La mirada propia de Primo para transformar la experiencia artística

Allí, en el puesto 9 de una antigua carnicería, Primo avanza en el diseño de 'Self', un proyecto que mezcla el collage de gran formato (analógico) con una intervención digital en 'motion graphics', unas infografías realistas en 3D que reaccionan –mediante sensores y vídeos– al comportamiento del espectador. El arte tradicional se trenza así con elementos «cambiantes e interactivos». «La obra se transforma a medida que la persona que la ve también lo hace», cuenta el autor. El modo en el que te acerques o mires condicionará aquello que percibes.

«Intento reflejar cómo las personas cambian a medida que tenemos relación con ellas. Busco retratar las múltiples capas que, como seres conscientes de nosotros mismos, estratificamos ante la mirada de los demás». En las pantallas, el espectador verá a una persona. «Al principio, cuando estás lejos, serán rasgos muy genéricos, casi emoticonos. Pero, a medida que te acercas a la obra, la proyección lanza elementos que te hacen reconocer la expresividad, de una persona concreta».

Ocurre, asegura, lo mismo que en el mundo real. El anónimo adquiere aristas cuando lo conocemos. El desconocido se convierte en rostro habitual. Si se establecen fuertes lazos, pasa a colega, compañero, amigo...Pero si te alejas, si esa relación se quiebra, vuelve a desdibujarse aquel a quien tan unido estuviste y que, por el tiempo o la distancia, se empieza a olvidar. En la obra de Primo (las figuras serán, en esta primera fase, un hombre y una mujer de mediana edad), esos seres cambiarán según se interactúe con ellos para «provocar sensaciones». «En mis proyectos me gusta que el espectador tenga importancia. No busco un cuadro hiperrealista que ya contiene la interpretación, sino que prefiero hacer sentir».

De hecho, el hiperrealismo ha sido siempre una batalla para Primo. «Desde pequeño he dibujado, pero lo dejé un tiempo (entre los 15 y los 21 años) porque viví acomplejado por el hiperreralismo. A lo mejor te decían: 'Uy, esta mano no está bien hecha'. Luego comencé a descubrir otros estilos (mi estilo también) y me quité esos complejos». Una charla en Madrid del ilustrador Puño fue clave. «Hablaba sobre esas razones que nos pueden llevar a dejar de dibujar. Ylo comparaba con la comida.Si tienes hambre, cocinas». Así que Iván volvió a los fogones del arte. Titulado en Marketing, formado en diseño gráfico e ilustrador y animador de profesión, ha recurrido también a Youtube para saciar su curiosidad de forma autodidacta.

El artista vallisoletano, de las Delicias –que ha participado en exposiciones propias y colectivas, trabaja como ilustrador en medios, editoriales y para grupos de música–, prepara el proyecto desde hace más de un año.«Estoy generando recursos de vídeo», asegura, con el reto de que la instalación tenga unas medidas de 2x1,20 metros y que pueda verse pronto gracias al empuje y apoyo de Galerías VA.