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El obligado retiro de la guerra le llevó a coger los pinceles. Elvira Medina (1911-1998) nació en una familia de intensa vida cultural, con un padre poeta y un hermano escultor aunque no fue hasta 1936 cuando, con 25 años, comenzó a dibujar. Ese ... fue el primer paso de su formación como escultora y posterior dedicación al retrato, ya en Madrid. A su obra pictórica dedica la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción, una exposición de su sala de la calle Miguel Íscar.
Su sobrina Margarita Hinojal Medina relata en el catálogo cómo lo que empezó siendo un entretenimiento, animada por su hermano José Luis Medina Castro, autor del 'Toro' del Paseo Zorrilla, se constituyó centro de su vida. Yaquella niña nacida en Serrada, viajada por España al albur de los destinos del progenitor, gobernador civil, volvió a su pueblo y comenzó a frecuentar el Museo de Escultura de Valladolid. Allí sumará el dibujo al natural y los primeros modelados en barro. En 1942 será premiada como escultora y recibió una beca para estudiar en Italia. Las amistades de aquella estancia –Aurora Lezcano, Aurelio Blanco, Venancio Blanco– y la influencia de ese país la acompañaron siempre.
En 1951 dos de sus obras son seleccionadas para la primera exposición Bienal Hispanoamericana de Arte. Y cinco años después hace su primera muestra individual de pintura en Valladolid, en la librería Meseta. Entonces se decanta por la pintura. En 1967 se traslada a a vivir en Madrid y se consolida como retratista. Posarán junto a su caballete el conde Albert Thuill, el Marqués de Lozoya o Félix Rodríguez de la Fuente, entre otros ilustres.
El de su padre luce en la muestra junto con el de otra académica y sus autorretratos. De sus veranos en Serrada son los óleos de niños, los de su casa, los gitanos que ve en la calle, los animales de la pequeña granja. El color es su materia rima, con un rojo como jerarquizador de toda la imagen, ya sea una virgen, un niño o un bodegón de frutas.
En una esquina, un bouquet de flores, su último cuadro, el que estaba en su caballete junto a la paleta. La despedida de Elvira Medina.
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