
JESÚS BOMBÍN
Miércoles, 17 de septiembre 2014, 16:47
El retablo de Felipe Gil de Mena (1603-1673) que preside la sacristía de la iglesia de San Miguel y San Julián en Valladolid ha recobrado su esplendor tras ser sometido a un proceso de restauración que ha durado dos meses y medio. El párroco Javier Carlos Gómez ha presentado el resultado de la recuperación de esta obra de arte, que ha costado 36.443 euros recaudados a través de las colectas de los fieles y aportaciones particulares «tras varios años de ahorro».
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El trampantojo del siglo XVII sobre el que se ha actuado ha sido sometido a un tratamiento de limpieza dado el ennegrecimiento que presentaba a consecuencia del paso del tiempo, el humo de las velas y el polvo acumulado a lo largo de los años. «Ha merecido la pena», señaló el párroco, acompañado por Jesús Losa, guía del templo, declarado Bien de Interés Cultural. El proceso de restauración se ha acometido sobre el conjunto barroco y el mueble de cajonería que complementa la pintura mural que preside el testero de la sacristía. «El arte siempre ha sido catequesis y es una plataforma para la nueva evangelización», indicó el párroco tras reseñar que la iglesia ha sido visitada por más de tres mil personas durante los meses de julio y agosto.
Numerosos fieles han asistido a la presentación del «retablo fingido», como lo denominó Jesús Losa, «porque trata de recrear la perspectiva de un retablo de madera a través de una pintura sobre muro, lienzo y tablas». Al acto asistió la concejala de Cultura, Mercedes Cantalapiedra, y el vicario general de Valladolid, Luis Argüello.
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