Javier Aguiar
Jueves, 18 de febrero 2016, 13:42
Poco más de dos años ha durado la «apuesta moderna, juvenil y arriesgada que intentará dar los pasos correctos para triunfar en la escena de Valladolid». Así la calificaron Luis Muñoz y David Camín, los socios de la empresa Palmeras Sin Fin, perteneciente al grupo West, que se hizo cargo del Teatro Carrión a mediados de 2013 con la intención de consolidar una programación estable de teatro, música y exposiciones. El segundo de ellos se vio apartado del proyecto un año después de iniciarlo y el primero ha aguantado con una oferta irregular y discontinua hasta que, nada más empezar el nuevo año, ha tirado la toalla.
Publicidad
La última ocasión en que la sala de la calle Montero Calvo abría sus puertas fue el pasado 1 de enero para albergar el Concierto de Año Nuevo a cargo de la Orquesta Filarmónica de Valladolid. Precisamente esta formación había anunciado para el día trece del mismo mes una nueva actuación, pero finalmente tuvo que ser suspendida y devueltas las entradas que se habían vendido. La Orquesta había encontrado en el teatro un lugar donde establecer su sede y ofrecer sus propuestas musicales con Ernesto Monsalve como director.
Pese a que la propiedad del inmueble, que ostenta la familia Arribas Carrión, aún no ha podido cerrar la rescisión del contrato con Palmeras Sin Fin por algunas desavenencias con su máximo responsable, ya lleva varias semanas en contacto con dos empresarios madrileños de las artes escénicas que estarían interesados en hacerse cargo de su gestión, si bien ambas partes, por prudencia y para no estropear la operación, prefieren mantener de momento el anonimato.
Según ha podido saber El Norte, María Victoria Arribas Carrión ha recibido esta misma semana una nueva oferta por parte de estos empresarios teatrales que ya comparten otros negocios. Era la novena propuesta que remiten a la propiedad sin que de momento, al parecer por las altas exigencias económicas de la misma, hayan podido alcanzar un acuerdo. No obstante, el actual gerente del teatro, Roberto Vallelado, confía que en un plazo aproximado de dos o tres semanas se haya llegado a un punto de encuentro.
Entre otras consecuencias, la retirada de la empresa del Carrión ha dejado en una difícil situación tanto a la Joven Orquesta Sinfónica de Valladolid como a su versión profesionalizada, la Orquesta Filarmónica de Valladolid, vinculada con el teatro por un contrato anual que sólo se ha cumplido en parte. La JOSVA, formada por 70 jóvenes músicos, fue la primera de estas características que se fundó en Castilla y León, y paradójicamente es la única de toda la comunidad que no depende de ninguna institución. La última en cerrar acuerdo con su ayuntamiento ha sido precisamente la Joven Orquesta de León, que lo hizo el pasado 20 de enero. La orquesta vallisoletana cuenta ahora únicamente con el compromiso del Ayuntamiento de Valladolid para la realización de cuatro conciertos a lo largo de 2016, mientras el Consistorio estudia otras posibles fórmulas de colaboración.
Al parecer, una de las razones que hacía inviable la continuidad de la empresa ha sido el deterioro que padece la sala, una instalación que ha sufrido diferentes intervenciones y reformas a lo largo de su historia, pero que no llegaron a modernizar zonas y equipamientos vitales para su funcionamiento, y que adolece de «importantes carencias», según explicaron las mismas fuentes.
Publicidad
Por ejemplo, la inspección de la instalación eléctrica ha caducado recientemente y su renovación exigirá una importante inversión que, según Vallelado, podría aproximarse a los 300.000 euros. Además, el inmueble tiene goteras en algunos puntos y la cubierta debería de ser reformada. Por si fuera poco, los anteriores gestores se han llevado algunos de los equipos, como el de sonido, y hay instalaciones que han quedado dañadas, hecho que podría ser el motivo de que la propiedad no devuelva la fianza entregada a la firma el contrato y que esté retrasando su definitiva rescisión.
El Teatro Carrión, un edificio protegido, se construyó en 1948 y fue reconstruido solo ocho años después. Desde esa fecha y hasta 2010 no volvió a ser intervenido y solo lo hizo exteriormente. Aunque Palmeras Sin Fin explicó la rehabilitación que llevó a cabo en 2013 como una reforma completa, ahora desde el teatro se refieren a ella como «un simple lavado de cara». Alo largo de la última década ha vivido una triste historia de cierres y reaperturas que no parece terminar.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.