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Cada vez más personas que no pueden pagar sus deudas deciden acogerse al procedimiento conocido como Ley de Segunda Oportunidad para poder cancelar sus deudas y empezar una nueva vida libre de cargas
«Los requisitos para acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad son muy pocos y fáciles de cumplir»
Pablo Vicente
Vicente & Matanza fue uno de los despachos pioneros en la provincia de Valladolid especializado en los concursos de persona física, más conocidos como procedimientos de segunda oportunidad.
Fue en el año 2015 cuando dio sus primeros pasos esta Ley de la Segunda Oportunidad, que permitía a autónomos, personas físicas y familias con dificultades económicas poder cancelar sus deudas. Hasta entonces, esta opción estaba prevista solamente para las empresas. Así, en 2019, el despacho Vicente & Matanza obtuvo una de las primeras resoluciones judiciales en Valladolid que exoneraba a una autónoma de Valladolid, más concretamente de Laguna de Duero, de una deuda de 82.000 euros, noticia que fue publicada por El Norte de Castilla pues suponía una auténtica novedad que por entonces parecía difícil de creer ¿De verdad puedo cancelar todas mis deudas?
Y lo que por entonces era casi una utopía, se convirtió en una realidad cada vez más frecuente. Desde entonces, el despacho Vicente & Matanza y sus tres socios, Pablo y Juan Vicente y Emilio Matanza han ayudado a más de 80 personas y familias a poder empezar de cero, sin deudas arrastradas del pasado y sin un sinfín de procedimientos judiciales que acababan en embargos que, en algunos casos, duraban ya muchos años. Pablo Vicente, socio-director del área que lleva estos concursos de acreedores de persona física, explica que al principio muy poca gente conocía la existencia de este mecanismo de la Ley de Segunda Oportunidad, pero que ahora todas las semanas tienen varias consultas sobre este tema. Y es que los datos hablan por sí solos. A lo largo de 2023 más de 15.000 personas físicas en toda España se acogieron a este procedimiento. «En lo que va de este año 2024 hemos conseguido en torno a 15 casos de éxito en que hemos conseguido la exoneración total o parcial de las deudas de nuestros clientes», apunta.
Y es que, según Pablo Vicente, existen dos tipos de procedimientos. «Cuando la persona no tiene bienes o estos no tienen un valor económico relevante, estamos ante un concurso sin masa –así se llama técnicamente– y el procedimiento es menos costoso, más fácil, más rápido, de modo que en dos meses el deudor puede quedar exonerada de sus deudas. Este tipo de procedimientos es el más habitual en la práctica, más del 50% de los concursos son sin masa».
Si existen bienes con un valor económico relevante y, en función de las circunstancias y el deseo del deudor, «habrá que plantear la liquidación de todo o parte del patrimonio, o bien, plantear un plan de pagos. En la opción del plan de pagos, que es la opción que suelen elegir los deudores, no se puede obtener una exoneración total de las deudas, pero si parcial. Normalmente se plantean quitas o cancelaciones de entre el 30% y el 80% del total de la deuda, abonando el restante en un calendario de pagos a 3-5 años, según las posibilidades económicas del deudor».
La gran mayoría de las deudas se puede cancelar en su integridad: préstamos, líneas de crédito, microcréditos, deudas por tarjetas, avales, deudas de suministros, deudas con proveedores…, si bien es cierto que hay algunas excepciones. «En los casos de deudas ‘privilegiadas’ como pueden ser la hipoteca o el crédito para financiar la compra de un vehículo no son exonerables si no liquidas la casa o el coche. Además, en los casos de deudas con Hacienda y Seguridad Social, solo se puede cancelar la deuda con un límite de 10.000 euros».
Ésta es precisamente una de las cuestiones que hacen más atractivas este tipo de procedimientos y que han cambiado tras la modificación de la Ley Concursal de 2022. «Antes, los procedimientos concursales se eternizaban. Ahora, va todo mucho más rápido. La mayoría de ellos en dos meses están terminados. Además, los Juzgados de lo Mercantil de Valladolid funcionan de forma rápida y diligente. En otras provincias es distinto, pero aquí los juzgados funcionan muy bien. Es un lujo y una suerte para nosotros y también para nuestros clientes», señala Pablo Vicente.
Lo más importante es ponerse en contacto con un abogado que conozca el procedimiento en profundidad. Pablo Vicente indica que no se trata de un procedimiento especialmente complejo, «pero sí muy específico. La gran mayoría de abogados no ha llevado nunca un procedimiento de segunda oportunidad. Necesitas saber muy bien lo que tienes entre manos y hacer bien el trabajo. El cliente muchas veces llega en una situación límite y deposita toda su confianza en ti. No puedes engañarle ni darle falsas esperanzas. Me piden que trate su caso como si fuera mío. Y esa es la única clave del éxito». De hecho, esta es la única posibilidad para que mucha gente que lo está pasando mal económicamente pueda, de verdad, tener una segunda oportunidad. «Si alguien quiere conocer más información sobre cómo funciona este procedimiento, mi consejo es que se ponga en contacto con un despacho especializado en la materia. Y, si lo desea, en Vicente & Matanza estaremos encantados de atenderles».