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De una barrica elaborada en su primer año de andanzas hasta hoy, han pasado mil y una aventuras, historias y anécdotas que contar
Bodega Sarmentero y Hotel Rural La Tejera crean un entorno idóneo para celebrar eventos y disfrutar de la zona
Amparo Repiso Vallejo, natural de Quintanilla de Arriba, donde se encuentra la bodega, es la artífice de esta aventura. Siendo la cuarta generación de viticultores, Amparo quiso comenzar su propia empresa y crear vinos que representaran su pueblo y tierra. Ángel Luis la acompañó durante los primeros años, involucrándose cada vez más en la empresa, apoyando y aportando ayuda donde se necesitaba.
Una década después de esos comienzos, se construyó una nueva nave, para poder seguir elaborando con más comodidad los vinos de Sarmentero. Aún así, se conservó la parte antigua, hoy en día utilizada como sala de catas, eventos y tienda.
Al poco tiempo, María López Repiso se incorporó a la bodega para aportar nuevas ideas y desarrollar otros horizontes en la empresa como las numerosas experiencias de enoturismo que ofrecen, exportación, comunicación y eventos, entre otros. Del mismo modo, también forma parte del panel de jurados de cata de concursos internacionales de vino como el International Wine Challenge de Londres, Frankfurt International Trophy o Concours des Chardonnay et Pinot Noir de Dijon.
Para completar la experiencia enoturística y vitivinícola, hace casi tres años inauguraron su pequeño hotel rural, La Tejera, ubicado en el mismo entorno que la bodega. Esto, a su vez, supuso la incorporación de otro miembro familiar, Salomé López Repiso.
El hotel mantiene la filosofía que acompaña a la bodega y lleva una línea más sostenible: utiliza energía renovable, aerotermia, para aclimatar todas las habitaciones y salas del hotel con suelos radiantes y abastecer de agua caliente/fría.
El conjunto de los dos, Bodega Sarmentero y Hotel Rural La Tejera, crean un entorno idóneo para celebrar eventos y disfrutar de la zona, pasando el día disfrutando de sus vinos y culminándolo con un paseo por la Senda del Duero, a escasos minutos del recinto.
En cuanto a los vinos de la bodega, su gama es bastante amplia y abarca desde su blanco, Sarmentero Verdejo, hasta el coupage de Cabernet Sauvignon, Le Branch; sin olvidar su rosado o vino joven, Thanos. Todos los vinos se elaboran con sus propias levaduras y bacterias (fermentación natural) y se basan en la calidad impecable de la uva, imprescindible para obtener vinos equilibrados y amables.
Esto nos hace hablar del imprescindible, de su Sarmentero Vendimia Seleccionada. El vino, dicen desde la bodega, como la buena cocina, se ha de «cocinar» a fuego lento. Y es así la única forma en la que podremos encontrar matices que nacen con el tiempo de maduración así como una buena integración fruta-madera. En este caso, se envejece durante doce meses en barricas bordelesas de 225 litros de origen francés, lo que le aporta un mayor respeto a la propia uva, tempranillo, así como una gama sutil y compleja de especias (canela, clavo, vainillas, cacao, café…).
El cariño y cuidado por la materia prima es el primer principio a la hora de poder elaborar un vino de calidad, que luego se irá acompañando durante su proceso de fermentación, envejecimiento y embotellado.
En concreto, Sarmentero Vendimia Seleccionada habla de su uva tempranillo proveniente de viñedos propios; de su cosecha manual; de su cuidado manejo y selección y de su fermentación, siempre con sus propias levaduras para ofrecernos una experiencia única en cada copa. Sarmentero Vendimia seleccionada habla del terruño castellano, de su clima árido y extremo, del tiempo que hizo ese año durante la cosecha. Pero sobre todo habla de todas aquellas personas que formaron parte de la elaboración de este vino, desde la cepa, hasta la copa.