Homenaje en Suecia al legado literario de Delibes

Invitado por las Universidades de Upsala y Estocolmo, Miguel Delibes realizó en su automóvil un viaje a Suecia entre el 8 y el 23 de septiembre de 1979 para hablar de su obra literaria. Las experiencias de aquel periplo en el que se embarcó con 58 años las plasmó después en el libro Dos viajes en automóvil: Suecia y Países Bajos. Treinta y siete años después el Instituto Cervantes y la Embajada de España en Suecia han organizado un homenaje para recordar «a una de las figuras más señaladas de las letras españolas del siglo XX: Miguel Delibes (1920-2010). Autor de relatos imprescindibles y creador de personajes que han quedado para siempre en el imaginario español», se señala desde las instituciones organizadoras a través de la Fundación Miguel Delibes, que participará este martes en este acto en Estocolmo a través de su presidenta, Elisa Delibes, y el director Javier Ortega.

«Una de nuestras estrategias para divulgar el legado de Miguel Delibes es la internacionalización, y nada mejor que hacerlo en una ciudad donde se entregan los premios Nobel», explica Javier Ortega. Quien no olvida ciertos detalles de aquella aventura que el escritor que sentía una especial aversión por los aviones, lo que le llevó a desplazarse por carretera es Elisa Delibes. «A mi padre Suecia le pareció un país muy adelantado, le sorprendía que todo estuviera envasado: la leche, la mermelada para el desayuno... y le llamó la atención la educación de la gente y la vida en el campo que a él tanto le gustaba».

Cuenta Elisa Delibes que el escritor realizó el trayecto en un vehículo de la marca Volvo, acompañado por su hijo Miguel y la esposa de este, Isabel Mateos. Recientemente han encontrado en la familia el diario en el que el hijo iba anotando las anécdotas del viaje, «una especie de crónica familiar en la que relataba cómo a mi padre le incomodaban algunos aspectos de los actos y ceremonias oficiales, la comida o los hoteles; y es que echaba mucho de menos en los desplazamientos la compañía de mi madre, que había fallecido cuatro años antes y solía ser la que se ocupaba de que no le faltara de nada».

En los planes de la aventura viajera estaba prevista la visita a Noruega y a Finlandia, etapas que finalmente anularon y decidieron volver a España. «Cuando sabía que ya no tenía más compromisos en Suecia, entonces mi padre se relajó», explica Elisa Delibes. «Era frecuente en él que en los viajes se deprimiera. En eso mi madre era fundamental y contribuía a que mi padre los hiciera relajado», rememora. En el homenaje de Estocolmo Elisa Delibes se referirá a la dimensión más personal del autor de Las ratas y también aludirá a su vinculación con El Norte de Castilla. «Hablaré de cómo le llenó mucho más tiempo el periódico que la literatura;en el archivo tenemos cuatro mil cartas y tres mil tienen que ver con diversos aspectos del diario», señaló.

Javier Ortega, por su parte, disertará sobre las actividades de la Fundación en la divulgación del legado del escritor, en tanto que el embajador de España en Suecia, Javier Jiménez-Ugarte, contará algunas anécdotas de la relación que mantuvo con Miguel Delibes.

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