Pablo del Barco invita a la reflexión a través de sus poemas y cuadros

Vuelve Pablo del Barco a su tierra natal (Burgos, 1943) y lo hace con una invitación a la reflexión. «Me sale naturalmente una provocación para que la gente medite», apunta el escritor, que expone su obra plástica en la Cafetería del Espolón. Además, el autor también presentó dos de sus libros, Desnudar la mácula y La vida no es verdad, en el Salón Rojo del Teatro Principal. Cuenta el burgalés que Desnudar la mácula es «poesía más sencilla que otra que he escrito que es más enigmática o compleja». Aquí «pretendo desnudarme en un momento de mi vida, en el que sé qué cosas son esenciales y cuáles prescindibles». Son 41 poemas que ha escrito en una terraza en Sevilla a lo largo de 2013 «viendo pasar a la gente, haciendo una interpretación de mi mundo viendo el de los demás». El escritor invita al lector a pasear por calles y estados de ánimo. Después de una observación, «saco conclusiones de la confrontación mía con los demás», e intenta dar respuesta a preguntas como qué hacen aquí, por qué se mueven o cuáles son sus intereses. En definitiva, se trata de «una reflexión sobre la vida que vivo». Por su parte, La vida no es verdad es una colección de ochenta cuentos que «van desde una línea a cinco páginas, dirigidos a todo el mundo, menos a los niños». Pablo del Barco enseña que «la vida no es verdad, que vivimos una vida dirigida y prestada», y se pregunta si es la que nosotros sentimos, la que deseamos o la que ven los demás. Plantea «una invitación a la reflexión».

Del Barco muestra en Burgos «una veintena de cuadritos pequeños de mucho valor que son dibujos que hago con tinta china y colores y que tiene mucho que ver con aplicaciones para ilustraciones y con poemas». Son rostros, corazones, «muy variados», porque «son cosas que van surgiendo, no hay nada premeditado, ni un tema recurrente».