Un bosque sonoro de hilo y madera y cuerpos incómodos en el Patio Herreriano

Cristina Mejías indaga en el movimiento y Cabello/Carceller dialogan con otros artistas sobre la retórica identitaria disidente

Jesús Bombín

Valladolid

Domingo, 8 de octubre 2023, 00:19

Al acercarse a la instalación de Cristina Mejías (Jerez de la Frontera, 1986) unas manos flotantes dan vueltas sobre la superficie de cinco cuencos de latón llenos a rebosar de tinta china. Todos ellos conectados por hilos colgantes, enlazados unos con otros, colgados del techo ... dando forma a una gigantesca estructura móvil que llena la sala de rumores de roce, sutiles tintineos y un leve entrechocar de cristales de fondo. Entre los cuencos, varias piezas ondulantes de gran tamaño, talladas en caucho, madera de cedro, abeto y ébano conforman un bosque animado que conjuga estatismo y movimiento. Una obra que, en palabras de la artista, encarna la búsqueda de formas expresivas que huyan de los modelos normativos. «El proyecto parte de una investigación sobre el proceso de construcción de una guitarra flamenca», expone Cristina Mejías. A ese origen remiten las formas ondulantes que dominan la perspectiva de la sala del Museo Patio Herreriano. No es ajena al montaje la influencia de uno de sus hermanos lutier, «una profesión cuyos conocimientos a día de hoy continúan transmitiéndose de forma oral».