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Entre el rumor de olas a orillas del Mediterráneo y el silencio de trigales y viñedos de Curiel de Duero extrae sensaciones al paisaje el pincel de Jesús Pablo Camargo (Granada, 1949). En estos dos escenarios ha forjado una pasión por la pintura de la ... que ha vivido profesionalmente este artista llegado de Andalucía a Valladolid con cuatro años y formado después en la Escuela de Artes y Oficios. En 1972 marchó a Mallorca y hace una decena de años decidió asentarse en la localidad vallisoletana de Curiel de Duero. Con estudio en ambos destinos, este vallisoletano de adopción reparte un calendario en el que la pintura sigue en la primera línea de sus ocupaciones, buscando en ella el contraste de ambientes. «Ilumino todo lo que pinto con mucha luz, mi estilo es impresionista total, del azul y los colores vivos del Mediterráneo a los grises y pardos de Castilla», resume antes de inaugurar la exposición 'Retorno en Semana Santa' en la oficina de turismo de la Acera Recoletos de Valladolid.
Aquí ha reunido dieciséis óleos con paisaje castellano, en su mayoría de la Ribera del Duero –vistas de Curiel, de Peñafiel, atardeceres en el campo, palomares...– y escenas de la Semana Santa en la capital y la provincia, desde el Sermón de las Siete Palabras en la Plaza Mayor de Valladolid o la salida del Cristo de la Luz del Palacio de Santa Cruz, a la Bajada del Ángel de Peñafiel.
El paisaje aparece siempre latente o explícito en la obra de Camargo, entre el mar y los campos de Castilla, las calas mallorquinas y las estaciones cambiantes del mundo rural castellano. «Por eso me vine aquí –explica–; tenía dominada la escena marina y quería pintar este ambiente de naturaleza cambiante en cada época del año».
Pintor que combina estudio y paisajes al natural, una de sus últimas obras es una estampa de Curiel de Duero con la nieve caída el pasado viernes. Al Ayuntamiento de la localidad ha donado 18 óleos este artista con abundante clientela de Alemania, Suiza y estadounidense. «La parte europea es la que más me compra, cuelgan mis cuadros en sus casas de Mallorca o en las de ciudades de sus países de origen. Se llevan mi obra colorida a sus casas, que son tan grises».
El uso de la espátula es otro de los rasgos distintivos de Camargo –«Con ella se consiguen más cosas que con el pincel»–, siempre con la idea del color imponiéndose al dibujo, tomando cuerpo en siluetas difuminadas. «No existe la Castilla gris, sino cielos muy fuertes de color, amarillos en verano y rojos en otoño con las hojas de las viñas, las amapolas en primavera...». La exposición se puede visitar hasta el 31 de marzo en la oficina de turismo de la Acera de Recoletos, de lunes a sábado de 10:00h a 14:00h y de 16:00h a 19:00h y domingos de 10:00h a 14:00h.
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