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Águeda de la Pisa, en su terraza en Madrid.
Coronavirus: Águeda de la Pisa: «El ser humano necesita el arte para no ver el horror de la realidad»

Águeda de la Pisa: «El ser humano necesita el arte para no ver el horror de la realidad»

La artista palentina prepara lienzos y collages para una exposición en Guadalajara

Victoria M. Niño

Valladolid

Viernes, 5 de junio 2020, 08:06

La pilló el aislamiento con un cuadro empezado. Hace un año se mudó para separar casa y estudio, así que Águeda de la Pisa perdió «el hilo» de ese lienzo, al que ha vuelto hace dos semanas. «Compré material por Internet e intenté trabajar en casa, sin manchar mucho. Me centré en collages, volví a la infancia, a recortar y pegar. Han salido unos cuantos, tardé en encauzar el sentido de las imágenes», dice la pintora palentina que reside en Madrid.

Su última galerista, Eugenia Niño, propuso a todos los artistas con los que trabaja hacerse selfies. «Eso me ha obligado a buscar hacia dentro y hacia fuera de casa cada día. Por otro lado manejo una cámara para fotografía artística, no había indagado en las posibilidades de la cámara del móvil, que solo usaba para acumular datos, carteles, detalles», cuenta quien trabaja desde hace años en dos línes; sobre lienzos y a partir de fotografías de naturaleza y su relación con la arquitectura urbana. «Soy muy andarina y observadora. Este tiempo me ha permitido maravillarme con la explosión de la primavera en la vegetación y los pájaros de la ciudad. He perseguido a las urracas del árbol junto a mi casa, las ponía comida. También ver otros espectáculos que me han gustado menos como la política, que es una pena. El país necesita estabilidad para reanudar la marcha como sea». Considera De la Pisa que los artistas «son especialmente vulnerables, a lo externo por su sensibilidad y a lo interno, porque tienes que ser fuerte para insistir en lo que persigue».

Aunque siente que el poco reconocimiento hacia la cultura, «lo que salva al ser humano en los momentos difíciles» es general, lo percibe más acentuado en el caso de la pintura. «Los pintores trabajamos aislados, nuestra reivindicación es tímida, a pesar de que las asociaciones profesionales han recogido hasta 1.500 firmas en algunos manifiestos. Creo que otras voces del sector son más habilidosas a la hora de hacerse oír. La cultura no se atiende en España como en Francia, no se protege. Si vendo un cuadro, un 21% del precio es el IVA, y hablamos de nuestros ingresos. Pero por otra parte, uno debe encajarse donde uno vive y todos tenemos una responsabilidad a la hora de aportar de autoexigirnos».

Recuerda que si todos los museos del mundo han abierto en 'on-line' «será porque el ser humano necesita el arte para no ver el horror de la realidad».

Desde que la invitaron a mediados de los ochenta a formar parte del grupo Ruedo Ibérico ha ido encadenando exposiciones y encargos. «Es un honor que pintores que admiras se fijen en ti y decidan apoyarte». La pasó con Pepe Caballero y con Luis Caruncho. «Él organizó una exposición solo de pintoras en el Conde Duque de Madrid. Yo entonces no lo veía, le reproché que por qué no una de hombres. Pero tuvo tanto éxito que viajó a Toledo y al Gulbenkian de Lisboa. Nunca me sentí distinta a mis compañeros (era la única mujer del grupo). También porque ha sido mi generación la de la ruptura en el mundo laboral, en la formación, hemos abierto el campo. En cuanto al arte, nunca se ha hecho tanto como en los últimos tres años. Se ha investigado y sacado a la luz la obra de muchas mujeres artistas». De la Pisa celebra la reivindicación social pero considera que la verdadera pasa por «seguir trabajando y mantener la autoexigencia». Hace mucho que «la bohemia terminó, no vivimos de truques. Por eso yo necesito autodisciplinarme, tener un orden mental y horario. Sí conozco colegas que se aíslan tres meses a trabajar y luego lo dejan una temporada». Desde la crisis de 2008 ha visto cómo se han ido cerrando galerías, «en Castilla y León, en proporción mayor. Pero claro, si la gente no va más que a la inauguración, los galeristas se acaban cansando», cuenta quien tiene obra en el Reina Sofía, la colección del BBVA o de la Juan March. «Eso contrasta con la explosión de ARCO, la intensidad de cinco días en un mercado que te abre las puertas a ventas y otras exposiciones». Amiga de poetas, lectora de poesía en su estudio, recuerda con especial cariño a Francisco Pino.

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