Vanesa Muela | Cantante, divulgadora de música tradicional y especialista en Estudios de la Tradición
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Vanesa Muela | Cantante, divulgadora de música tradicional y especialista en Estudios de la Tradición
«Estamos volviendo a nuestras raíces musicales»He aquí la voz, los ojos, los oídos, las manos, la memoria y el buen gusto de la musical tradicional de Castilla yLeón. Vanesa Muela (Laguna de Duero, 45 años). Cantante, multiinstrumentista, divulgadora de música tradicional, especialista en Estudios de la Tradición, licenciada en Historia ... y autora de trabajos de investigación folklórica de casi todas las provincias de Castilla y León. La única mujer de España que posee dos Premios Nacionales de Folclore. Ocupa por mérito y esfuerzo propio un lugar de prestigio en la música tradicional de Castilla yLeón, con enorme proyección internacional.Basta ver su agenda este mes: en Noruega y Suecia, del 1 al 15 de abril; después, Marruecos y Argentina. Es una firme convencida del papel primordial de la mujer en la música tradicional y, como tal, garantiza con su constante hacer la imprescindible labor de transmitir a las siguientes generaciones todo el saber que atesora.
–Empezó a cantar con 4 años en los escenarios y con 8 grabó su primer disco. ¡Toda la vida dedicada a la música tradicional!
–Absolutamente. Desde niña tenía el sueño de ser cantante de música tradicional. ¡Tradicional!
–¿Por qué música tradicional? No parece un anhelo de una niña a no ser que en su casa...
–Ese fue precisamente el ambiente en el que me crié. Mis padres bailaban danzas tradicionales en el grupo Arienzo y en mi casa la banda sonora, lo que se escuchaba, era folklore: Joaquín Díaz, Nuevo Mester de Juglaría, Candeal... Empecé bailando, pero luego, como tenía buena memoria y buena voz, empecé a cantar. Y ese sueño lo he tenido desde niña: quería ser cantante, vivir de ello.
–¿Y lo ha conseguido?
–Vivo de esto desde los 18 años. Es mi única ocupación: doy conciertos y también enseño a tocar instrumentos tradicionales.
–Y siempre reivindicando el papel de las mujeres en la música tradicional. ¿Y eso?
–Por una cuestión de realidad, porque hay determinados instrumentos, como por ejemplo los de parche de piel, las panderetas y los panderos, y los instrumentos de cocina que eran los que tocaban las mujeres; había otros que los tenían prohibidos.
–¡¿Prohibidos?!
–Le explico. No había mujeres dulzaineras, ni tamborileras, ni que tocaran la guitarra. Eso era un oficio que implicaba estar cuatro o cinco días fuera de casa porque te contrataban para unas fiestas, y eso no les estaba permitido a las mujeres. Entonces, en la percusión más doméstica, las mujeres se hicieron las reinas porque ahí sí podían tocar lo que les daba la gana sin salir de su pueblo. Por eso yo digo siempre que la tradición es patrimonio de las mujeres. Contar cuentos, los bailes de domingo por la tarde... Todo lo hacían las mujeres. Luego se ha ido transmitiendo, de abuelas a nietas, de madres a hijas...
–Reivindica el papel de las mujeres, pero cuando grabó el disco de sus 35 años en escena entre los 28 artistas que colaboraron solo había tres mujeres.
–Tiene una explicación fácil.
–¡Adelante con ella!
–No hay mujeres todavía que se dediquen a nivel profesional al folclore. Hay muy poquitas en toda España.
–¿A qué hay que atribuirlo?
–Yo conozco mujeres que empiezan y que podrían vivir de ello; luego tienen un parón con la maternidad y les cuesta mucho reincorporarse. De 30 años para acá, eso sí, no hay ningún inconveniente para que las mujeres estén a nivel profesional en el mundo del folclore, ninguno. Pero hay muy poquitas. No pude contar en el disco con más mujeres porque realmente no las hay.
Vanesa Muela
Cantante y divulgadora de música tradicional
–Pop y rock antes como música hegemónica; ahora el rap y el hip-hop... Parece usted voz que clama en el desierto con su especialización en lo tradicional.
–Sí y no.
–¡Por Dios! Concrete, concrete.
–Digo sí y no porque también es verdad que estamos volviendo a nuestras raíces. Precisamente en este mundo tan globalizado en el que estamos, donde todos vestimos igual, comemos lo mismo, escuchamos la misma música y vemos las mismas películas creo que hay una reflexión y un mirarse hacia dentro y preguntarse, 'bueno, y yo, que soy de tal o cual pueblo, ¿de dónde vengo, qué música se cantaba en mi pueblo, qué tradiciones había en mi pueblo?'. Creo que hay muchas modas en esto...
–¿Modas? ¿Qué tipo de modas?
–Como llevo tantos años en esto he visto muchas modas: años en los que parece que hay más gente joven que se apunta al carro, años en los que no... Estamos ahora en un buen momento de volver a escuchar todas estas músicas, de gente nueva también que se acerca, gente joven.
–¿De verdad hay gente joven que se interesa por la música tradicional castellana?
–Hay bastantes grupos de gente joven, emergentes, que están empezando. Estamos en un buen momento.
–Si un chaval joven quiere dedicarse a lo que usted hace y vivir de ello, ¿qué necesitaría?
–Es muy difícil porque, primero, las fuentes que nos han enseñado, los informantes que llamamos, están casi todas desaparecidas. Hacer hoy un trabajo de investigación es casi ridículo. Hay una parte que falta, y que siempre digo: hay folcloristas y antropólogos que lo han recogido, eso está en las fonotecas. Tenemos la referencia de la de Urueña, de Joaquín Díaz. Y hay que ir allí y escuchar todo lo que está archivado. Falta un poco sacar a la luz todo el material que tenemos.
–¿Y dónde se aprende?
–Pues es que eso es muy difícil. Escuelas de folclore hay en algunas provincias, pero los informantes se están muriendo, es una música que no sale en los medios de comunicación, con lo cual es muy difícil acercarse a ella.
–¿Y las nuevas tecnologías no le garantizan la 'eternidad' a la música tradicional?
–Es que, claro, preservar y conservar está garantizado. Con eso no hay problema, lo que está recogido, está. Lo que se perdió no sabemos lo que es; sabemos lo que nos ha llegado y suponemos que se ha perdido mucho en el camino. Pero lo que tenemos se conserva porque ha sido útil, funcional y divertido. Y a partir de ahora lo que hay que hacer es darlo a conocer.
–En esa tarea de divulgar que usted lleva a cabo cobra peso especial el tiempo que dedica a hacerlo en colegios e institutos. ¿Qué consigue ahí?
–Tenemos suerte porque ahora hay una asignatura que es específica de Castilla y León, con sus costumbres y músicas. Pero a mí lo que me interesa es que los niños conozcan la música tradicional, que por lo menos sepan que existe, que no les va a llegar por ninguna otra vía.
–Esos niños ven luego que en las fiestas de los pueblos los ayuntamientos programan cada vez menos actos de folclore regional.
–Es que muchos ya ni llevan a grandes orquestas para las verbenas, porque ahora lo que prima es la música enlatada.
–Tiempos de Dj's.
–¿Dónde escuchas ahora música en directo en los pueblos? Antes sí, pero ahora...
–Eso para la música tradicional es letal.
–Para la música, en general, es complicado. Es difícil, muy difícil que esto pueda subsistir. Y la música tradicional nos han hecho creer que es para minorías, o marginal. Y no es así. Yo he cantado en grandes teatros por todo el mundo y no es así. Lo que pasa es que se lo tienes que poner fácil a la gente para que se acerque a esta música y darle una oportunidad.
–¿De que tipo?
–Tenemos muchos prejuicios todos. Todos. A mis conciertos viene gente espoleada por amigos y entra diciendo que es que a él el folclore... Y de pronto salen diciendo que les ha gustado.
Vanesa Muela
Cantante y divulgadora de música tradicional
–¿Qué le ha dado a usted la música tradicional que no le hubieran dado otros estilos?
–Tener un oficio. Me he creado mi propio puesto de trabajo. Tengo un trabajo artístico, en el que estoy basándome en la sensibilidad, en la emoción, en la transmisión de sabidurías. La música tradicional tiene muchos valores: estudias la historia, aprendes los contextos en los que se daba esa música y eso te hace no repetir errores, lo cual es muy importante.
–¿Y va creando cantera?
–Han pasado por mis manos más de 5.500 alumnos. Tantos años...
–En sus salidas al extranjero, ha llegado a actuar en Suecia con el Grupo Grouppa. ¡En Suecia!
–Cada año este grupo sueco saca un disco con músicas tradicionales de otro país y el año pasado sacó uno de la Península Ibérica y estuve yo ahí cantando como representante de España.
–Unas regiones han desarrollado más su folclore que otras.
–Porque los apoyos no han sido los mismos en todas las comunidades. Un amigo mío lo explicaba muy bien: 'Cuando Castilla era el ombligo del mundo... Ahora es otra parte del cuerpo bien distinta'. Pues en esa parte del cuerpo, trasera, seguimos. Pero tenemos lo mismo. Hice una experiencia con Fermín Pardo, gran folclorista de Castellón, y con Pep Futifarra, un gran cantador valenciano. Les propuse un concierto en el que los tres cantaríamos las mismas canciones. La gente pudo ver que los tres cantábamos el mismo romance, con las vertientes de cada territorio, pero la misma canción. Tenemos muchos vínculos, muchos nexos.. Lo que nos hace falta agrandar es eso, no las diferencias. Porque el folclore se ha utilizado siempre como diferenciación.
–¿Y no lo es?
–No lo es tanto. Tenemos cada uno nuestras peculiaridades, nuestros pequeños tesoros pero, en líneas generales, tenemos las mismas cosas. Y eso hay gente a la que le hace pupa.
–¿Haría falta más apoyo público para que la transmisión y el conocimiento de la música tradicional fuese efectivo y que no pase que si se muere el que sabe el romance, adiós romance?
–Pero esa es la tónica de esta comunidad. Basta fijarnos en la diferencia cuando viene una autoridad a Valladolid. ¿Le reciben, por ejemplo, unos dulzaineros? En Galicia les recibe un gaitero, en el País Vasco un chistulari. Nosotros no porque tenemos aun ese sentimiento de vergüenza hacia la música de los pueblos. Hasta que no superemos eso, nada.
–Uno de sus trabajos discográficos se titula 'Que me quiten lo cantao'. ¡Con lo que ha cantado, canta y cantará!
–Es que soy una privilegiada: tengo un oficio estupendo. A veces digo que tendría que pagar yo en lugar de que me pagaran a mí.
–Ande, ande, ¿eso por qué?
–Viajo, conozco a gente maravillosa, no tengo jefes a quien rendir cuentas, los compañeros con los que he trabajado siempre han sido estupendos...
–Y encima, el público le aplaude al final del trabajo.
–Valoran lo que hago, porque la gente sale sonriendo y contenta de mis conciertos.
–Tiene cuerda para rato, ¿verdad?
–Y espero tener vida para seguir poder cantando y contando.
–¿Qué no le gustaría dejar de hacer en la música tradicional?
–Me gustaría estar muchos años en el escenario en las mejores condiciones. Soy carne de escenario. Aunque tengo una parte docente importante en mi carrera, me gusta el escenario, la comunicación, el contacto con el público, que participe, hacerle cantar, él es el protagonista de los conciertos. Lo que más temo es tener que dejar algún día el escenario.
–¿Se ha parado ya a pensar qué quiere ser de mayor?
–¡Yo no quiero ser mayor! Quiero seguir siendo niña. Y si en algún momento tengo que ser mayor, no me veo en otro oficio que el de cantante de música tradicional.
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