
María Teresa Heras: «Doblar la voz de Julie Andrews en películas musicales fue pan comido»
El Auditorio Miguel Delibes acogió el sábado el concierto de la JOSVA en recuerdo a ‘Sonrisas y lágrimas’ y ‘Mary Poppins’ en su 50 aniversario. María Teresa Heras puso su voz a los temas musicales de esas películas.
JESÚS BOMBÍN
Lunes, 15 de diciembre 2014, 08:37
Ha sido la voz de Julie Andrews en la banda sonora de películas como Mary Poppins, Sonrisas y lágrimas y Millie una chica moderna, o la de Audrey Hepburn en My fair lady, títulos a los que seguirían otros como Chitty chitty bang bang o El mago de los sueños. Nacida en Zaragoza en un año que se resiste a desvelar cuenta que incluso a sus familiares, María Teresa Heras, de nombre artístico Teresa María, entona la letra de canciones de Mary Poppins como el imborrable supercalifragilisticoespialidoso o Vamos a volar y El buen reír.
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El sábado, a las 18:00 horas, la Joven Orquesta Sinfónica de Valladolid y el coro Animus Vocal protagonizaron el concierto familiar de Navidad, organizado por la Fundación Schola a beneficio de la oenegé Harambee. Una niñera llamada Mary es el título del concierto, concebido como un recuerdo a Sonrisas y lágrimas y Mary Poppins en su 50 aniversario.
En este acto, bajo la dirección de Ernesto Monsalve y con la participación de la Joven Orquesta Sinfónica de Valladolid, Mayca Teba y Alfonso Pahíno, se rendió también homenaje a María Teresa Heras, que se mostraba emocionada y agradecida, y recordaba que su hijo, el cantante Macaco (Dani Carbonell) ha seguido la estela musical: «Va a sacar ahora un disco precioso».
¿Cómo comenzó su contacto con el mundo del doblaje?
Empecé en la música con 13 o 14 años. La buena voz viene de mi abuela, que la tenía muy educada. Mis padres decidieron que mejorara el canto y me enviaron a clases con profesoras particulares en Zaragoza. En unas oposiciones de la Diputación gané una beca y marché a Madrid, donde hice unas pruebas de coros y entré en el Teatro de la Zarzuela. Por motivos de negocios mis padres se trasladaron a Barcelona, donde gané el concurso radiofónico Locos por la música con el aria de Violeta, de la ópera de La Traviata.
¿Cómo llegaron a requerir sus servicios para el doblaje de películas?
En aquellos años, entre mi círculo de amistades se encontraba el hijo del dueño de los estudios de doblaje La Voz de España, que me comentó que se iba a doblar la película My fair lady, en la que intervenía Audrey Hepburn, aunque no era ella quien cantaba en la versión original. Hice la prueba y salió bien.
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Después vendría el doblaje para Julie Andrews.
Para la película Sonrisas y lágrimas la actriz Julie Andrews solicitó un casting de voces. Me realizaron una grabación y entre el medio centenar de ellas que se presentaron eligieron la mía, y ese mismo año doblé también las canciones de Mary Poppins. Luego vendrían otras películas como Chitty chitty bang bang, El mago de los sueños, Millie, una chica moderna y otras más.
¿Qué recuerdo guarda de aquellas pruebas?
Los estudios de La Voz de España en Barcelona eran como un teatro, con sus butacas y una pantalla enorme donde veíamos la película. Para mí todo aquello fue muy fácil. Preguntaba a los técnicos cómo había acabado tan pronto la prueba y me decían que bien, porque apenas había que repetir. En otros casos entrábamos a las tres de la tarde y salíamos a media noche porque había gente que tenía que volver a hacerlo una y otra vez hasta que conseguían los resultados que les exigían.
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¿Qué convenció a Julie Andrews de su voz para que la eligiera?
Que era muy similar a la suya. Para mí era pan comido doblar a Julie Andrews, me salía con mucha facilidad, ensayaba lo de alargar o acortar la boca para sincronizar mi voz con la suya. Y es que al final, sin querer, imitaba su voz.
¿Cuántas sesiones solía durar el doblaje de una película?
Por mí, se hubiera doblado en tres días. Y no me gusta ser pedante, pero había gente que... no había manera, se ponían nerviosos, no respiraban bien y había que volver a repetir hasta que salía. Yo a veces no oía la música, tan solo la voz de Julie Andrews en inglés, y sincronizaba la voz.
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¿Cómo aprendía las canciones?
Me daban la letra, no la partitura, y tenía una facilidad tremenda para adaptarme a eso. No recuerdo todas las canciones, pero hay letras que no se me olvidan. La que más me gustó, aquella de My fair lady que decía Dejar la noche atrás, seguir bailando igual, sería mi ilusión..... Y me resultó más difícil doblar a Audrey Hepburn que a Julie Andrews.
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