Una exposición rinde homenaje a Rodrigo de la Torre, el último cantero

Félix Sanz, director del Centro y amigo del artesano, le define como «un cantero de tradición, de obra, muy vinculado a la restauración, a la reposición. Puede verse su trabajo en San Pablo y en los leones del Campo Grande». Hombre riguroso «estaba reuniendo material, toda la documentación de los estudio previos a cada obra, para hacer algo. Le preocupaba la falta de artesanos que siguieran la tradición y la ausencia de estudios reglados sobre esto».

Ejemplo de este meticuloso empeño fue su «prueba primero teórica y luego práctica sobre las dos piezas del dintel del Pórtico de la Gloria, en Santiago de Compostela. Estaba escrito que era de una sola pieza. Él sostenía que eran dos y luego lo probó ya que en ese momento de la historia de al construcción no había ningún sistema de elevación que pudiera sostener tanto peso. Le invitaron al Colegio de España en Roma para hablar de esto», recuerda Sanz.

La exposición contiene dos obras suyas, «el arranque de una bóveda, una pieza muy propia de la labor restauradora de un cantero» y «la recreación de un elemento romano, partiendo del Arco de Medinaceli». Es el único artesano de Castilla y León que ha recibido el Premio Driehaus de las Artes de la Construcción Tradicional, que otorgan en Estados Unidos. Entre sus intervenciones están las catedrales de León, Jaca, Pamplona, Calahorra Gerona, Ávila; monasterios como el de El Escorial o Santa Creus y edificios civiles como la Universidad de Salamanca o el Hotel Reconquista de Oviedo.