Secciones
Servicios
Destacamos
«Hasta el pasado mes de noviembre, se podría decir –sin apenas dudas– que ninguna persona viva había visto este cuadro al completo», explica Juan Zapatero, director de la Fundación de Castilla y León. La única imagen pública que se tiene en la actualidad ... de esta gigantesca pintura (453x748 centímetros) es una fotografía en blanco y negro, de no muy buena calidad, que ilustra catálogos históricos y blogs en Internet. Ni siquiera el Museo del Prado, en cuyos depósitos (cuidadosamente enrulado) se conserva el lienzo, dispone de una imagen digitalizada de la obra. Muy pocos ojos la han visto. No hay una imagen pública que permita hacernos idea de los colores de este óleo que está a punto de cumplir 135 años. Pero esto va a cambiar en los próximos meses.
La Fundación de Castilla y León ha iniciado los trámites para emprender la recuperación de 'Salida de los Comuneros de Valladolid', el cuadro que el barcelonés Juan Planella pintó en el año 1887 y que, después de un periplo por depósitos y almacenes de instituciones culturales de Barcelona y Madrid, afrontará un proceso de restauración, en vivo, que podrá seguirse en el vestíbulo de las Cortes de Castilla y León donde, una vez completada la recuperación de la obra, se instalará, después de firmar un acuerdo de depósito con el Museo del Prado.
De este modo, la obra –que narra un momento cumbre de la Guerra de las Comunidades– encontrará por fin, décadas después, un espacio para su exposición y para el disfrute del público, lejos de los almacenes donde hasta ahora ha permanecido recluido.
«Sabíamos de su existencia, claro. Pero no del estado en el que se encontraba», reconoce Zapatero. La Fundación de Castilla y León solicitó hace meses al Museo del Prado la cesión de este cuadro para su exhibición el año pasado en la muestra 'Comuneros, 500 años'. El delicado estado en el que se encuentra frustró cualquier movimiento en este sentido.
Pero desde el museo estatal lanzaron una propuesta: un convenio por el cual Castilla y León se encargaría de la restauración del lienzo (con el asesoramiento y supervisión gratuita por parte de profesionales del Museo del Prado) a cambio de un acuerdo para el depósito de la obra en el vestíbulo de las Cortes regionales.
«En un primer momento pensamos en que un pintor actual podría hacer una reinterpretación del cuadro», cuenta Zapatero. La Fundación de Castilla y León también manejó la posibilidad (e incluso visitó al artista en su estudio) de encargar al famoso pintor de batallas Augusto Ferrer-Dalmau una obra que hiciera referencia a la revuelta comunera. Finalmente, se ha optado por la restauración de este cuadro de Planella. «Es la forma de darle una oportunidad que, si no es ahora, no va a tener nunca. Es posible que si no acometemos en este momento su restauración, el cuadro acabe tan deteriorado que sea irrecuperable». Y el lienzo tiene un indudable valor histórico.
La obra muestra al ejército comunero, a caballo, con banderas y lanzas, cuando sale de Valladolid camino del campo de batalla. A la cabeza de la comitiva figuran Juan de Padilla y Antonio de Acuña, obispo de Zamora.
Juan Planella (1850-1910), pintor, poeta, filósofo y acuarelista, participó con esta obra en la Exposición Nacional de Bellas Artes del año 1887, donde obtuvo una mención («medalla de segunda clase»). Este reconocimiento animó al Estado a hacerse con el cuadro. Pagó por él 4.000 pesetas (24 euros) de la época, según recoge la real orden del 14 de noviembre de 1887, que preveía como destino el Museo del Prado. Sin embargo, en una nueva orden de cuatro días después, el 18 de noviembre, consignaba su depósito en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona.
A pesar del segundo premio en aquella exposición de 1887, el cuadro 'Salida de los comuneros de Valladolid' no terminó de contentar a la crítica. La revista 'La ilustración española y americana' (puede consultarse en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes)publicó, el 15 de junio de 1887, en su número 22, una reseña sobre la obra:«Nadie presumirá saber el destino aciago de los comuneros por la expresión de sus rostros; el cuadro no tiene otra intención que la pintura de un grupo de guerreros a caballo. Parece un tapiz, ni más ni menos. (…) Solo hay dos figuras importantes, la de Padilla y la del obispo de Zamora, pero las dos son infelices», decía.
El periplo del cuadro no terminó aquí. En 1906 pasó al Ayuntamiento de Barcelona y de allí, en fecha desconocida, al Museo de Arte de Cataluña. En sus instalaciones encontró clausura hasta que se levantó definitivamente su depósito por una orden ministerial del 15 de diciembre de 1986. Y entonces, en 1987, regresó al Museo del Prado, que lo custodia en sus almacenes. La mayor pinacoteca estatal tiene entre sus fondos otro cuadro de este autor, discípulo de Claudio Lorenzale y Ramón Martí Alsina. Se trata de 'La vendimia', un óleo pintado seis años antes (en 1881) que está en depósito en el Museo de Bellas Artes de Murcia.
Con este acuerdo, Castilla y León quiere recuperar la obra de un artista que, según lo definen en el Museo del Prado, «se caracteriza por la corrección del dibujo y la gran expresividad de sus figuras». Presentó además sus obras en exposiciones universales de Berlín (1891), Chicago (1893) y Múnich (1894), y residió durante diez años en Italia, como explican desde la Real Academia de la Historia, que lo califica como «un fiel representante del realismo costumbrista, aunque también se especializó en pintura de historia y destacó, asimismo, como retratista».
El pasado mes de diciembre, el director de la Fundación de Castilla y León se entrevistó en Madrid con el jefe del taller de restauración del Museo del Prado y el conservador de pintura del siglo XIX de la institución. Allí, desplegaron el enorme lienzo («hay pisos con menos metros cuadrados») y comprobaron que se encuentra en un estado «bastante deteriorado». Cubierto con papel de seda japonés, en varias franjas del lienzo presenta problemas por haber estado (antes de su llegada a El Prado) en contacto con zonas de humedad.
Una vez mantenida esta reunión con la pinacoteca, está previsto un encuentro con el Instituto de Restauración de Simancas para establecer el pliego técnico que permita cuantificar el desembolso necesario para la restauración y fijar la contratación del proceso. La idea es que el lienzo llegue desde Madrid en febrero, que se comience a trabajar en el vestíbulo de las Cortes a continuación (el público podrá presencial esta labor) y que a finales de 2022 (la previsión son nueve meses de trabajo) la obra cuelgue en el 'hall' del Parlamento regional para su contemplación, en perfecto estado, 135 años después de que Planella pintara a los comuneros en su salida de Valladolid.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
A la venta los vuelos de Santander a Ibiza, que aumentan este verano
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.