El exilio cubano femenino muestra su arte en Valladolid

Las coloristas 'Sogas de seda' atrapan la atención del visitante. «La idea parte de una instalación que exhibí el pasado junio en Estados Unidos. Había 120 corbatas de seda de un funcionario público que se había suicidado. Colgaban en la pared, en el centro una silla sobre la que pendía otra corbata a modo de horca. Quería recordar las presiones que puede sentir un ser humano, no necesariamente relacionadas con la precariedad económica, y que pueden llegar a empujar al suicidio», explica Lorena. «Empecé esta serie de pinturas en mi instagram. Cada vez que sacaba un estampado, narraba la historia de quien usó esa corbata. Muchos eran espías o funcionarios públicos que habían escapado de sus misiones y terminaban misteriosamente muertos. El leit-moiv es la corbata como arma que atenta contra su dueño». Sabe que «la gente prefiere evitar estos tipos de cuestionamientos , que no queire que le amarguen la vida pero creo que son cosas que se tienen que hablar por eso capto la atención con el atractivo del color», explica.

Laura Lis comenzó en la joyería de artista hasta que sus piezas crecieron tanto que no podían ser llevadas como ornamento. 'Colección Votiva' son cinco bronces y otros tantos bocetos bordados, «son mis garabatos dibujados en trenes y aviones, que luego bordaba y añadía trabajo manual».

Esta colección está formada por «cinco órganos vitales escogidos porque son los que siento más demandantes: el corazón, el cerebro, el seno, el ovario con una referencia al ciclo hormonal de la mujer, y los testículos». Lis subraya la intervención en el ovario, «algo que padece solo la mujer, un ciclo de 28 días con el que hay que lidiar desde jovencitas cada mes». El arte le sirve como medio de conocimiento, como forma de lidiar consigo misma «sabiendo que si me siento bien yo, lograré proyectarlo en los que me rodean, mi hijo, mi marido, mi trabajo. El arte me ayuda a saber en qué momento estoy».

Yanelis Mora procede de la Escuela de Artes Dramáticas de La Habana, dejó la interpretación pero le quedó una mirada al mundo marcada por el escenario, los telones, las luces. «La historia de mis mapas parte de una terapia. Empiezo haciéndolos en situaciones de pánico y el mapa era el punto de salida cada vez que entraba en crisis. Luego los cogí, sume lugares que me gustaría conocer, vistas aéreas, y los convertía en geometrías con técnicas de patchwork, de luces teatrales, según la posición se transforma y muta». Ahora trabaja en colores oscuros, porque «tienen que ver con personajes históricos que hice en teatro», cuenta. Ella misma tinta los tejidos y va decantando los tonos que busca entre los que salen.

'Política de datos' es un conjunto de tres piezas de Adriana Arronte en las que esculpe con lacre y 'Formalización y Expurgo', realizada por estampaciones de sellos institucionales. «El lacre tiene que ver con la idea de guardar un secreto, se usaba para sellas una información y ahora la información es intangible, dispersa en redes». 'El sacrificio del otro' apela a la expropiación por el Gobierno de una compañía de acrbón radicada en Cuba «en teoría para beneficiar a gente pero como no pertenecía a nadie no fue bien administrada. Reflejo la idea de sacrificio del otro y no uno, mi presidente ayudó con algo que no era suyo y luego se dilapidó». Otras dos compañías tienen su historia en lacre. Adriana trabajó en Málaga con una beca de La Térmica y allí reunió los sellos con los que crea los mensajes de 'Formalización y Expurgo'.