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«Un regalo a la ciudad de Valladolid», así define Javier Hontoria, director del Patio Herriano, la exposición 'Derivaciones. Fotografía en España entre los 50 y los 80', que ha inaugurado junto con 'Universo Ferrant'. Ambas muestras completan las diseñadas para celebrar los veinte años ... del Museo.
Alberto Martín ha sido el comisario que ha seleccionado 300 imágenes de medio centenar de fotógrafos para mostrar la evolución del formato durante tres décadas clave. Generaciones, intenciones, intereses y territorios distintos conforman la visión panorámica de España. Grupos como AFAL, La Palangana o La Colmena, formados por fotógrafos nacidos en la década de los veinte, desarrollan la imagen como «documento humanista» y profesionalizan el oficio.
Cualladó retrata a los niños, Paco Gómez se ensimisma en las texturas de los elementos urbanos, Masats trasciende su famosa portería con sacerdote volando a frenar el gol con imágenes de la religiosidad popular. Ontañón se detiene en la vida rural y Schommer, célebre posteriormente por sus retratos, tiene una primera etapa de interés sociológico. Cristina García Rodero comenzó pronto a interesarse por las devoción y los ritos, pero también el sueño de una joven en un trillo. Fernando Gordillo inmortaliza la vida rural soriana y Joan Colom, las prostitutas del Raval. El hedonismo juvenil de la Costa Brava contrasta con el mundo del trabajo que le interesó a Xavier Miserachs.
Antítesis del misántropo
La segunda sala se abre con la revista 'Nueva Lente' que en su primer número de 1971 provocaba con 'Quizá alguien nos esperaba'. Un movimiento de renovación estética abre el objetivo a otras maneras de hacer y emparenta la fotografía con el resto de artes plásticas. El torero con el lechazo en brazos de Pablo Pérez Mínguez es una composición simbólica, despegada de la realidad. Joan Fontcuberta inicia las metáfora visuales que continuó Chema Madoz. Ouka Lele colorea sus imágenes y también fotografía en blanco y negro.
García Alix se corona como fotógrafo de la Movida. 'La Luna de Madrid' será la revista que recoja estas últimas inquietudes ochenteras.
Dos pisos más arriba, vive el 'Universo Ferrant', una exposición comisariada por la profesora de la Universidad de Valladolid, Irene García Chacón. La Colección de Arte Contemporáneo que alberga el Museo está aquí doblemente representada. Por un lado, con el legado de Ferrant que custodia y por otro, con los coetáneos de este que tienen obra en dicho fondo.
Ángel Ferrant (Madrid 1890-1961) fue la antítesis del artista misántropo. Escultor en esencia, también fue dibujante, creador de móviles, prolijo escritor de cartas y el centro de la constelación del arte español durante tres décadas. Su afán por trabajar con los objetos encontrados le acerca a Joan Miró, su curiosidad por el movimiento, con Calder, de quien fue amigo y con quien mantuvo correspondencia, su aportación a la Escuela de Altamira, con Mathias Goeritz, quien le dedica varias obras, y así un largo etcétera. Todos ellos están representados con alguna pieza en esta muestra que comienza con el primer bajorrelieve público de Ferrant, 'La escolar', luego también puede verse 'El matemático' y 'La mecanógrafa con ventilador'.
Mostró su trabajo con Serra, Ferreira y Oteiza en el proyecto 'Cuatro escultores'. En la Bienal Hispanoamericana de 1955 fue destacada su obra y la de Tapies. Ferrant fue maestro para las generaciones posteriores, para artistas como Millares y Villelia.
Irene Chacón ha extendido su universo por dos salas en las que puede verse la variedad de estilos, materiales y técnicas del madrileño en vanguardia desde los años veinte hasta los sesenta.
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