El vuelco en las encuestas facilita la renovación del PP en Castilla y León

Castilla y León era uno de los lugares marcados para acometer cambios. Aprovechando la derrota electoral de 2019 –minimizada por haber logrado gobernar en coalición con el entonces socio imprevisto, Ciudadanos– y que Pablo Casado y Teodoro García Egea cuentan con una legión de ex compañeros de Nuevas Generaciones leales y dispuestos a hacer el trabajo.

Pero llegó Isabel Díaz Ayuso. «Ha cambiado el tablero», confían dirigentes populares. Ha sido el clic que el PP necesitaba para voltear las encuestas nacionales y convertir una inercia perdedora en una corriente a favor, beneficiada por la caída del 'sanchismo' a causa, principalmente, de los indultos a los presos del procés, unidos a los últimos enfrentamientos del Ministerio de Sanidad con las autonomías.

Y ahora Génova no quiere ruido. Y Alfonso Fernández Mañueco se ha visto abrazado por Pablo Casado tras el triunfo en la moción de censura y respaldado pública y privadamente por Teodoro García Egea en la última junta directiva regional. Le queda un paso para reforzarse como líder autonómico antes de 2023: salir airoso de los congresos provinciales.

En el PP recuerdan el caso Bonig. La política que sucedió a Alberto Fabra al frente del PP de la Comunidad Valenciana contaba con presentarse a la reelección, pero Génova decidió apostar por alguien que era de la cuerda del tándem Casado-Egea, Carlos Mazón. Bonig llegó a lamentar «no haber contado con el beneplácito de Génova» y dejó entrever que había habido conspiraciones internas que ella no supo ver porque, dijo, «estaba trabajando». Mazón será presidente regional del PP de la Comunidad Valenciana el 3 de julio.

«Eso ya no va a pasar», insisten en el PP de Castilla y León. El 'caso Bonig', confían, es previo al vuelco demoscópico. Pablo Casado, ahora sí, parece presidenciable a los suyos y no necesita una demostración de fuerza en cada territorio, táctica que también conlleva desgaste. Sin embargo, hay algo que sí va a suceder. Los candidatos de Génova, los futuribles para puestos relevantes, van a ocupar puestos importantes en las organizaciones territoriales. En Ávila, el presidente provincial, Carlos García, decidió contar con su secretario general, Juan Pablo Martín, y hacer caso omiso de Madrid, que quería a Patricia Rodríguez en ese puesto. En Valladolid, Conrado Íscar tuvo que aceptar a Mercedes Cantalapiedra como número 2.

El puesto de secretario general es clave en la estructura orgánica del PP. Y por ahí va a llegar el equilibrio de fuerzas. Ángeles Armisén, presidenta del PP de Palencia y candidata a la reelección, se topó de pronto con el desafío de Luis Calderón, que amenazaba con otra lista. Calderón irá como número 2, integrado en la candidatura única.

En León, el senador Javier Santiago Vélez, presentó el viernes 2.053 avales para respaldar su candidatura en una circunscripción que no es tranquila para el PP. Necesitaba 75. Su secretario será David Fernández y encabezan un proyecto bajo el lema 'Juntos por León'. Esos apoyos son una expresión de fuerza frente a la opción del alcalde de Villaquilambre, Manuel García, que también aspira a presidir el PP de León. «Aquí hay dos proyectos, uno el de la ilusión y otro el de la guerra sucia, en el que no voy a entrar», manifestó Javier Santiago al presentar sus avales. León encara hacia un congreso con dos aspirantes en un ambiente político turbio. García denuncia afiliaciones ilegales para engordar el censo de votantes a las primarias y demanda aplazar el congreso para dirimir si lo son.

El mes de julio será un desfile de congresos provinciales. Salamanca y Soria, sin embargo, están sin fijar. Ambos esperan, según fuentes del partido, a ver si se configura una candidatura integradora. Si es así, para que puedan celebrarse el último fin de semana de julio tendrían que fijarse, como muy tarde, el miércoles de la semana que viene. Si no, quedarán para septiembre y eso puede complicar el calendario, porque la convención nacional del PP apunta a octubre y antes debe celebrarse el congreso autonómico.

En Salamanca, Javier Iglesias, actual presidente, es de la confianza de Alfonso Fernández Mañueco, pero no cuenta con el visto bueno de Génova, que ha impulsado la creación de una lista alternativa con Salvador Cruz y Chabela Torres. Un nombre de consenso, sobre el que articular esa lista, podría ser el de Carlos García Carbayo, alcalde de Salamanca, también afín a Mañueco. El hecho de que sea el territorio del presidente hace este congreso especialmente delicado.

En Soria no está tampoco claro quien será el candidato a presidir el partido si no sigue Yolanda de Gregorio, pero uno de los nombres que agrada en Génova es Tomás Cabezón.

El resto de congresos sí tiene fecha y empieza a perfilar esos duetos capaces de contentar a ambas corrientes. Palencia abre la ruta congresual el 10 de julio, seguido por Zamora y Burgos (17 de julio), León (18 de julio) y cierre, de momento, con Segovia, donde Paloma Sanz repetirá como presidenta y suena como secretario general otro del gusto de Madrid, el senador Pablo Pérez. En Burgos habrá lista de confluencia, después de despejarse una situación en la que se vislumbraban hasta cinco candidatos. Borja Suárez, portavoz del PP en la Diputación, será quien opte a presidente, tras haber sido secretario provincial, y le acompañará como número 2 el procurador Alejandro Vázquez.