Julio Martínez y Félix Sanz, con uno de los cuadros y una de las esculturas expuestas en Espacio Abierto. ROdrigo Jiménez

Félix Sanz y Julio Martínez suman cerámica y pintura en 'Tierra y luz'

El mundo mineral del ceramista y el vegetal del pintor desafían la física de la materia en la galería vallisoletana Espacio Abierto

Victoria M. Niño

Valladolid

Viernes, 22 de abril 2022, 10:44

Cerámica que parece mármol, pintura con textura de planta prensada y apariencia de tejido orgánico a escala molecular. Son los dos mundos que conviven en la galería Espacio Abierto hasta el 28 de mayo, la 'Tierra y luz' de Félix Sanz y Julio Martínez. Y ... como si la primavera hubiera llegado a sus talleres, blanco roto y añil para la escultura, corales, rojos y azules en los cuadros.

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Se conocen desde hace tres décadas, cuando ambos recibieron el premio de artes plásticas de la Diputación de Valladolid y ahora han encontrado el momento para que sus obras comulguen en el mismo espacio. Félix Sanz y Julio Martínez comparten un «sentir parecido sobre el arte, sobre la defensa de lo material», «ambos somos amantes del oficio» y tienen una conexión muy directa con la naturaleza.

Sanz tiene su taller en Tudela, allí crea sus «construcciones en gres con engobe de porcelana» que luego hornea en un proceso de carbonización llamado raku «buscando pátinas pétreas, muy parecidas a las marmóreas». Describe sus esculturas como «creaciones que van creciendo», unas verticales, otras desafiando la gravedad, «como si quisieran volar».

Esa sensación de ingravidez, de estado indefinido se da también en los cuadros de Julio Martínez, «en los que no se sabe si crecen o se desvanecen las formas, si están emergiendo o muriendo». Martínez no programa su obra, «va saliendo cada día». Parecidas formas «suspendidas» sobre fondo negro poblaron 'Constelación abisal', su última exposición en el Musoe Patio Herreriano.

Mientras Sanz ahonda en las posibilidades del mundo mineral, Martínez juega en el mundo vegetal y animal, de la química inorgánica, casi inmóvil, a la orgánica, inaprensible. Los dos parten de la materia, del objeto, para provocar la emoción en el que mira.

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Nueve esculturas que remiten a los mecanos y a Miró y a los colores de la antigüedad mediterránea y a un equilibrio, pese a todo, alcanzable, hablan con trece lienzos de prometedora ascésis sobre vivos fondos en este Espacio Abierto que va cumpliendo su objetivo de mostrar arte contemporáneo de aquí que aspira a alternarse con el de allá.

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