
La tecnológica española que contribuye de manera relevante a la navegación por satélite europea
La empresa española GMV ha estado implicada desde sus orígenes en el desarrollo del sistema de navegación por satélite europeo Galileo, y en la actualidad es una de las compañías europeas con mayor participación en el proyecto
Aunque no seamos conscientes de ello, la navegación por satélite se ha convertido en un elemento primordial para la vida cotidiana y el programa Galileo que, actualmente, cuenta con una red de 28 satélites sobrevolando nuestras cabezas a unos 23.000 kilómetros de altura, y otros diez ya fabricados a la espera de ser lanzados, se utiliza en la actualidad en un gran número de actividades y sectores económicos como son el transporte, la agricultura, las operaciones financieras o los servicios de emergencias. Nuestros teléfonos, coches, trenes, aviones y barcos utilizan Galileo con fines de posicionamiento y localización precisa. Este sistema europeo de navegación por satélite da cobertura global y presta servicio a unos 4.000 millones de usuarios en todo el mundo. Un programa que comenzó a gestarse hace treinta años como elemento clave para la autonomía europea y en el que la multinacional tecnológica GMV ha sido y sigue siendo una de las compañías esenciales, tanto en su concepción como su desarrollo.
El sistema europeo de navegación por satélite comenzó a gestarse a principios de los años 90. Antes de esa fecha, los sistemas de localización por satélite eran únicamente de uso militar, como es el caso del GPS americano. Fue entonces cuando Europa comprendió la necesidad de desarrollar su propia tecnología para no depender de terceros países y poder disponer de un sistema bajo control civil para garantizar sus servicios. Como rememora Miguel Romay, director general de Sistemas de Navegación por Satélite de GMV, “Galileo se planteó como un sistema esencial para la autonomía europea. Es compatible con el GPS americano pero también se diseñó para funcionar en cualquier momento de forma independiente, lo que proporciona a Europa un acceso seguro a esta tecnología, además de independencia de acción”.

Hoy, con la perspectiva que da este primer cuarto del siglo XXI, es evidente que Europa tomó una decisión acertada. “Galileo llegó en el momento adecuado a nivel político”, opina Juan Ramón Martín Piedelobo, director de estrategia y desarrollo negocio de Sistemas de Navegación por Satélite de GMV, “pues la Unión Europea comprendió que el espacio iba a jugar un papel importante en la economía, lo que llevó al diseño de una estrategia espacial para los países europeos que arrancó con Galileo”.
La posterior evolución de nuestro sistema económico ha avalado esta decisión. La Comisión Europea estima que el 7% del PIB del continente depende de la navegación por satélite un dato que, trasladado a nuestra vida cotidiana, implica que buena parte de tareas ya incorporadas en nuestro día a día, como hablar por teléfono o coger un avión, no podrían realizarse si hubiera un fallo en el sistema. “Los satélites sirven para hacernos más fácil la vida en la Tierra. Pero, además, una parte crucial de nuestra economía depende de estas infraestructuras espaciales, y es algo que irá a más”. Juan Ramón Martín Piedelobo explica el caos que podría generarse si Galileo dejara de funcionar. “Sería como quedarse sin agua, sin electricidad o sin gas. Solo la pérdida de estos servicios durante una semana provocaría un daño en el PIB de al menos un 1%”, subraya.
Gratuidad y precisión
Para el ciudadano medio, sin grandes conocimientos técnicos, resulta complicado comprender el funcionamiento de Galileo. Pero Romay, implicado en el desarrollo de esta tecnología desde sus inicios, utiliza un símil muy ilustrativo para explicarlo. “Cuando los navegantes españoles iban a América en los siglos XV y XVI se orientaban por las estrellas”, explica, “ahora, sustituimos las estrellas por satélites”.
Galileo es el servicio de navegación más preciso del mundo y ofrece de forma gratuita servicios de posicionamiento y sincronización de tiempo con una precisión casi exacta, asegura Romay: “El sistema convencional tiene un margen de error de 20 centímetros (con el servicio HAS), pero con información adicional se puede reducir a dos o tres centímetros de margen”.

El servicio básico de Galileo, cuenta Martín Piedelobo “es similar al GPS norteamericano”, pero las capacidades de Galileo han aumentado gracias a la incorporación de varios servicios como por ejemplo el Servicio de Alta Precisión (HAS o High Accuracy Service), accesible de forma gratuita en todo el mundo o el servicio OSNMA (Open Service Navigation Message Authentication), función de autenticación de datos para usuarios de todo el mundo del Servicio Abierto de Galileo, también de libre acceso para todos.
GMV ha sido clave en la definición y desarrollo de ambos servicios, que sitúan a Galileo en el estado del arte de los sistemas de navegación por satélite a nivel mundial. Como explica Martín Piedelobo, el servicio HAS de alta precisión es utilizado en sectores como minería, construcción o agricultura. Próximamente empezará a funcionar el servicio OSNMA, que permitirá firmar digitalmente las señales transmitidas por el sistema, garantizando que el uso de Galileo es seguro en diversas aplicaciones tales como las transacciones bancarias, los tacógrafos empleados en transporte por carretera, o las aplicaciones de peaje. Galileo también proporciona el servicio PRS, o Servicio Público Regulado, exclusivo para uso gubernamental y militar, que cuenta con una señal más robusta en escenarios donde la perturbación de la señal pudiera resultar en daños a la seguridad nacional o de infraestructuras críticas para las actividades económicas en áreas geográficas significativas.
De pequeña empresa a gran contratista
GMV ha colaborado de forma relevante en el programa Galileo desde los primeros estudios que se llevaron a cabo para explorar la viabilidad del sistema. Así lo explica Miguel Romay, testigo de la participación de GMV en el programa: “Al principio GMV se centró en OSPF, que es el subsistema que calcula la órbita de los satélites y sincroniza los relojes. Desde entonces, la compañía ha trabajado en innumerables proyectos relacionados con Galileo, desarrollando sistemas críticos y desempeñando roles cada vez más relevantes. “Quizás un contrato sin precedentes para GMV por su importancia y magnitud fuese el conseguido en 2018 para el mantenimiento y evolución del segmento terreno de control de los satélites del programa que además de ser el mayor contrato firmado por GMV en su historia, también supuso el contrato más importante ganado por una empresa española hasta esa fecha en el sector espacial”, apunta el directivo. A este importante hito le han seguido otros, como el contrato adjudicado por la Agencia Espacial Europea para el desarrollo del segmento terreno para el control y validación en órbita de la segunda generación de Galileo (G2G), firmado en 2023 y cuya cuantía superó los 200 millones de euros.
El camino no ha terminado, ni mucho menos. Cuenta Romay que GMV también está implicada en el desarrollo de una tercera generación de Galileo, que irá más allá y dispondrá de satélites volando a alturas más bajas, lo que permitirá transmitir señales más potentes y resilientes haciendo más difícil que se puedan interrumpir de forma maligna. Y es que, como detalla Martín Piedelobo, la ciberseguridad, también aportada por GMV, está integrada en todos los aspectos de esta infraestructura crítica. “Ahora mismo GMV es una de las empresas europeas con mayor involucración en Galileo”, asegura Romay.

La implicación de GMV en este programa ha tenido sin duda una importante repercusión en la evolución de la empresa en los últimos años. La compañía puede hoy presumir de poder compararse con los grandes contratistas europeos en materia de espacio. Eso ha permitido, cuentan los responsables de GMV, un incremento exponencial de la plantilla. Solo en su área de navegación, la compañía cuenta actualmente con equipo de alrededor de 700 personas distribuidas en siete países. El fuerte crecimiento ha llevado a GMV a ampliar la plantilla tanto en España como fuera de ella. Galileo, relata Juan Ramón Martín Piedelobo, “ha permitido a GMV ofrecer puestos de trabajo altamente cualificados a recién titulados y doctorados de múltiples universidades españolas”. Una proeza tecnológica, pero también de gran calado social, a la que todavía le queda margen para seguir creciendo.