«En el teatro hay atmósferas que no se encuentran en la literatura»

A cargo del Laboratorio Escénico Univalle, esta noche la Corrala del Palacio del Caballero de Olmedo acogerá El coloquio de los perros, una versión de la obra de Miguel de Cervantes, dirigida por Alejandro González Puche (Bogotá, 1962), junto a Ma Zhenghong, quienes llegan por primera vez al festival de Olmedo Clásico e invitan al público «a descubrir la sabiduría de dos perros», interpretados por dos actrices en el papel de Cipión y Berganza, dos animales con el don del habla que se reúnen una noche cualquiera para hablar de sus experiencias con los humanos.

¿Qué encuentra el espectador en este montaje?

Principalmente el coloquio entre dos animales, dos perros que viven diferentes situaciones con sus dueños. Es un espectáculo muy variado que lleva a la mente del espectador a un lugar frecuentado por mercaderes, vecinos, soldados, y una puesta en escena metateatral que sorprenderá. Es una versión muy diferente a otras, en particular porque es un espectáculo con menos textos y que alterna una reflexión entre los dos perros y varias imágenes puestas sobre el escenario, convirtiendo las escenas en situaciones y mostrando de manera visual al espectador las reflexiones de los personajes.

Y todo ello lo logra con solo siete actores en el escenario.

Sí, así es. Son siete actores y actrices que durante la hora y media que dura el espectáculo entrarán a cambiarse de vestuario en varias ocasiones. Tenemos más de 60 trajes preparados para que todos ellos interpreten a diferentes personajes a lo largo del montaje.

¿Cuál es el papel que juega cada uno de los perros?

Estos dos animales cuentan sus experiencias como testigos de las situaciones que viven los hombres, y es Cipión quien conduce el relato de Berganza para evitar las distracciones. Hemos elegido a dos mujeres para interpretar estos papeles porque queríamos invitar al público a descubrir la sabiduría de dos perros a través de ellas, ya que por lo general las virtudes de los animales son mostradas a través del carácter masculino, y en femenino suelen parecer peyorativas, como zorro y zorra. Sin embargo, aquí queríamos dejar todo eso a un lado y que fueran dos mujeres quienes dieran vida a los canes.

¿Freud, el padre del psicoanálisis también valoró esta obra?

Sí, él lo consideró un diálogo excepcional de la relación entre el terapeuta y el paciente, pero también podríamos extrapolarlo a pecador y confesor, por ejemplo. Somos una compañía joven que hemos estudiado el amor que tuvo Freud por esta novela y el énfasis que puso en varios de los detalles de El coloquio de los perros. Nos gusta encontrar diferentes lecturas de un mismo texto y, en el caso del teatro de Cervantes, es maravilloso. Aunque ha tenido duras críticas, siempre echamos mano de sus Novelas Ejemplares y tanto de sus obras teatrales como de su prosa.

¿Cómo se afronta el reto de un texto de Cervantes?

Sabiendo que vas a descubrir una obra con mucha sabiduría y también humildad. Es un autor eterno y especial, que obligatoriamente te sugiere volver a leer. En mi Doctorado me especialicé en el Siglo de Oro español y conozco muy bien la literatura creada por Cervantes. Te permite encontrar en ella muchas situaciones diferentes, vivencias y personajes variados donde verte reflejado. Y sin duda el teatro es una actividad donde se encuentran las atmósferas que no se encuentran en la propia literatura.

¿Cómo espera que sea el estreno en Olmedo Clásico?

Es todo un orgullo poder participar en este festival que, en definitiva, es un lugar donde el teatro encuentra un interlocutor que cada vez se siente más cotidiano. En Colombia la visión del teatro clásico es diferente a la que se puede ver en España, aunque en América Latina estamos muy unidos a autores clásicos como Miguel de Cervantes, Calderón de la Barca o Tirso de Molina porque, aparte de tener el mismo lenguaje, en su época formábamos todos, un mismo país.