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Un momento de la representación de La Finea.
Aire frívolo

Aire frívolo

fernando herrero

Jueves, 24 de julio 2014, 12:38

Descubrir obras de Lope. Tarea inagotable. El Fénix de los Ingenios era un productor incansable. «Y más de ciento en horas veinticuatro pasaron de las musas al teatro». Si en la treintena de obras shakesperianas no es idéntico el nivel, ¿qué decir del ingente opus lopesco? Facilidad y esquemas claros son las armas del autor. La representada ayer en Olmedo era desconocida para mí y, a juzgar por el espectáculo, un texto menor en el que la carpintería no era demasiado precisa y el verso no tenía la brillantez de otras obras. Prescindible en cierta forma cuando quedan muchos ejemplos del Teatro del Siglo de Oro sin descubrir. Podíamos definirla como un vodevil, que reivindica la figura de la aldeana promovida a Duquesa frente a las asechanzas de los prebostes de la Corte de Urbino.

El montaje de La Finea Teatro parte de la esencia vodevilesca apuntada para trasladar la acción a los años 50, añadir algunas coletillas al texto, poner música resultona y poco importante, esbozar algunos pasos de baile y utilizar la sala en algunas escenas. Varias mesas y sillas con sencilla escenografía. Ocho actores y tres músicos en actividad casi constante los primeros.

Este aire frívolo deja un poco en el aire la idea lopesca de exaltación de la lista, presunta tonta, sobre los clasistas prebostes y da pie a la farsa, a la juega, al canto (no lo hacen mal los actores), a la ficción de un militarismo cutre, etc. La obra permite esta reducción que puede funcionar, así ocurrió en Olmedo, si la puesta en escena consigue dar el tono buscado.

Para ello contó con intérpretes de diversa valía personal, pero con la virtud de crear equipo, de no hacer distinciones al uso, ni siquiera en el saludo colectivo. Como va siendo norma, las comedias se hinchan hacia la comicidad más directa, sobre todo en la expresión. El verso se dice casi siempre con claridad y la pretensión de convertir la comedia de Lope en una fiesta se cumple, incluso con la repetición de un tema después de los saludos de actores y músicos. Nos preguntamos no obstante: ¿no existen obras de Lope, no muy conocidas, de mayores valores literarios y dramatúrgicos?

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