

Secciones
Servicios
Destacamos
Una de las abuelas de Juan del Junco (Jerez de la Frontera, 1972) nació en Rodilana, pedanía vallisoletana de Medina del Campo. Hasta allí se ... trasladó el artista gaditano para medir un terruño de labor recién arado, «un patatal», dice. Tomó fotografías cenitales del terreno pedregoso que ahora expone sobre el suelo de la sala ocho del Museo Patio Herreriano de Arte Contemporáneo. La idea se inspira en un sendero de imágenes creado por Víctor Burguin, uno de sus referentes del conceptualismo. «Aquí empezó el camino», explica el fotógrafo, recordando cómo su abuela en los años cuarenta del siglo pasado tuvo que emigrar a Portugalete en busca de trabajo. Allí conoció a su marido, gaditano, con el que pasados los años acabaría asentándose en Cádiz. «El de las migraciones y las condiciones laborales es un tema aún vigente al que pongo mi mirada lateral, sigo observando y hago analogías».
El vuelo de las aves es requerido como metáfora en mosaicos adosados a los muros de la sala, repletos en horizontal de fotografías de gaviotas, garcillas y otras aves que unen dos costas –la andaluza y la vasca– con el interior mesetario de la Rodilana medinense. La afición de Juan del Junco a observar la naturaleza «como si yo fuera una mosca, un elemento más de ese paisaje», le fue transmitida por su padre, presidente en su día de la Sociedad Española de Ornitología. Desde niño se encarga de poblar ese imaginario con ilustraciones y libros de pájaros que le fascinan.
Ha creado para el Patio Herreriano la exposición 'Ese gran trecho-aun en vuelo- que separa el secano de dos mares' a modo de reflexión visual tejida en torno al territorio, la migración y la memoria. El uso del blanco y el negro da continuidad a las temáticas de aves con las alas extendidas, choperas de Tordesillas y oleaje marino, esta última propuesta con imágenes del mar visto desde arriba, «como lo apreciaría una gaviota».
Uno de los mosaicos –todos tienen insertas fotografías de 40 por 30 centímetros desplegadas siguiendo un mismo patrón estético– agrupa una veintena de nidos de cigüeña que remiten a la idea de filopatría, «la tendencia de algunos animales –explica el artista– a seguir en el mismo lugar en el que nacieron o a volver a su lugar de origen».
En un anejo de la sala se muestra en tres piezas una imagen panorámica del campo de Rodilana donde comenzó todo, y ofrece «a quien se lo quiera llevar» láminas de esa fotografía.
Fotografías sobre el vuelo que une o separa el secano de la costa, siempre acompañadas de textos como el de 'Búsquedas obsesivas' invitando a abstraerse entre letra e imagen. La exposición, con entrada gratuita, se puede visitar hasta el 28 de septiembre, de martes a viernes de 11:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 20:00, sábados de 11:00 a 20:00 horas, y domingos de 11:00 a 15:00 h.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.