![Campo Baeza: «La buena arquitectura suele ser pacífica, serena, lógica, esa conmueve»](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202102/02/media/cortadas/alberto%20campo%20baeza-khf-U1304081947109LI-1248x770@El%20Norte.jpg)
![Campo Baeza: «La buena arquitectura suele ser pacífica, serena, lógica, esa conmueve»](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202102/02/media/cortadas/alberto%20campo%20baeza-khf-U1304081947109LI-1248x770@El%20Norte.jpg)
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Para un escritor de cartas como Alberto Campo Baeza recibir una felicitación postal por el Premio Nacional de Arquitectura del alcalde de su ciudad, Óscar ... Puente, le pone contento. En realidad dejó Valladolid muy pequeño para ir a su segundo hito emocional, Cádiz, pero en el Duque de la Victoria sigue regio el Círculo de Recreo que construyó su abuelo. De padre médico, Alberto heredó el oficio de aquel y, tras una larga lista de reconocimientos, le llegó poco antes de Navidad el galardón que para él solicitaron colegios profesionales y escuelas de arquitectura. Con obra por medio mundo este asceta, que vive en 30 metros cuadrados, sigue imaginando espacios para ser felices.
–Le reconocen como un maestro de la luz, ¿es la variante definitiva para usted?
–Me lo dicen siempre, pero la luz no es don Alberto sino de la arquitectura. Hay un ejemplo muy bonito que ponía Navarro Baldeweg que dice que una obra de arquitectura es como una obra musical. El aire atraviesa el instrumento y se produce milagro de la música. En arquitectura pasa lo mismo con la luz. Desde que empecé a ser profesor tengo un contrato con mis alumnos. Cuando van a Roma a ver el Panteón me deben decir si lloran o no allí. Tengo muchas tarjetas postales con la experiencia de los que lloran. Entras y provoca una emoción que los clásicos denominan 'el soplo de un aura suave'. Cuando acabé la obra de la Caja de Ahorros de Granada, hoy Bankia, tras un largo proceso de 12 años, y entraron las personas que iban a trabajar, alguno lloró. Cada vez que voy a Granada, paso a visitar a esa persona. La luz es material como la piedra, nos lo enseñó Newton con su teoría corpuscular, la luz es un material sólido, no difuso.
–El confinamiento ha dado otra dimensión a la casa y muchos se plantean mudanzas. ¿Será tendencia significativa a medio plazo o un cambio decorativo?
–Esta sociedad, y no me gusta decirlo pues prefiero ser positivo, es a veces muy ignorante y no es capaz de valorar lo que tiene. Hay arquitecturas maravillosas que la gente no sabe vivirlas, interpretarlas, sacarles el jugo. Si por una ventana entra el sol, habrá que dejar que pase. Creo que la arquitectura hecha por los arquitectos que salen de nuestras escuelas, son muy buenos en general, es para saberla vivir.
–Defiende una arquitectura razonable y vivible, ¿le ha restado mercado esa premisa?
–Me ha restado un mercado que no me interesa, el de la gente superficial que quiere espectáculo, pensemos en políticos que gustan de arquitectos que hacen cosas estrambóticas y la gente acaba pensando que eso será bueno. La buena arquitectura suele ser pacífica, como el Panteón de Roma, serena, tranquila, maravillosa que te conmueve. Pero no me quedo en la antigüedad, también hablo del Pabellón de Barcelona de Mies van del Rohe, que son cuatro muros y cuatro pilares bien colocados capaces de emocionar. No hace falta retorcer ni llamar la atención. Me gusta la arquitectura racional, lógica, serena.
–¿Qué tiene que tener un concurso público para que su estudio concurra?
–Que sea interesante. Hace años se me invitó a hacer unas vivencias sociales. Me gustaría hacer más. En aquellas desgraciadamente intentaron corromperme con una historia larga. Lo que me interesa de la arquitectura es que sirva a la gente. No solo casas felices, sino escuelas bien iluminadas, proporcionadas, en las que se esté a gusto.Ayer me escribió un amigo una carta simpática en la que me hablaba de un poeta que recordaba su guardería en Aspe (Alicante) y le apuntó que la había construido yo. Aún recordaba lo feliz que había sido en esa escuela y que cuando se portaba mal le metían en un servicio que tenía pavés por el que entraba la luz.Da alegría ver que lo que haces permanece en el recuerdo de la gente.
–Frente a la libertad que le permiten las casas privadas ¿no le limitó la construcción de escuelas?
–Hay normativa cumplir. Todas las que he hecho han sido para el Estado, con todo mi respeto y cariño a las escuelas privadas. He tenido la suerte de hacer escuelas públicas que pagaba el Ministerio. También siento el orgullo como catedrático de una Escuela pública, la Politécnica de Madrid, en la que sigo de emérito. Mi rector me hizo el regalo de contratarme los tres primeros años de recién jubilado que acabaron en agosto 2020. Y después, he sido contratado por la Escuela de Arquitectura de NYIT en New York como profesor de Proyectos. Cuando ya no había fórmula legal para seguir en la pública, pasé a la privada. Empecé las clases hace una semana, son dos días, tres horas, vía zoom. Es una suerte para alguien como yo, entusiasmado por la enseñanza.
–¿La crisis económica se traduce en la construcción?
–La arquitectura, desde el punto de vista de la construcción, es una industria que lógicamente tendría que resarcirse de las dificultades que se pasan en pandemia. Todas las obras que veo en Madrid siguen funcionando. Yo tengo más o menos el mismo trabajo de siempre. He seleccionado, no he sido un arquitecto comercial. Pero creo que no influye tanto como en la economía general.
–¿Qué le inspiran las energías renovables y los materiales sostenibles que tanto se citan en su sector?
–Se acoge todo bajo la palabra maldita de sostenibilidad y es algo tan sencillo como el sentido común.Ahora hay tecnologías que son utilísimas en el aislamiento pero no es que hayamos sido un desastre y ahora nos vaya a salvar la sostenibilidad. Los arquitectos suelen ser racionales. En Andalucía siempre se ha aprovechado la ventilación cruzada, en Cádiz las casas antes tenían un boquetillo en la parte alta de las habitaciones para salvar la humedad. También se empleaban cámaras de aire para aislar.Ahora se meten materiales aislantes eficaces con el mismo fin.La arquitectura, desde Vitrubio, siempre se ha preocupado de la 'utilitas', es decir de su función, de la 'firmitas', que estuviera bien construida usando materiales y tecnología de su tiempo, y la 'venustas', la belleza. La 'firmitas' de antaño es lo que hoy llamamos sostenibilidad.
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