Esteve Riambau, durante la conferencia en la Casa de Cervantes.

«Orson Welles se sentía rechazado por los productores de Hollywood»

Esteve Riambau analizó ayer en la Casa de Cervantes la inacabada película del cineasta sobre el ‘Quijote’

JESÚS BOMBÍN

Martes, 8 de marzo 2016, 12:13

Orson Welles (1915-1985) estaba obsesionado con rodar una película sobre el Quijote. Se puso a ello en 1957 y durante más de dos décadas incorporó nuevas escenas, fue mudando tomas, guiones y enfoques hasta que murió en 1985 sin que su filme cervantino estuviera concluido.

Publicidad

Esteve Riambau, director de la Filmoteca de Cataluña, disertó ayer en la Casa de Cervantes en Valladolid sobre los diferentes Quijotes que imaginó Welles para adaptarlos al cine y los desencuentros que tuvo con las productoras de Hollywood. «Las dos obras más interesantes sobre la novela de Cervantes son dos inacabadas, la de Terry Gilliam y la de Orson Welles», afirma. «El autor de Ciudadano Kane mantuvo vivo el proyecto hasta su muerte, fue evolucionando por distintas etapas, pasando de la novela al ensayo lo que comenzó como un intento de producción convencional para ser una propuesta personal en la que no hubo un productor que le reclamara nada, lo iba rodando todo como si se tratase de una película de un aficionado; primero en México, luego en Italia, después en España... añadía secuencias y variaba el enfoque porque continuamente aportaba nuevos elementos».

Recordó que Jesús Franco rodó en 1992 el filme Don Quijote de Orson Welles que, en opinión de Riambau, «era en realidad el Quijote de Jesús Franco a partir de los materiales de Welles. Imitar al genio es muy díficil por más documentos, correspondencia y páginas del guion que hay por ahí y a partir de las cuales nos podemos hacer una idea de cómo habría podido ser ese filme».

Esteve Riambau es profesor titular del Departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Universidad Autónoma de Barcelona y ha codirigido los largometrajes La doble vida del faquir (2005) y Màscares (2009). Tras haber analizado material que manejó el cineasta estadounidense concluye que nunca concibió una única película sobre la novela cervantina. «Fue un trabajo en continua evolución que Wells nunca acabó de escribir, hubo varios referentes que fueron evolucionando conforme a su visión del mundo y de los tiempos».

Aludió también a los encontronazos que tuvo con la industria del cine de Hollywood. «En su confrontación con los productores luchó contra los molinos que vio y se sentía absolutamente rechazado por ellos; en el Quijote mostraba esa concepción del cine como fantasía, con el anacronismo de los personajes respecto a su tiempo y la idea quimérica de un caballero andante luchando por causas perdidas».

Publicidad

Para Esteve, autor de una treintena de libros sobre historia del cine, la razón de que Welles no concluyera el filme tiene que ver con que, defiende, «lo concebía como un hijo. Un director de fotografía que trabajó con él me contó que si no había alguien que cortara el cordón umbilical de sus películas, él se resistía a abandonarlas, y eso es lo que pasó con el Quijote». Está convencido de que el realizador estadounidense buscaba introducir el mito cervantino en la modernidad situando a los personajes de la novela fuera de su tiempo, en contextos contemporáneos en los que aparecen en automóviles, viendo la televisión, en un cine, etc, «forzando un anacronismo que ya figura en la obra de Cervantes».

El ciclo Lunes de cine con Cervantes y Shakespeare continuará el próximo 14 de marzo con la conferencia de Jorge Praga Don Quijote en la pantalla: empeños, fracasos y renuncias.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad