Juan de Juni, el imaginero del imaginario, en Las Francesas

Así se plasma en 'Juni: imaginario', la exposición que abrió ayer sus puertas y que reúne 30 obras realizadas por este imaginero, discípulos de su taller y seguidores que se inspiraron en su trabajo y que reflejan la enorme huella que dejó el escultor. Organizada por la Junta de Cofradías, con el apoyo institucional de Ayuntamiento y Diputación, la muestra ha conseguido un espacio que bien podría ser su taller ordenado con una continua presencia de admiradores de sus piezas como el Cristo Crucificado del convento de la Concepción del Carmen que da la bienvenida a los visitantes junto a tallas de gran porte, situadas en la parte central de este antiguo templo, como son el Cristo Resucitado del Burgo de Osma, la imagen de San Antonio de Padua con el Niño del Museo Nacional de Escultura o San Miguel Arcángel de Hornillos de Eresma.

Una extraordinaria primera impresión para los espectadores que además de la calidad del artística resume la procedencia de las obras para esta muestra: desde iglesias o conventos de la capital hasta templos de la provincia de Portillo, Hornillos, Tordesillas, Tudela o Medina del Campo hasta incluso del Museo Nacional de Escultura. Sin duda una muestra que sitúa al público cara a cara con el genio Juan de Juni que proclama con su gubia un sentimiento de piedad y de arte. Fervor por el sentido y advocación de cada una de las esculturas y patrimonial por la técnica empleada al esculpir para catequizar y despertar conciencias. Sin duda unos sentimientos de admiración y espirituales que también se despiertan con el montaje conseguido en la zona del presbiterio de esta sala municipal, donde destaca un crucificado del Monasterio de Santa María la Real de las Huelgas de Valladolid, de tamaño real e identificable a la obra de Juni.

Y es precisamente en este momento del recorrido por la exposición cuando los espectadores se sitúan con su memoria en las calles de Valladolid porque este crucificado y más en concreto otro similar que recibe culto en la iglesia de San Pablo, sirvieron de modelo para el escultor Lázaro Gumiel para realizar el Cristo de la Preciosísima Sangre en 1953. No obstante, el modelo iconográfico más reconocible es Nuestra Señora de las Angustias de 1561, que alcanza en estas fechas procesionales una especial significación por su gran valor artístico y por la gran devoción que concita. Así, un ejemplo de esta imagen mariana está en esta muestra con una pequeña talla de terracota policromada, de la iglesia de El Salvador; un grabado calcográfico del Museo de Escultura o la copia de la cruz guía de la Cofradía de las Angustias propiedad de la Junta de Cofradías.

La muestra puede visitarse en el horario habitual de las salas municipales y permanecerá abierta hasta el próximo 16 de abril con entrada gratuita.