-k50-U150778954689QQF-1248x770@El%20Norte.jpg)
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Victoria M. Niño
Santander
Sábado, 9 de octubre 2021, 09:41
La pandemia dejó nuestras vidas en sus suspenso. Renzo Piano diseñó este edificio sobre pilotes para que se mantuviera la relación de la ciudad ... con el mar. Así he pensado esta exposición, en ocho pabellones suspendidos del techo entre los que se puede caminar y conocer distintas historias», explica Thomas Demand dentro del Centro Botín. Santander acoge la primera exposición del artista alemán en España bajo el título de 'Mundo de papel'.
El papel es la materia prima de quien fue escultor derivado hacia la fotografía por mor de su proceso de trabajo. Recrea escenarios, la mayor parte urbanos, en maquetas de papel, los fotografía y esa imagen es lo que permanece de su trabajo. El resto se destruye. Abre la muestra una imponente fotografía de nenúfares, evocación de Monet y del jardín que se hizo construir para tener el modelo de su pintura cerca. «Para llegar aquí han cruzado un parque con un jardín artificial que nada tiene que ver con la naturaleza, es una creación del hombre, con esculturas. ¡Cuánto artificio hay en nuestra noción de naturaleza! Cuando fotografío, creo la realidad en mi estudio», anuncia.
La relación entre verdad y ficción, entre objetividad e intención, entre hitos históricos y recuerdos personales transe la obra de Demand. Los ocho pabellones son ocho escenografías, habitáculos creados por los técnicos de la Ópera de Berlín. Es el de Demand un teatro sin actores, no hay presencia humana en sus imágenes. Apenas el mundo vegetal asoma en su artificio. Su recreación hiperrealista llama a engaño. De un primer vistazo se ve la mesa con la última cena que sirvieron a Whitney Houston en el Hilton de Los Angeles, el vaso, las flores, la salsa del plato, los suaves pliegues del mantel verde. Una mirada más cercana desvela alguna pequeña irregularidad que levanta la sospecha hasta escudriñar que todo está fabricado en papel de colores. Ese fue el momento previo a la muerte de la cantante a los 48 años, el 11 de febrero de 2012.
El terremoto y la explosión de la Central Nuclear de Fukushima conmocionó al mundo, la fuerza de la naturaleza y el desastre humano son ajenos, sin embargo, a la sala de control que recrea Demand en tonos neutros. Nos sitúa ante la paradoja de su inutilidad, del control imposible.
Los archivos vacíos de Trump
Demand vivió diez años en Estados Unidos y allí le sorprendió la fuerza de las fotografías de prensa. «En Alemania del Este todo el mundo leía los periódicos sabiendo que solo era verdad el resultado de los partidos deportivos. En cambio era lo contrario en EE UU. Vivía allí cuando Trump dio la rueda de prensa rodeado de un montón de carpetas con las que querían subrayar el gran trabajo que tenía encima. Ysin embargo estaban llenas de folios vacíos, algo que no dejaron constatar a ningún periodista». La foto de Demand recrea una habitación llena de archivos y una mesa que luce las carpetas de impoluta blancura, las pruebas falsas. «Es un personaje excéntrico que forma parte de nuestra memoria colectiva».
Más allá, un viaje a la Baviera del XVII, al taller de unos violeros con un ejército de instrumentos colgados. «Habla de la bonita resistencia de una manufactura. Hay violines de plástico de 10 euros, pero si quieres uno de madera, incluso los construidos en China necesitan de cinco personas trabajando con sus manos. El sonido que se busca no admite maquinaria».
Los ocho pabellones están rodeados de paredes empapeladas con un diseño de rollos de papel verde, emulando a un bosque. La naturaleza recreada por Demand rodea sus construcciones urbanas, sus casas vacías. Con una obra cercana a la arquitectura, Demand ha concebido este 'Mundo de papel' para el espacio de Piano e incluso rinde homenaje a otro arquitecto, Robert Vorhoelzer. Otro artista citado es Matisse, el suelo de madera de una habitación luce en su esquina los recortes de colores que quien, enfermó, cambió el óleo por el collage.
A veces una escena doméstica, la mesa tras una comida familiar, «la recreo y la llevo a otra dimensión. Mi verdad no es la de los números del periódico, la de los hechos. Lo que muestro tiene que ver con la verdad pactada del artista, como una narración de Nabokov». Precisamente 'Crimen y castigo', de Dostoievsky, y lo cuentos de Chejov son las lecturas que acompañaron a Snowden en su refugio moscovita cuando era un refugiado huido de la justicia americana. Demand levanta su habitación funcional y fría en la zona de tránsito del aeropuerto de Moscú donde pasó 40 días. La atención mundial se fijaba en su rostro. Demand, en sus lecturas.
«Cada maqueta me puede llevar meses e incluso un año. Pero a veces, como los novelistas que un día escriben un poema o algo más corto, hago mis haikus, obras que no forman parte de ninguna serie. Son las que cuelgan al fondo, a modo de laberinto visual». Dos películas completan la retrospectiva del alemán.
«Están rodadas con la tecnología de los dibujos animados de Disney en los años veinte». Una de ellas sigue el movimiento en el suelo de una pinza que sostiene globos de una fiesta de cumpleaños. El viento esboza arabescos de la pinza con la sombra de los globos siguiéndola. La otra película recrea el efecto del fuerte oleaje en el Pacific Sun, un crucero de lujo, en la travesía de Tasmania a Nueva Zelanda. El mobiliario y el menaje, de papel, oscilan sobre el plano inclinado mientras la cámara permanece fija. «Hoy consumimos mucha fotografía periodística. Yo recreo en mi estudio imágenes con las que busco crear una narrativa sobre el teatro de la vida», concluye Thomas Demand, cuyas obras podrán ser vistas hasta el 6 de marzo.
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