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Las portadas de los libros de bolsillo de Alianza, el logotipo de Renfe, Paradores o la Biblioteca Nacional, las señales de Cercanías o del Metro de Madrid, fueron algunos de los diseños que forman parte de la memoria visual de España y que firmó Alberto Corazón. El reconocido diseñador fue también pintor y escultor. A estas facetas está dedicada la exposición 'El cazador furtivo', en la sala de La Pasión hasta el 5 de marzo. 57 obras muestran su gusto por el color, por el tacto, por el dibujo, como fotogramas de su memoria, de sus viajes, de los homenajes a dos de sus artistas de referencia, Caravaggio y Matisse.
Cuatro series articulan la exposición que comienza con los 'acantilados' del Cabo de Gata. Corazón dibuja con grafito sobre lienzos con la secuencia del faro como metrónomo un mar esquemático cuyas ondulaciones se parecen pinturas prehistóricas levantinas, con embarcaderos para la carga de minerales, con detalles en la playa –una hamaca, un autorretrato, atardeceres, casas–.
La abstracción del litoral contrasta con el trabajo de forma que desarrolla la segunda serie, las versiones del cuadro 'Cesta de frutas', de Caravaggio. Hizo un primer boceto en una servilleta mientras tomaba un café con su esposa, Ana Arambarri, a la puerta de la Pinacoteca Ambrosiana de Milán que custodia el cuadro del pintor italiano. A partir de ese dibujo, hizo más de 200 versiones del bodegón que llegó a obsesionar a Corazón. Pintor que aprovechaba cualquier superficie hay dos ejemplos de cuadros pintados por ambos lados.
En la sacristía de La Pasión, hay bronces colgados en los que el artista deja señales, sobrias rayas hendidas como el calendario de un preso, la cruz que tacha todo lo malo, una rama, un recuerdo a las hojas de Matisse y una sentencia «como si fuera una lápida romana», señala el comisario, Rafael Sierra, que dice «el mapa no es el territorio».
Añil, rojo cereza, amarillo, el color explota en los lienzos de arriba, la zona dedicada a las mesas de artista. Hay una vitrina que guarda las cosas de la mesa de Alberto Corazón, con sus gafas, su pluma, sus servilletas pintadas, el último encargo para una portada de 'El País', un mes antes del confinamiento, ya sobre el covid.
Allí también está la serie de 'Jardines de arena', lienzos dedicados a las frutas del mercado de Alepo, a los paisajes desérticos. El artista dibujaba y escribía. Sus libros, entre ellos 'Damasco suite', fueron publicados en tiradas reducidas y el catálogo de la exposición incluye material de cada uno de ellos.
Murió el 10 de febrero de 2020. Sierra y Arambarri ya estaban gestando esta exposición la navidad anterior al deceso. Después se convirtió en el reto para no hablar de Alberto Corazón en pasado. A los logos que exhiben los espacios públicos españoles, se sumó esta reivindicación del Corazón artista, el que lleva más de dos décadas en la Galería Malborough, el que participó en la Bienal de Venecia de 1975.
'El cazador furtivo' se estrenó en Cuenca y ha viajado a Alicante, Logroño, y Segovia. De Valladolid irá a Toledo. El título hace referencia al concepto del arte es un safari por la memoria, desarrollado en uno de sus libros. Los comisarios han comenzado las gestiones para que la serie de Caravaggio pueda exponerse en la Academia de España en Roma. El catálogo que la acompaña incluye dos textos del poeta Carlos Marzal. El Círculo de Recreo acogió por la tarde un concierto homenaje a cargo del pianista Carlos de la Blanca.
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