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Alicia, según la escultura de 1977 de Dalí. Carlos Espeso

Alicia, eslabón entre la literatura y la ciencia

Carroll, Dalí y Ernst están unidos en su fascinación por las matemáticas y la física y esa curiosidad es la que busca provocar la nueva exposición en la sala de Las Francesas

Victoria M. Niño

Valladolid

Miércoles, 25 de agosto 2021, 16:46

Lewis Carroll fue matemático y profesor de dicha materia en Oxford antes de que su universal personaje le hiciera un hueco en la literatura. Max Ernst fue lector ávido de revistas científicas y Dalí conversó con sus conocidos científicos sobre sus obsesiones: el tiempo y la identidad que acabó tamizándolas desde la perspectiva matemática del primero y la biológica de la segunda. Las 53 obras que expone la sala de Las Francesas muestran esas relaciones a través de las xilografías de Dalí y las litografías de Ernst. La lectura surrealista de 'Alicia en el país de las maravillas' está precedida por las primeras ediciones de la novela y sus ilustradores, Margaret W. Tarrant y John Tenniel, además de los dibujos del propio autor en el manuscrito.

La curiosidad de Alicia es similar a la del científico o el artista, no confía en la evidencia de la realidad, se pregunta por todo. Elena Jiménez, comisaria, así lo apuntó subrayando el propósito de la exposición: abrir el hambre de conocimiento científico, sobre todo entre las niñas. No en vano, Alice se llama uno de los experimentos del CERN.

El propio Carroll luce una biografía multidisciplinar en la que su faceta de fotógrafo trasluce su relación con científicos a los que retrata, al igual que a la niña para la que escribió el libro. Admitido en el círculo prerrafaelita por esta condición, ante su cámara posará Faraday.

Metamorfosis y mariposas

También Dalí se acerca a los científico coetáneos con los que habla del tiempo. «Los surrealistas solo lo detienen en los sueños como muestra 'Una merienda de locos', en la que el reloj se para la hora del té», afirma Elena Jiménez. El pintor de Figueras se interesa por el psicoanálisis de Freud, por la teoría de la relatividad de Einstein, por la física cuántica plasmada en la fotografía inspirada en el gato de Schrödinger, por la fisión nuclear y la genética, lo que lleva a admirar a Watson y Crick.

Sus ilustraciones para una edición conmemorativa de la obra de Carroll recrean la metamorfosis de gusanos hasta llegar a ser mariposas, de conejos veloces y de tortugas meditabundas. Años después, en 1977, hizo una escultura de Alicia, presente en Las Francesas.

En 1970 Max Ernst, lector de los números decimonónicos de la revista 'Nature', también ilustra el clásico con litografías más esquemáticas y crípticas que el trazo daliniano. La muestra proyecta algunas de las adaptaciones de Alicia en el cine primitivo, la música en torno a Alicia y el manuscrito de ordenada y límpida caligrafía. El humor es la constante de los dibujos del propio Carroll.

La literatura y el arte son espejos de su tiempo y desde el siglo XXI se recurre a la omnipresente Alicia como vehículo que avanza hacia la ciencia, para que acerque a las niñas al conocimiento sintetizado en el anglicismo STEM (Ciencia, Tecnología, Ingenierías y Matemáticas). La exposición permanecerá abierta hasta el 8 de diciembre.

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