.jpg)
.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
ANABEL MORÁN
Viernes, 21 de agosto 2015, 18:49
Siete temporadas consecutivas con éxito de crítica y público. Estrenada en más de 32 países y traducida a más de 16 idiomas. Entorno a 1.500 representaciones y alrededor de 800.000 espectadores. Los datos están ahí, y El Cavernícola, desde mañana, en Valladolid. Escrito por Rob Becker, el monólogo más representado de la historia de Broadway llega al Teatro Zorrilla de la mano de su protagonista, el actor Nancho Novo.
«Es, probablemente, la historia más divertida del teatro», opina, y llega a Valladolid, «una plaza a la que hay que venir, una plaza entendida, importante», confiesa, mientras rememora su paso hace dos años, cuando presentó aquí la Semana Internacional de Cine, acto que probablemente repita este año, como así adelantó el propio actor.
El éxito de la obra, con la que trata de «transmitir un mensaje de amor, de unidad y de tolerancia», según explica, radica en conseguir que, durante la hora y media que dura, el público «no deje de reír», además de «que se lleva una enseñanza útil y positiva para casa».
Nancho Novo retrocede a la época de la Prehistoria para mostrar que «el origen de muchas cosas que nos chocan, tanto de los hombres a las mujeres, como viceversa, vienen de esa época. Hablamos de los comportamientos que sí conocemos de los cavernícolas cazadores, que se aplican ahora a los hombres, y los comportamientos de recolectoras que tenían las mujeres, que se observan actualmente. Pero, sobre todo, defendemos que el cavernícola estaba más adaptado a su pareja que el hombre de hoy en día. Hacemos un retorno a ese cavernícola dulce, que pintaba en las paredes, no al bruto que todos imaginan», explica.
A pesar de las más de 1.500 representaciones, Nancho Novo aclara que «cada función es una nueva representación, porque el público es diferente, no sabe lo que les voy a contar y yo me pongo en que tampoco sé nada y lo voy descubriendo con ellos. No me canso de representarla una y otra vez. Me cansaría más tener que estar picando en una calle o tener que conducir un autobús todo el día».
Pánico escénico
Sus palabras lo demuestran. «En todas las funciones soy el que mejor se lo pasa del mundo». Y lo dice ahora, cuando recuerda la primera representación, en 2002, en la que «tenía un miedo espantoso. Tengo pánico escénico cuando estreno, desearía estar a mil kilómetros de distancia. Recuerdo que corrí mucho al no estar seguro de que los gags fueran a funcionar. El director me decía que fuera más despacio. La verdad que fue muy precipitado», reconoce.
El actor gallego confiesa que no puede vivir sin las mujeres. «Es imposible. Si no tenemos el contrapunto de la mujer la vida no tendría gracia». Pero los estereotipos de la vida en pareja cambian el punto de vista en La Cavernícola. La versión femenina tardó en llegar pero no dista de la Novo. A su juicio, «está bien como contrapunto, pero el texto no llega a la altura de la actriz Yolanda Ramos. Es una cómica impresionante y una mujer que ha conseguido revalorizar ese texto a unos niveles inimaginables». Ambos huyen de la guerra de sexos. «Cuando empezó, Yolanda me pidió consejo y yo le dije que había huido absolutamente de hacer guerra de sexo. Hemos limado mucho esas cosas. Si una mujer hace un espectáculo ofensivo hacia un hombre no va a tener problema, pero ella, con buen criterio, decidió quitar ciertas cosas», aprueba el actor.
Novo comienza el monólogo con voces en off de diferentes mujeres al grito de «los hombres son gili-pollas». «Esto me sirve de reflexión porque ningún hombre silba ni protesta. Sin embargo, si empezase diciendo que las mujeres son gilipollas, yo estaba en un juzgado y con merecimiento», apunta el actor, quien considera como extrema «la tolerancia que hemos tenido los hombres para aguantar comentarios e incluso libros como Dios mío, hazme viuda. Evidentemente, eso no se puede hacer con las mujeres, pero tampoco con los hombres. Me parece un sexismo agresivo. A mi me mola que reconozcamos nuestras diferencias y que nos riamos de ellas», precisa.
«Soy actor, no monologuista». Nancho Novo arrastra este cargo desde su paso por El club de la comedia. «Me molesta que la gente me diga Nancho cuenta un chiste como si fuera un humorista. No tienen idea de que he hecho cine con Almodóvar, Julio Medem... Y que mi trayectoria teatral está plagada de cosas clásicas».
Próximos proyectos
Novo prepara la nueva serie de Telecinco Sé quien eres, al mismo tiempo que escribe y dirige microteatro. «Lo que más me enorgullece cuando dirijo es que digan qué bien están los actores, aunque nadie hable de la dirección. Mi mejor dirección es la que pasa desapercibida», puntualiza. Respecto a la situación actual del teatro, considera que «el IVA está disparatado, me parece un acto de prevaricación, todo por una venganza contra nosotros».
Venancio Novo, más conocido como Nancho, llegó hasta cuarto de medicina cuando, tras varios años meditándolo, abandonó para estudiar teatro en Madrid. Sus padres le buscaron un psiquiátra, pero hoy en día, ese joven que soñaba con ser actor, presume con entusiasmo de haber trabajado con un elenco de actores como Fernando Delgado, Amparo Baró y Rafaela Aparicio, a los que admiraba desde niño.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.