Sin la complicidad de lugareños y voluntarios, buena parte del patrimonio de sus pueblos habría quedado reducido a escombros. Las campañas para salvar iglesias, castillos, órganos, torres del reloj o retablos han librado de la ruina a decenas monumentos gracias a sus vecinos e hijos ... del pueblo retornados en fines de semana o vacaciones. Muchos de ellos desde minúsculas poblaciones como la burgalesa de Masa. Allí sus 27 habitantes se propusieron recuperar el retablo del siglo XVII y el reloj del campanario del XX.
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Esta entidad menor se conjuró para poner fin a la degradación del retablo barroco dedicado a Nuestra Señora de la Asunción con esculturas de Ventura Fernández. «La asociación Páramo de Masa movilizó a la gente para involucrarse en la meta altruista de un pequeño pueblo», se señala desde el colectivo tras reunir los 55.000 euros. «Para los habitantes de Masa la iglesia es todo. Es el legado que dejaron nuestros ancestros. Supone el culto, el arte, un símbolo de tradición testigo de nuestros bautizos, confirmaciones, enlaces y despedida de nuestros seres queridos», señalan desde el colectivo apoyado en su campaña por la asociación Hispania Nostra. Esta plataforma ha ofrecido asesoramiento en 54 proyectos en diez años en todo el territorio nacional, de ellos 26 de pequeños pueblos de Castilla y León (el 48%).
¿Por qué lidera la región este tipo de movilizaciones, que llegan a traspasar fronteras consiguiendo aportaciones anónimas de donantes de países de Europa, EE UU, Brasil o Canadá? «A mí me gustaría conocer la razón», reconoce sin ambages Teresa Merello de Miguel, responsable de micromecenazgo de Hispania Nostra. «Nos sorprende gratamente que Castilla y León sea la región que más fijación tiene por estas iniciativas para recuperar su patrimonio más cercano». Observa que en las localidades más pequeñas pervive la idea de colaboración comunal, «de ponerse manos a la obra porque que nadie lo hará por ellos; una vez que alguien arranca, ese entusiasmo se contagia a otras personas; en las ciudades casi nunca hemos tenido el éxito de los pueblos».
De esos 26 proyectos en la comunidad, 16 se han lanzado en la provincia burgalesa. Desde Hispania Nostra no descartan la existencia de un efecto 'llamada' en esos SOS que se ven referendados con financiación colectiva. «El tándem pueblo minúsculo y patrimonio suele funcionar bien; hay lugares de la España vacía que casi nadie sabe dónde están y consiguen transmitir ese empuje al resto», sostiene Teresa Merello de Miguel. No olvida que en Fuenteodra (Burgos) en 2020 y 2022 se hicieron sendas campañas para recuperar la cubierta de la torre y de la nave del templo. Se lograron 97.000 euros. «Con esa cantidad lograron luego subvenciones y una empresa les proporcionó las tejas, lo que hace el micromecenazgo es encender la llama». Otro efecto colateral es la resonancia que otorgan las campañas, traducida luego en turismo «y despertando el interés por ese patrimonio».
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La iglesia de Fuenteodra (Burgos) pasó de la Lista Roja a la Verde tras dos campañas de donaciones en una región que lidera también el catálogo de monumentos en peligro de Hispania Nostra. De los 1.409 señalados en el ámbito nacional, 421 están en la comunidad. El éxito del micromecenazgo acompañó proyectos para recuperar el órgano de Vadocondes (Burgos), la ermita del Humilladero en Torrescárcela (Valladolid) o la de Bercianos del Páramo (León). 'Apadrina un tubo' es el reclamo de una última campaña, la de Busto de Bureba, en Burgos, para recuperar su órgano barroco.
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