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Un visitante contempla uno de los óleos de la muestra en la Sala de Las Francesas. Henar Sastre

Cuadrado Lomas se despide de la pintura en la sala de Las Francesas

Aquejado de problemas de salud, a sus 88 años el pintor vallisoletano anuncia haber «cumplido ya el ciclo» y protagoniza una muestra que enfrenta su obra más reciente con la de otras épocas

Jesús Bombín

Valladolid

Viernes, 26 de abril 2019, 14:07

Félix Cuadrado Lomas (Valladolid, 1930), el pintor de las panorámicas y las lindes geométricas que atraviesan en varios planos el paisaje castellano, lleva sin pintar desde el último verano. Problemas respiratorios y las dificultades de movilidad le merman fuerzas para salir al campo ... y seguir con los pinceles, aunque no con el dibujo. «No puedo pintar más; esto lo doy por finiquitado, ya he cumplido el ciclo. Tengo preparado un retrato para una chiquita y no sé si me moriré sin terminarlo, aunque mientras pueda seguiré dibujando».

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La exposición 'Cuadrado Lomas. Desde la atalaya', inaugurada ayer en la Sala de las Francesas, pone de relieve la continuidad de su obra a partir de paisajes, bodegones y desnudos creados en los últimos años hasta 2017, confrontándolos con óleos de idéntica temática pintados a lo largo de diferentes épocas desde 1960. En una cita con ribetes de despedida mostró su agradecimiento «a mis paisanos vallisoletanos porque gracias a ellos –remarcó– he podido vivir de la pintura, lo cual es una rara experiencia en el arte, y más en este momento».

Parapetado tras los pinceles en la búsqueda de lo esencial y la máxima expresividad a partir de la línea, la forma y el color, el artista encuadrado en el grupo Simancas ha desarrollado un estilo muy reconocible en figuras rígidas y geométricas que toman cuerpo en paisajes, palomares, mulas, desnudos, toreros y bodegones. La luz radiante y la perspectiva mandan también en unas pinturas de campos donde, desde sus inicios, afloran ecos de la Castilla desangrada, reflejo anticipado de lo que ahora se ha dado en llamar la 'España vacía'.

Entre los últimos óleos pintados por el artista de 88 años figuran panorámicas y tierras de labor coronadas por cerros, chopos, regatos y llanuras, escenas estampadas en colores terrosos o en contraste entre una amplia gama de verdes y amarillos. También cuelgan de las paredes de Las Francesas bodegones de cabezas de cerdo y de carnero de pequeño formato, además de composiciones de jarras, cerezas y platos.

La periodista y comisaria de la exposición María Aurora Viloria destacó del autor que «ha avanzado constantemente sin dejar de ser fiel a sí mismo, y ha captado y transmitido la belleza de las tierras que contempla desde su particular atalaya».

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Durante la presentación, el pintor que en 2017 rechazó el Premio Castilla y León de las Artes por no tener dotación económica, pidió más apoyo para los artistas de la tierra y, en presencia de la concejala de Cultura y Turismo, Ana Redondo, reclamó que «haya un museo para los pintores de Valladolid, podrían hacerlo en el Patio Herreriano».

También se explayó mostrando su parecer sobre temas diversos, mostrándose especialmente beligerante contra el 'imperio' del fútbol frente a la cultura. «Los de las artes vamos a acabar pidiendo limosna, han cambiado las humanidades por goles». Como despedida, reiteró que ya no puede pintar más, «no puedo estar ni de pie ni sentado. Y además –concluyó– han puesto un olmo frente al corral, y cuando empieza a echar hojas el estudio se queda sin luz, como una bodega, y yo con luz artificial he pintado poco».

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