Secciones
Servicios
Destacamos
«El consumidor quiere vinos sencillos, inmediatos, fáciles de beber, que produzcan satisfacción desde la primera copa», explica José Moro
«Hay que saber escuchar al consumidor y, sin perder nuestra esencia, poder adaptarnos para evolucionar a su lado»
José Moro, presidente de Cepa 21
José Moro, presidente de Bodegas Cepa 21, es reconocido por ser un empresario que siempre ha sabido unir con maestría la tradición y la innovación. Sus raíces, su legado y el aprendizaje que heredó de su padre y su abuelo fijan las bases de su pasión por el vino, pero su carácter innovador y disruptivo le ha llevado a los más impensables y diferenciales rincones en los que ha portado orgulloso la bandera de la Ribera del Duero. Ahora, con casi 40 años de experiencia en el sector, continúa incansable por rodar al ritmo que lo hace el mundo, mirar al sector desde otra perspectiva y posicionar a su proyecto más personal, Cepa 21, en lo más alto.
–¿Qué significa para José Moro elaborar vino?
–Para mí, crear un vino es encorchar en una botella la esencia del campo y el buen hacer en la bodega. En el campo está el alma de un vino, su mineralidad y su fruta. Nuestra misión, a través de la viticultura, es resaltar las peculiaridades de la zona y de la uva, en nuestro caso de la Tempranillo. Una vez entramos en la bodega, en la fermentación conseguimos extraer los mejores componentes del vino y en la crianza conseguimos notas únicas y logramos fijar todos los matices. Al final, la botella se encargará de unirlo todo y darle la máxima clase al vino. Todos los pasos son absolutamente necesarios para ir dotando de carácter al vino y conseguir el perfil buscado.
–Después de tantos años ‘escuchando la vid’, como decía su padre, ¿cómo ha cambiado el sector del vino en las últimas décadas?
–Estamos en la era de la inmediatez, no tenemos tiempo para largas esperas, o a veces no sabemos dedicarlo por el ritmo del mundo que nos rodea. Y en la cultura del vino el consumidor sigue esa misma tendencia. Quiere vinos sencillos, inmediatos, fáciles de beber, que produzcan satisfacción desde la primera copa. Quiere descorcharlo y entenderlo. Y por suerte, la mezcla de nuestro terroir y un perfecto control del proceso de elaboración nos lo va a permitir si queremos adaptarnos a estos nuevos gustos. En mi opinión, hay que saber escuchar al consumidor y, sin perder nuestra esencia, poder adaptarnos para evolucionar a su lado, para escucharlo y hacer que un brindis sea sinónimo de disfrute, no de complejidad.
–¿Cómo están adaptándose a estas nuevas tendencias desde Cepa 21?
–Tengo claro que estos nuevos gustos demandan un cambio. La Ribera del Duero necesita una revolución y Cepa 21 ya ha comenzado a encabezarla. Ha llegado una nueva etapa, un nuevo momento que va emergiendo poco a poco, pero con paso firme, y hay que saber cogerlo a tiempo. Sabemos que es hora de dejar atrás los clásicos vinos de maceración para apostar por los vinos de elegancia. Vinos en los que la finura y la sutileza brillen desde la primera copa. Vinos que expresen el carácter de su tierra, la edad de los viñedos, la selección exhaustiva de la uva, y unos procesos de elaboración que buscan la mayor calidad en la extracción de los compuestos, consiguiendo un tanino más suave y delicado que permita brilla a los diferentes matices.
«Para mí, el vino perfecto es el que consigue emocionarte; un vino con alma, que cuenta una historia y hace que la sientas»
José Moro, presidente de Cepa 21
–¿Y qué papel juega la tecnología en un sector tan tradicional?
–Siempre he dicho que la tecnología, bien trabajada, hace que la intuición y la experiencia sean soportadas por datos. Recopilar la información de lo que sucede en la vid desde el inicio del ciclo hasta la vendimia nos ayuda a entender el vino que vamos a crear y, por lo tanto, a tomar las mejores decisiones, que no son fáciles y en muchos casos se deben tomar uniendo la experiencia al dato. A mayor información, mayor conocimiento, y a mayor conocimiento, menor intervención.
–¿Se podría decir que para usted la diferenciación es una de las claves del éxito?
–Creo que en un entorno tan competitivo la diferenciación es fundamental, y más si va en tu ADN como es mi caso. Desde joven entendí que al vino había que mirarlo desde otra perspectiva. Siempre digo que el vino es arte, es cultura, es el mejor catalizador de las relaciones humanas. El vino es social y como tal, la sociedad lo engrandece. Por eso es fundamental que estemos en contacto con ella. Siendo parte de la cultura y dando así un valor añadido a nuestra marca. Porque al final, el vino es esfuerzo, trabajo, sacrificio. El vino son horas en el campo, es mimo y mucha pasión. Saber comunicar este proceso, saber trasladar la filosofía que nos mueve, y hacerlo en otros sectores como el del deporte, la música, el cine, la moda o la gastronomía entre otros es engrandecer, sin duda, la cultura del vino.
–¿Qué debe tener un vino para emocionar a José Moro?
–Para mí, el vino perfecto es el que consigue emocionarte. Un vino con alma, que cuenta una historia y hace que la sientas. Un vino que transmite verdad, que es fiel a su tierra. Un vino del que sentirse orgulloso. Y puedo decir que, a día de hoy, los cinco vinos que conforman Bodegas Cepa 21 (Hito Rosado, Hito, Cepa 21, Malabrigo y Horcajo) me hacen sentir satisfacción por el trabajo bien hecho. Y realmente creo que el éxito es eso, es elaborar el vino que me haga temblar, y ese siempre será el que él me enseñó mi padre a amar.