no sirve. Referentes de este proceder fueron los artistas de las vanguardias, que pasaron a ocupar simbólicamente la tarea que realizaban los traperos para ofrecer una nueva mirada sobre la materia como «un elogio de lo más frágil de lo que nos rodea», apunta quien durante trece años dirigió el Museo Nacional de Escultura.
De ese concepto de circularidad y reciclaje de materiales participan fotografías de traperos captadas en el primer tercio del siglo XX por Eugène Atget y Georges Lacombe, un collage de Picasso con recortes de periódicos y dibujos, o un ave compuesta por Esteban Vicente con restos de materiales diversos.
De cómo la cámara de Man Ray o Brassaï captó en la década de los treinta la singularidad de los objetos en busca de nuevos usos y dueños en bazares y mercadillos se da cuenta en esta mirada a las cosas que ocupan los márgenes de la cotidianidad. Una reflexión para recordar que la Unión Europea produce más de 2.500 millones de toneladas de residuos al año.
Alejandro Nuevo, director del centro museístico, apuntó que «el cambio climático es un desafío que incumbe a la Humanidad» y reseñó que desde el mundo de la cultura «no podemos ser ajenos a la consecución de un planeta más sostenible». En este empeño, subrayó que los museos han de apostar por la reutilización de los montajes de las exposiciones temporales.
La Fundación Joan Miró, el Patio Herreriano, el Museo Esteban Vicente de Segovia y el TEA Tenerife Espacio de las Artes son algunas de las entidades que han prestado obras para esta muestra impulsada por el Ministerio para la Transición Ecológica y que cierra una galería que conduce al visitante hasta el 'Yacente' de Gregorio Fernández (1627) asociando a los escultores del Barroco con la utilización de astas, cuero, cabellos, sogas, telas y otros objetos. Una gran estantería recoge en botes de cristal materiales orgánicos que los artistas encolaban, clavaban o empleaban para impregnar sus obras de corporeidad y mayor simbolismo. Lo descartado que se torna imprescindible.
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