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Pisos interiores que necesitan luz, distribuciones pensadas para familias numerosas que ahora habitan tres personas, optimizar el espacio en viviendas pequeñas, son algunas de las peticiones que los clientes hacen a los arquitectos que rehabilitan construcciones vetustas. El fin, adecuar la morada a las necesidades ... de sus moradores. Ese es el 'leit-motiv' de la exposición 'Reciclajes domésticos' con la que el Patio Herreriano celebra el Día de la Arquitectura. El Colegio de Arquitectos de Valladolid (COAVA) vuelve a la Sala 0 para mostrar los resultados artísticos de las soluciones prácticas que busca su disciplina.
18 proyectos firmados por nueve estudios vallisoletanos cuelgan de las paredes ya como realidad mientras en las vitrinas enfrentadas se exhiben los planos de los edificios del centro de la ciudad en los que se ubican, gracias a la colaboración del Archivo Municipal.
Con una edad media de 40 años, las construcciones demandan restauraciones integrales «que buscan mejorar la eficiencia energética, adquirir espacios más amplios, baños más equipados y cocinas abiertas», señalan los profesionales. Aunque es preferible una reforma de todo el edificio, «es más difícil convencer a toda una comunidad», señala Manuel Vecino, presidente de COAVA, por lo que los proyectos elegidos son de iniciativas particulares. «La sociedad actual demanda espacios diferentes y ese es el reto que hay que atajar desde la arquitectura. El futuro pasa por conocer, interpretar y adaptar las viviendas a las nuevas necesidades». En ese sentido, Irene Carvajal, concejala de Cultura, apuntó cómo la pandemia ayudó a valorar que «nuestro espacio más íntimo debe ir hacia un modelo más amable, cómodo y sostenible. Eso ha marcado el cambio de perspectiva a la hora de comprar una vivienda hoy».
Los comisarios de la exposición, Sara Pérez y Daniel González, enmarcan las propuestas teóricas del holandés Nicholas John Habraken cuya idea de la rehabilitación gira en torno a 'soportes', las estructuras comunitarias, y las 'unidades separables', las estancias individuales.
Los 18 proyectos coinciden en la búsqueda de espacios más diáfanos. De «dinamitar pasillos» habla uno. Muchos de ellos utilizan estanterías y estancos como elementos separadores, otrora tabiques. Las vigas de hormigón vistas es el único recuerdo del diseño primigenio. Hay miradores, 'bow windows', convertidos en ligeros balcones de acero, y cocinas cada vez más integradas en la estancia común. Entre los ejemplos, la 'reforma de vivienda para respiro de fin de semana de niños autistas', en una casa de tres plantas del centro de Tordesillas.
El Museo interpela a los visitantes con una mesa de dibujo en medio de la Sala 0 para que sugieran reformas que les gustaría llevar a cabo, para que dibujen sus ideas como los arquitectos.
Casas a medida en cuya confección interviene el «aumento de la burocracia», el «crecimiento de la demanda de reformas» y «la escasez de empresas que las ejecutan», señalan los profesionales. Sobre el precio, Vecino es tajante, «rehabilitar es más caro, el centro es caro. Compras un coche y al día siguiente vale menos, un edificio, más». Irene Carvajal apuntó que «la reforma de la Ley Urbana de Castilla y León pretenden regenerar el tejido urbano para que el centro no se vaya despoblando».
Junto a la exposición, se anunciaron dos charlas de los profesores Xavier Monteys Roig ('La casa en movimiento', día 10) y Carmen Espegel ('Amaneceres domésticos', el 7 de noviembre) y una mesa redonda que reunirá a los autores de los proyectos expuestos el día 17.
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