Secciones
Servicios
Destacamos
El Día de los Museos se ha convertido en jornada iniciática para muchas familias que enseñan a los más pequeños los tesoros que guardan edificios de su paisaje habitual, de Valladolid. Turistas con plano en mano y lugareños que aprovechan la ocasión para conocer alguna ... colección completaron la nómina de miles de asistentes a las 17 salas de la ciudad, con entrada libre y horario ampliado.
Tras la imponente fachada en cálida piedra charra la Academia de Caballería atesora batallas inmortalizadas al óleo, uniformes, fotografías, libros, estandartes, muchos retratos. La habitación de armas congela la atención del público, donde más selfies se hicieron. En la Sala de Guadarnés, monturas y guarniciones para todas las ocasiones. Un cuadro de grandes dimensiones secuestra la mirada: 'Alfonso XIII jugando al polo', en los colores fríos y el trazo lánguido de Eduardo García Benito, facturado antes de la aventura parisina y americana del pintor vallisoletano. Espadas y protecciones para la esgrima acompañan la bajada al enorme patio interior. En el atril de la biblioteca, 'La vida militar en España' y 'El Ejército y la Armada', manual de 1862.
El Museo de San Joaquín y Santa Ana guarda los únicos tres 'goyas' que hay en Castilla y León, pero señalados de forma tan discreta que hay quien se pierde en las celdas de aquellas monjas que bordan con la seda de gusanos alimentados en las cercanas 'Moreras'. Preguntan a la entrada y vuelven sobre sus pasos. «Ya podían escribirlo un poquito más grande (la cartela de los cuadros), hay que leerlo con lupa».
.
Noticias relacionadas
A los visitantes que admiran la pureza de las líneas del Herreriano se unieron los que van a participar en una conferencia de Nacho Román en la Sala 0. La muestra monográfica de la toresana Delhy Tejero atrae a mucha gente. Y en el recorrido por la 'Vanguardia y destino', que propone el museo de arte contemporáneo que dirige Javier Hontoria, esperan dos obras de un Jaume Plensa temprano, de cuando la creación y la experimentación eran su principal objetivo. La actual fascinación del alcalde por este escultor no se traduce en curiosidad por su arte.
Hacia San Pablo caminaban los visitantes que perseguían la exposición de Sorolla en el Palacio de Villena, organizada por el Museo de Escultura. En su sede principal, Colegio de San Gregorio, una responsable de sala recordaba a los visitantes que debían calcular su tiempo. «Son veinte salas, todas muy buenas. No se pierdan los artesonados». En la sala de los pasos, el subdirector del museo, Alberto Campano, explicaba el significado de la iconografía.
En el piso de arriba del claustro, Catalina de Lancaster habló con el público. Les contó su historia, la defensa de Castilla y los derechos de su hijo. «¿Cómo se llama?» interpeló a una mujer, que, metida ya en la época, contestó «lady Begoña». Catalina tenía que salir corriendo, volvió a ser la actriz Cristina Hilenia para meterse en su siguiente personaje, Ana de Austria. «Me esperan en San Nicolás».
El jardín de la Casa de Zorrilla luce la primera floración de sus magníficos rosales. Muchos románticos los disfrutaron, así como la historia de Valladolid que lucen sus muros. Una voz llamaba por nombres y apellidos a los elegidos en cada turno para asomarse a la intimidad del poeta. Los niños salían muy contentos con regalo en mano, un libro. Un Colón de joven planta explicó en la casa museo del almirante genovés su gesta mientras en el Museo de Valladolid afinaban guitarras. El colectivo de Mujeres Artistas Profesionales de Valladolid trazó una ruta museística llena de música, danza y pintura que enlazó la jornada con La Noche Europea de los Museos. Acompañó la clemencia de las nubes que no descargaron.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.