Cuidados paliativos para el arte

Calvo quiere trabajar en su ciudad pero «me vi obligada a irme. Un día me encontré con el concejal de Cultura y me dijo que teníamos que hablar sobre habilitar un espacio para seguir trabajando allí. Luego llegó la pandemia y espero retomar la conversación, aunque no cerraría en Madrid». Ella es una de las que ha mostrado su rechazo al Plan de Reactivación Artística que ha puesto en marcha la Junta a través de la Fundación Siglo. Gira en torno a una partida extraordinaria destinada la compra de obra a galerías y artistas de Castilla y León de 200.000 euros. Este plan se unía a otras ayudas para la digitalización de los negocios y la promoción de la industria cultural. La discrepancia con el sector surgió en el cómo más que en el qué. El Plan está acompañado de «una novedosa herramienta», una base de datos de las obras de los artistas y su precio.

La idea no es tan original, aseguran, ya puso en marcha el MUSAC el ADACyL (Archivo Documental de Artistas de Castilla y León), en 2011, con la posibilidad de que galeristas y artistas actualizaran sus datos. Precisamente es el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León era hasta ahora el referente en la materia dentro de la comunidad. El desencuentro de su director, Manuel Olveira, con la Fundación Siglo, es parejo al liderazgo que esta ha tomado en la política del sector enfadando a parte de los órganos que lo representan.

El Instituto de Arte Contemporáneo, desde su mesa de Castilla y León, y los Artistas de Artistas Visuales (AVACyL), se negaron a formar parte de un proceso de selección que adolece de «transparencia» a partir de una «base de datos errada».

«Esa base de datos ya estaba hecha en el MUSAC desde la profesión con criterios rigurosos. Lo que proponen ellos es un disparate ¿quién decide lo que se adquiere? ¿desde cuándo una institución pública puede tener un listado de venta? Me parece de un intrusismo escandaloso que solo ayuda a la confusión», afirma Adora Calvo. «Un catedrático universitario será muy bueno en su cátedra pero el arte contemporáneo no es una ciencia que se aprenda de un día para otro. Es poco serio querer controlar desde la política sin asesoramiento ni conocimiento del sector. Hay afán por controlar y falta de respeto al sector». Por eso Calvo ha decidido no proponer obra de sus artistas a estas ayudas. Apunta ejemplos de gestión más clara como el de la CAM, «desde el primer momento sabías quién integraba el comité de selección, profesionales».

Inauguraciones sin el creador

Esta semana se han conocido los ocho miembros del comité de selección de Castilla y León. La mitad son ajenos al sector. A las ayudas han concurrido 158 artistas, 10 galerías y 650 obras. Como la propuesta puede ser directa de los creadores o a través de sus galerías, se dan casos como el de Eugenio Ampudia, que firma la crítica al Plan y a la vez concurre al concurso porque le ha presentado su galerista de Max Estella.

Caso similar es el de Enrique Marty. El artista salmantino admite que intenta no meterse «en cuestiones políticas de arte por salud mental. No me hubiera enterado de estas ayudas de no haber sido por mi galerista (Pedro Gallego, La Gran). Él es muy crítico y con razón. Solo llamarlo Plan de Reactivación ya da la idea de un sostén temporal. Creo que los políticos no entienden el arte, hasta parecen sentir cierto odio». Por otra parte «Castilla y León tiene en el MUSAC el buque insignia del arte contemporáneo, quizá sea el más importante en España tras el Reina Sofía, y no se le tiene en cuenta. Ha puesto a León en el mapa y debiera ser mimado». Y va más allá. «Se construyó el MUSAC y el Herreriano en un momento dado, pero se ha demostrado que carecían de un plan a largo plazo, que los políticos ni tienen interés en esto», dice.

Su galerista también dejó Valladolid para instalarse en Madrid y en León. Desde allí lleva la agenda de Marty a quien la pandemia le ha impedido ver la exposición individual que le dedica el Hospital Real de Granada. «La monté a través de vídeo con el personal de allí. Espero poder ir antes de que se clausure el 19 de febrero. Tengo obra fuera de España en Francia, Gante y Amberes pero han tenido que cerrar. El 4 de marzo inauguro una individual en Amberes. Estoy en una colectiva del MUSAC con una pieza enorme en marzo ('La caída de los ídolos', que ya expuse en la capilla del Herreriano). En mayo voy a la Trienal de Brujas y también a Bruselas».

Javier Silva abrió hace ocho años en Valladolid su galería. «Cerré al comienzo del confinamiento y reabrí el 18 de mayo. Con todas las dificultades logísticas, opté por el proyecto 'Relecturas' a partir de los fondos de la galería. Cada dos semanas cambiada la exposición. Fue mucho trabajo pero tuve una gran respuesta del público.El 5 de octubre inicié la temporada con un artista residente en Barcelona que no pudo viajar y ahora con el vallisoletano Julián Cruz, que vive en Madrid y a pesar de las dificultades pudo venir», recuerda Silva. El parón de la actividad lo ha notado como el resto.

Ármaga, volcada en la web

«Recibí una subvención de la Junta de ayudas a empresas del ámbito de al cultura. No es mucho pero desde que abrí nunca había recibido nada». Al Plan de Reactivación ha presentado a varios de sus artistas. «Estamos a la espera, de momento soy optimista. Me ayudaría a seguir. Hoy tengo más ilusión que preocupación.Quizá en dos meses, cuando se fallen, tenga otra visión», asegura quien disfruta «con del contacto con el público».

Con las mismas ganas trababa Margarita Carnero, en la galería Ármaga en León desde 1998. «En el confinamiento he trabajado más que nunca.Decidí dar un giro a través de la web y las redes sociales. Me gustaría ser más conocida fuera de León y trabajar con otra gente. Una vez que se pudo abrir reinauguré con una exposición de Amancio González que ha ido muy bien, ha tenido mucha repercusión en redes y en ventas. Así que estoy contenta».

Marga ha presentado a sus artistas a la compra institucional de arte. «Me parece un batiburrillo de propuesta. La base de datos, desastrosa. Pero quiero ser práctica y no dejar a mis artistas fuera de ella». Dentro de su cartera ha elegido a creadores que «creo es interesante formen parte de la Colección de arte de la Junta, gente que está en activo y trabaja aquí. Toda ayuda que impulse el tejido empresarial artístico es bienvenida»

Grabado, pintura, libros de artista y pequeña escultura ocupan su espacio. «Cada vez tengo más clientes jóvenes que compran grabados a través de unas cuotas. Eso me parece interesante».Esa tendencia también la constata Marty anterior a la pandemia, «es muy meritorio ese coleccionismo».

Desde Aranda de Duero, Rodrigo Juarranz ha orientado su galería al mercado internacional, «un 80%de nuestras ventas se producen en ferias europeas, también tenemos algún coleccionista en EE UU y lo que no hemos tocado es Asia». 2020 comenzó bien para ellos, «en la feria de Karlsruhe y Art Madrid pero a raíz de la covid se suspendieron todas las ferias. Nos reenfocamos en varias plataformas de arte 'on-line' para mantener la visibilidad pero son caras, así al final, lo que lo comido por lo servido». También ha recibido una subvención a la digitalización y otra pequeña para gastos comunes. «Las ayudas de la Junta me parecen escasas y la compra institucional se ha demorado demasiado. Es verdad que se han implicado, personalmente he recibido llamadas interesándose por mi situación. Si ahora la compra cristaliza, esperemos que sea más significativa.Estamos expectantes, si la situación no mejora tendremos que tomar medidas más drásticas». La selección se conocerá en febrero.