Con ustedes, el Museo Nacional de Escultura

Ana Pérez es la comisaria de una muestra de revisión histórica «sin ánimo enciclopedista». Todas las salas tienen una pieza central «que condensa el periodo que refleja y una foto que la contextualiza». El primer acto habla del origen, 'De la Desamortización al Museo de Pintura y escultura'. Los bienes secularizados con la ley de Mendizábal en 1836 se destinan a la educación publica a través de los Museos provinciales de Bellas Artes. El de Valladolid se ubica en el Colegio de Santa Cruz. La 'Cabeza de san Pablo', de Juan Alonso Villabrille, es la obra central, rodeada del autorretrato del primer director, Pedro González Martínez, de su carta pidiendo el nombramiento y del primer compendio histórico descriptivo de las obras del museo.

El segundo acto, 'La forja del Museo', abarca un amplio rango temporal, hasta 1932 cuando Ricardo de Orueta consigue que el Museo Provincial pase a ser Museo Nacional. «En ese momento se exponían todos los fondos, sin orden, de manera abigarrada, como hacen notar los escritores y viajeros que pasan por él», explica Ana Pérez. Emilia Pardo Bazán escribió «innumerable legión de esculturas que ya no cabe en él por falta de espacio y de instalación adecuada se deslucen». La pieza central es un 'San Francisco' que ocupó un lugar preeminente en Santa Cruz alrededor del que hay restos frisos, dinteles, remates de madera que formaron parte de sillerías y retablos. También pinturas de los concursos que convocaba Martí Monsó en los que se estudiaba el museo o algún cuadro cedido por el Prado, 'Estudio del Museo Nacional de Escultura'.

El tercer acto cuenta la mudanza del palacio al Colegio de San Gregorio. Un paje de alabastro procedente del sepulcro de los padres del obispo Diego de Avellaneda que no se había expuesto antes es la pieza destacada. El conjunto escultórico lo firmaron Felipe Bigarny, Enrique de Maestrique y Juan de Gómez entre 1536 y 1542.

«Las siguientes tres salas no son cronológicas. Sirven para comprender lo que somos ahora, más que un museo de escultura porque tenemos pintura y otras piezas, no solo de madera, nuevas colecciones y más sedes», explica Ana Pérez.

De los legados y donaciones recibidas de otras instituciones y particulares da cuenta el acto 4. «Por ejemplo un autorretrato de Tiziano que es del Prado pero estuvo mucho tiempo en este museo, un retablo portátil comprado en 2002 en Londres que nunca se ha expuesto o el legado Echevarría que nos dejó desde armas, arte decorativo y abanicos de Japón una pintura del XV de Maestro de Robredo». En la siguiente sala se refleja la llegada del Museo de Reproducciones, en 2011 a la Casa del Sol, que también es del Museo. «Esto amplía nuestro rango temporal, hasta la antigüedad, y los materiales. Casi todo aquí es yeso». La reproducción de la Dama de Baza domina el lugar. Finalmente los «usuarios, cada vez somos más usuarios que visitantes de museos» protagonizan el sexto acto. La pena central está vacía, invitación a quien quiera subirse y reflejarse en el espejo. El Museo también ha sido 'exportado' a otros contexto por los usuarios como refleja una portada de la revista 'Hola!', la carátula de un disco de Los Banzos, un décimo de lotería o un sello. Esto enlaza con la idea de Alejandro Nuevo, en la que es su primer exposición como director, de animar a la «participación del público, queremos que estén más presentes en nuestro trabajo, que nos ayuden a elegir los nombres de nuestras iniciativas».