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La cigarrera universal, capaz de seducir con un movimiento, Carmen es la protagonista de la nueva exposición de la sala de La Pasión. Hasta el 23 de agosto podrá verse 'Carmen. Mujer y mito' a través de las obras de la colección Pedrera ... Martínez con un hilo tramado por la comisaria Elena Alonso. 33 pinturas de 23 pintores españoles del siglo XIX dan una visión estéticamente contrastada con la ilustración de Picasso para la novela de Mérimée.
Antonio Pedrera Soler fue un empresario alicantino que durante cuarenta años compró arte. «Ahora tenemos la responsabilidad de conservarlo», dice el director de la colección que tiene su sede en Orihuela, Marcos Bello. «Esta representación puede considerarse un Prado chico, ya que en la pinacoteca nacional hay obras colgadas de 22 de estos 23 pintores».
Elena Alonso recordó que se cumplen 175 años de la publicación de'Carmen', de Mérimée, «primero dada a conocer por entregas en una revista y después como novela corta, con un capítulo añadido». En esa adenda, había una referencia al conocimiento que la protagonista tenía del «vascuence, porque había nacido en una familia gitana al norte pero se trasladó a Sevilla para trabajar en la tabacalera. Y es que Mérimée tenía un amplio conocimiento de España, a donde viajó siete veces y sabía distinguir rasgos típicos de cada región. Algo que se deja ver en la novela». Este escritor es la excepción en el fervor parisino por el orientalismo y el exotismo que comenzaba en los Pirineos y una de cuyas cumbres era la Andalucía árabe, alimentado más con estampas y prejuicios que con conocimiento del terreno.
La Pasión muestra una colección de retratos de una mujer poderosa, que baila, toca la guitarra, es el centro de atención con sus mantones de Manila, sus mantillas y bordados. La cortejan en los jardines de María Luisa, en la barbería, en la venta o en tablao. Toreros, flamencos y músicos la rodean. Eduardo León Garrido, Pablo Salinas Teruel, Raimundo de Madrazo, Francisco Padilla, Joaquín Domínguez Bécquer, Eduardo Chicharro, todos se detienen a pintar el mito. Son pintores italianizados o de la escuela de París, varios de ellos dirigirán la Academia de España en Roma y el Prado.
Frente a ese mundo de color, de puntillas, de interiores oscuros y de arquetipos nacionales, se alza el Picasso de 1949, esquemático en sus cerámicas y en sus dibujos. Concibe la ilustración de 'Carmen' como un experimento en el que juega con rostros enmarcados en contornos redondos y cuadrados. Sencillo, esquemático, expresivo en su minimalismo. Es un Picasso decantado del cubismo.
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